El vino de mi boda

Con este vino de la añada 2005, dejé perplejos a más de 200 comensales. Es lo que más se comentó, ...como estaba el vino, Javier!!.
Era un riesgo, poner una Mencía en la boda, pero acerté.

Es un vino que ahora, en una primera impresión, notamos la fase de descenso en la curva, algunas notas licorosas.
Sigue vivo en la copa, pero con un rojo y un ribete algo oscurecidos, caobas. Capa alta, denso, con brillo.Limpio. Muy untuoso.
Notas licorosas de frutas y tostados, café torrefacto y madera. Está reductivo y muy terciario, alguna punta animal y de brea. Más tarde aparecen los aromas de vegetales y flores secas (pétalos de rosa).
En boca es amplio y explota en sabores de fruta como fresas con nata, con evolución de fruta en licor, whisky y guindas a las 24 horas de abrirlo. La acidez es muy buena, impresiona, lo que lo hace aguantar en su vida. el postgusto agradable, invita a una copa de larga sobremesa, pues es un vino sin prisa y con mucho amor.

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