Dulce riojano

De color ambarino oscuro, muy grueso, glicérico, formando grandes lágrimas, permanentes. Reflejos cobrizos y rojizos.

Aromas de gran madurez, confitado, con una buena dosis de maderas nobles y tostados muy finos, avainillados, cremosos. Un vino dulce que sorprende por la cantidad de fruta pasa, orejones, almíbar de piña, membrillo escarchado, manzana asada y un deje cítrico de fondo que nos trae biscotes de naranja, brioche alemán de mantequilla, salmuera de limón. Potente, sin venirse abajo en ningún momento, va mostrando con timidez, siempre en segundo plano, notas de hierbas de monte, salvia, hoja de morera y un suave enranciado de soleras viejas de enorme calidad. Da la impresión de seguir envejeciendo con gran dignidad.

En boca la primera sensación de dulzor es contrarrestada por una fresca acidez, muy cítrica, que lo hace todo más vivo. Graso, sabroso, extraordinariamente especiado, acídulo, tostado, vivo, con un montón de sensaciones de fruta pasa, ciruelas maceradas... Cuesta valorar estos vinos por lo diferente y la falta de referentes: asignatura pendiente. Nos ha gustado mucho!!!

Monte Haro es una de esas marcas míticas que han desaparecido y que produjo Federico Paternina durante décadas, primero como vinos dulces, posteriormente como semi-dulces y en menor medida como abocados. Si Rioja era capaz de elaborar vinos blancos de talla mundial también lo era de producir grandísimos vinos dulces. En el recuerdo quedan los Viña Zaconia Abocado 6º Año, Monte Real Semidulce Reserva, los viejos Diamante Reserva, Corona Semidulce y todos esos Cepa Sauternes de la primera mitad de siglo XX.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/09/monte-haro-dulce-1952.html