Vino encerrado en una botella borgoñona , vestida con una etiqueta de diseño clásico y muy propia de la zona y cerrada con un muy correcto corcho.
A la vista se presenta de un bonito, limpio y brillante color rojo picota de capa media, buena y densa lágrima que se desliza con elegante parsimonia por la copa. Menisco rubí y con incipientes notas teja.
En la fase olfativa están presentes frutas del bosque negras y rojas en sazón y con una intensidad media alta. Me encuentro con cerezas, casis, arándanos, madera muy bién integrada, balsámico.
En boca está muy elegante, aterciopelado, fino, seco, destacan las frutas rojas y el casis de la fase olfativa, madera imperceptible, es un vino equilibrado, presente acidez que invita a beber y que le dará vida, pese a la indicación de la contaetiqueta que habla de una guarda y consumo de 3 a 4 años. Es un vino de más vida. Taninos domándose. Sus 14% de volumen en grado alcohólico no aparecen por ninguna parte por su buena integración. Notas de pimienta negra, mineral y balsámico. Es un vino muy largo. Elegante y aterciopelado paso de boca. Me da una permanencia de 3,15 minutos.