Equilibrado y en un muy buen momento de consumo con 3 años y medio

Botella (nº 0518 de 4950) bordelesa de bonitas etiquetas. Me estaba esperando mucho tiempo este vino.

Corcho de longitud y grosor buenos para su tipología y que, al descorchar, sale perfecto y huele muy bien a fruta blanca de hueso.

Lo sacamos muy frío de nevera y le damos hora y media, sin que se caliente en exceso pero sí cuidando que gane algunos grados (9-10ºC es lo ideal creo yo).

Visual: amarillo dorado pálido con reflejos tendentes a un oro ligeramente más oscuro pero casi imperceptible aún (aunque si uno ve estos detalles denota que el vino ya pasa de los 3 años), limpio y límpido, brillante y con buena y abundante lágrima de lenta caída.

Nariz: de inicio intensidad baja que crece con la aireación y la temperatura en copa.

Una vez coge la temperatura óptima (unos 10ºC) notamos ya una intensidad media a fruta blanca de hueso (albaricoque) ya con cierta madurez, flores blancas (no muy frescas), herbáceos, heno, notas dulzonas a clavo, hierbabuena y rollos (rosquillas) de anís. Buena complejidad y frescura a pesar de ir camino de su cuarto año de vida. Eso sí, la intensidad no es su fuerte si no se le deja ganar temperatura y se le proporciona la adecuada aireación.

Boca: ataque sabroso, cremoso, untuoso y ligeramente goloso (se nota la crianza sobre lías); muy expansivo desde la entrada (vino blanco horizontal, nada afilado), aunque, por otro lado, sí noto una acidez a fruta cítrica bastante razonable (media) que le aporta la suficiente frescura en el paso por boca. La estructura es buena, el cuerpo medio y la densidad, para un blanco sin barrica, media-alta (pero sin ser empalagoso). Se percibe como un vino equilibrado y con notas a fruta de hueso como el albaricoque y la paraguaya. El final es de buena longitud y amargoso-dulzón con notas en retrogusto a fruta de hueso, cítricos algo maduros y anisados; en retrogusto ligeros herbáceos, heno, flores blancas algo marchitas y ligera repostería de anís que lo remata bastante bien.

Siendo un vino bastante seco, tiene como reminiscencias sutilmente dulzonas que nos recuerdan que estamos en el Sur. La acidez no es ahora mismo muy alta pero sí más que suficiente. Es un vino de buena complejidad y muy equilibrado. Eso sí, la boca muy bien pero la nariz tiende a no ser muy intensa y necesita de algo de temperatura y aireación para dar lo mejor de sí mismo.

Creo que, ahora mismo, justo a sus 3 años y medio desde la cosecha 2013, este vino está en el cénit de lo que puede ofrecer ahora mismo: ni está muy joven ni muy evolucionado, tiene rasgos de juventud y madurez pero sin excesos. Para disfrutar en plenitud durante lo que queda (bastante ahora mismo) del año 2017.

Su PVP ronda, consultadas varias webs, la horquilla de los 11-12€ (11.60€). No es un blanco joven económico, pero para su calidad, la RCP me parece buena para lo que ofrece y su estado en el cuarto año de vida (tiene 3 y pico pero va camino del mismo).

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