Jenaro el de los 15
Me sentí Alfredo Landa en muchos momentos, si. Allí que fui directo a la barra al ver sitio de sobra creyendo que se trataba de pedir y listo. ¡Caramba! ¿Qué acaso no se hace eso siempre? Pero aquí no, resulta que al otro lado de la misma son todos cocineros, preparadores o lo que sea, y que de forma periférica es un camarero quien te toma nota. Humillante para un hombre de barra... No somos nadie.
Luego sí son ellos los que te sirven. Te explican los ingredientes y su compleja elaboración. Pero amigo... si no tienes idea y te suena a chino, que diga a japo, saca el móvil y graba.
La modificación numérica en el título de la peli viene para que me cuadrara con este menú que tienen, ideal como toma de contacto, y por desmarcarme algo del personaje paleto que interpreta tan bien nuestro querido Alfredo, pues en realidad mi incultura va más por el conocimiento de esta cocina que por los sabores, donde gracias a su influencia, de una manera u otra, te vienen recuerdos.
Bien está decir que en esta primera vez huí del sushi y opté por lo siguiente en cada una de las dos opciones que daban por plato.
Menú 15 €. El cual incluye un aperitivo previo, tres platitos, postre y una bebida.
- Daikon con wasabi. No es para mi esto.
- Sopa de misho con almejas de carril. Agradable, con sustancia pero sin marcar.
- Chawanmushi. Que es una especie de natilla caliente de huevo que en este caso llevaba pollo de corral y boletus. Al parecer es típico, aunque por su identificable sabor no da ningún problema al iniciado. Se notaba la calidad de los ingredientes, pero la textura de la natilla caliente no me va.
- Salmón saikyo-yaki. Una pieza que no estaba mal de tamaño, marinada y cocida a baja temperatura que era una puta locura, espectacularrrrr... Emplatada sobre una hoja de no sé qué por la que menos mal que pregunté si se comía.
- Piña al Umeshu con gelatina de te verde. Me hubiese gustado sentir más el sabor verde, porque la piña, piña es. Sin complicaciones aparentes, ojo.
Con una copa de Babel Brut me bastó. Al fin y al cabo son platillos japos y el ir solo hace que tampoco te vengas arriba.
Tiro adelante con el sitio. Habrá un nuevo paso más largo. A la próxima voy ya a por makis, sashimis, cuquis, ñoñis o la madre que los parió.
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Menos mal que te gustó el salmón...
De todas formas quienes han valorado este establecimiento anteriormente coinciden en que ofrece una materia prima de buena calidad a un estupendo precio, que en un Japo es muuuuy deseable. Osea que merece una segunda oportunidad... esa vez ya sin boina. Jejeje... :-)
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en respuesta a JoseRuiz Ver mensaje de JoseRuiz Y yo también coincido en eso. Otra cosa es que puntualice si es mi estilo el plato o no.
Mira, sopas asiáticas ya llevo alguna y no doy con la tecla, quizá porque en cuchara soy tradicional a tope. Calidad en la natilla esa ya digo que había. El pollo sabía a pollo, con eso te lo digo tó. Bueno, y esa pieza de salmón... No me hagas decir más tacos. El postre el más decepcionante, sin duda. Ah! Y el daikon pues eso, que me importa un nabo, nunca mejor dicho. Jaja!!Un abrazo.
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Es un lugar que merece un entorno mejor. Ganaría presencia porque calidad en la materia prima tiene.
Saludos -
Vamos a ver, si no entiendo mal, te tiene que gustar la cocina japonesa y hacer un cursillo previo para no quedar como un auténtico cateto. También por lo que veo, el tema de vinos como es de esperar en este tipo de cocina, no es gran cosa. Menos mal que tiene una buena relación calidad precio .¿ Ese tipo de locales cuanto tiempo pueden mantenerse? , Lo digo porque en mi modesta opinión la fiebre de lo japonés se tiene que pasar.
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