Una nueva botella tomada y el vino sigue dando muestras de que todavía está en fase de crecimiento.
Color rojo picota con ribete amoratado, capa media-alta y lágrima que tiñe la copa, brillante.
La nariz en esta ocasión me da más toques cárnicos típicos de Ribeira Sacra que de costumbre. Además, mucha fruta roja, especias y balsámicos.
En boca es fresco pero tiene cuerpo, acidez más que interesante, el tanino ya no agarra mucho, fruta y más fruta. Persistente.
Cada día que pasa está mejor. Hace poco probé el 2011 y pensaba que estaba por encima del 2010 pero esta botella me ha confirmado que un año más en la botella hace maravillas.
Yo de éste tengo 3 pero es que está en un momento enorme. De hecho lo tomé en una vinoteca/tienda en la que le quedan algunas y a un precio muy bueno. El tema es que yo todavía lo veo creciendo y por bastante tiempo. Ningún síntoma de flaqueza.
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