Audrey y Christian Binner prosiguen trabajando conjuntamente con el máximo respeto por las tradiciones vitivinícolas de Alsacia : la mezcla de distintas variedades de uvas era una práctica corriente hasta principios del siglo XX. Para prestigiar un terruño mal conocido, han elaborado este blanco de color amarillo dorado que parece más viejo de lo que es. A medida que se va abriendo en la copa, desprende aromas frescos e intensos de mandarino en flor, de melón de Cavaillon y de pan de especias. En boca, es un vino de sabores frutales maduros y vivaces - con predominio de notas de griñón y de sorbete de lima con pimienta rosa - pero un vino sin ninguna flojedad, totalmente seco, tirado a cordel, longilíneo y marcadamente mineral, sostenido por una acidez bien medida, perfectamente integrada en el conjunto. Esta simpática pareja de viticultores, resueltamente al margen del sistema mediático, sigue las huellas de Marcel Deiss : es algo que la enaltece. ( PVP : 16 € )