Vino de color rojo rubí no muy cubierto, de capa media, (añada del 92) con

Vino de color rojo rubí no muy cubierto, de capa media, (añada del 92) con reflejos color cereza claro. En nariz se muestra potente, con aromas a arandanos muy maduros, ahumados, especias, especialmente el clavo y la pimienta, moras, sotobosque y un curioso olor a monte bajo y a aceite, que le hacen parecer un vino mediterraneo. En boca se muestra denso y sensual, opulento, atractivo y de gran estructura para provenir de una añada tan mala como la del 92 es un gran vino sin duda. Retrogusto potente en el que salen recuerdos de grafito y regaliz tostado.

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