Intimida

De color amarillo muy claro, casi pálido, límpido, sin asomo de precipitados. Un color imposible para un vino que alcanza los 50 años. Reflejos vivos, destellantes. El colmo del vino bien guardado y por el que los años no pasan. Es la transparencia misma.

Primoroso, fresco, maduro, sin asomo de reductivos. Una ventana abierta al más fragante de los jardines. Se cuela el dulzor de las flores blancas, acacia, retama de olor, limones al sol y la hierba segada. Rezuma limpieza y frescor. Van saliendo notas cremosas, de biscotes y barquillos con naranja, carquiñoles, bajo un fondo de vainilla muy fina. Elegantísimo!!! Una maravilla!! Evoluciona lentamente sin bajar el nivel. Cada vez más dentro de sí mismo, más puro y descarnado, exhalando bocanadas de pedernal, ahumados, térreos.

El más Paternina de todos los blancos probados a día de hoy. Se despliega con tanta redondez que circunvala los límites y va más allá... Esférico, integradísimo, matizando una cierta golosidad con una estocada de acidez. Frutoso, maduro, diáfano, larguísimooo. Aún le deben quedar 40-50 años por delante. La Rioja obra milagros como éste: en la copa, un cáliz. Un vino turbador que despierta la codicia.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/01/paternina-blanco-seco-1964.html

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