Restaurante Miramar en Cambrils
Restaurante Miramar
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
68,45 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
82 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
9.3
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Miramar
OPINIONES
2

Bueno, el título se entiende al final, asi que paciencia. Me sabe mal no ver más reseñas de este restaurante que la mía, así como que a grandes rasgos, aunque con algún matiz, la he de repetir.

Esta vez, terminando nuestro viaje familiar, fui con mi esposa e hijo, a los que había hablado mucho de Joan Gatell y luego de este sitio. Y no quedaron defraudados. Sigue siendo un sitio muy acogedor; habíamos reservado en la terraza pero por el tiempo tan desapacible que hacía, Joan y Antonio ya nos habían ubicado en el interior, en una mesa con magnificas vistas. La distribución interior con dos comedores es muy amplia y con una comodidad que se agradece, tanto en la distancia entre mesas como en las dimensiones de estas. Vaya por delante que, aunque hacía más de un año que no aparecía por allí (si viviese más cerca....)me acogieron con la misma cortesía y calor que siempre.

Llegamos los primeros (a las 12:50) pero luego se fue llenando por completo, y el servicio de las mesas tanto en las comandas como en los pequeños detalles (pan, bebida, retirada de platos) se percibe igual todo el tiempo.

A lo que vamos: dos cañas y agua; seis ostras gallegas sublimes (Joan me dijo que se trataba de un nuevo proveedor muy recomendado y la verdad, le dije que acertaba; realmente frescas, grandes y sabrosas) servidas, para el que lo gusta, con limón, pimienta, mantequilla y pan tostadito. Dos de sopa de pescado, la de siempre, la magnífica, y unos calamares romana para la criatura, que nos dejó probar y que tenían lo que han de tener: calamar muy fresco y rebozado sin un ápice de aceite, crujiente. Luego, una dorada al limón, ración grande con guarnición y una de rape rebozado que, por gentileza de Joan, se convirtió en dos de rape con unos calçots en tempura de guarnición. De llorar.
Aquí ya pensaba escapar al café y el pacharán, ya que había que conducir, cuando nos aparecen Antonio, Joan y una señorita con tres bandejas de tartas y dulces caseros que nos exhiben sin decir nada. No he visto en mi vida coacción tan sutil y amable como letal: una de tarta tatin, otra de tarta sächer y hojaldre con piñones y crema pastelera para el que suscribe.

Ahora sí: dos cafés un cortado y copita de Baines.

He dejado aparte el cava porque pretendí repetir con el Juve Camps Millèssime, pero Antonio, que es un 10, me ofreció mejor un Freixenet, si señor: Freixenet. Pero Cuveè DS (Dolores Sala) de 2007, que es una reserva especial y familiar realmente espectacular. Como le dije, conociéndole, tomo lo que me ponga.

En fin, una comida muy agradable en todo, una atención espléndida, que aunque valoro que conmigo son muy cercanos por los antecedentes, veo que el trato es igualmente amable y acertado con todas las otras mesas. Gracias Joan y Antonio.

PS: lo del título, que abunda en la sinceridad de Antonio. Yo soy muy de piñón fijo y si en un sitio como cinco cosas buenas, siempre repito. Me despidió con un abrazo y me dijo:"Hay que probar otras cosas" Viniendo de él, lo tomo como una regañina, pero como todas las regañinas cariñosas que nos han dado: "es por tu bien".

Vaya por delante que este restaurante, que data de 1957, ha recogido el testigo de uno de los emblemas de la zona como fue el añorado Joan Gatell.Al frente de la sala está Antonio, summiller de Gatell en el que pasó más de 34 años, asi como en la cocina se maneja uno de los cocineros de aquel. La verdad es que tanto en la carta como en la impronta de calidad de los platos y en el servicio, se nota una cierta continuidad. Quede claro que Miramar no es Joan Gatell 2 ni creo que lo pretenda, ya que es un restaurante con personalidad propia más que suficiente; sólo que para aquellos que, como yo, eran enamorados y asiduos de Gatell, en Miramar tendrá sensaciones conocidas y algún "dejà vu".

Dicho lo cual, ayer tuve el encuentro con Miramar (de casualidad) ya que vagando por Cambrils, algo desnortado, y después de cerciorarme que Gatell estabe cerrado, encontré en Miramar a Antonio, quien me comentó lo anterior, y ya no tuve duda.

Comida corta, frugal pero exquisita: media docena de ostras gallegas excepcionales de frescura; la sopa de pescado inmejorable(igual que siempre) y un rape rebozado muy ligero que siempre pedía en Gatell y que, a pesar de no estar en carta, me prepararon sin problema. Una cerveza de apertivo, cava Millèssime Juve Camps perfecto(recomendado por Antonio, que no ha perdido el ojo de magnífico summmiller de tantos años)un cortado y copita de Baines. El servicio atento y servicial sin molestar, y el propietario Joan, atento de todo.

Como iba sólo y tenía poca conversación (normal) y pensaba ya hacer esta crónica,estuve un poco pendiente de otras comandas y opiniones: en una mesa cuatro moteros, con unas entraditas y un arroz negro que alabaron reiteradamente; en otra, otra alma perdida que, creo era conocido del local y que empezó con la excelente sopa de pescado.

Bueno: creo que se nota que me gusta el local; me gustaba Gatell, y encuentro que, sin ser lo mismo ni lo pretende, las sensaciones del comensal en cuanto a estar muy a gusto en todo, son similares.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar