Vaya por delante que este restaurante, que data de 1957, ha recogido el testigo de uno de los emblemas de la zona como fue el añorado Joan Gatell.Al frente de la sala está Antonio, summiller de Gatell en el que pasó más de 34 años, asi como en la cocina se maneja uno de los cocineros de aquel. La verdad es que tanto en la carta como en la impronta de calidad de los platos y en el servicio, se nota una cierta continuidad. Quede claro que Miramar no es Joan Gatell 2 ni creo que lo pretenda, ya que es un restaurante con personalidad propia más que suficiente; sólo que para aquellos que, como yo, eran enamorados y asiduos de Gatell, en Miramar tendrá sensaciones conocidas y algún "dejà vu".
Dicho lo cual, ayer tuve el encuentro con Miramar (de casualidad) ya que vagando por Cambrils, algo desnortado, y después de cerciorarme que Gatell estabe cerrado, encontré en Miramar a Antonio, quien me comentó lo anterior, y ya no tuve duda.
Comida corta, frugal pero exquisita: media docena de ostras gallegas excepcionales de frescura; la sopa de pescado inmejorable(igual que siempre) y un rape rebozado muy ligero que siempre pedía en Gatell y que, a pesar de no estar en carta, me prepararon sin problema. Una cerveza de apertivo, cava Millèssime Juve Camps perfecto(recomendado por Antonio, que no ha perdido el ojo de magnífico summmiller de tantos años)un cortado y copita de Baines. El servicio atento y servicial sin molestar, y el propietario Joan, atento de todo.
Como iba sólo y tenía poca conversación (normal) y pensaba ya hacer esta crónica,estuve un poco pendiente de otras comandas y opiniones: en una mesa cuatro moteros, con unas entraditas y un arroz negro que alabaron reiteradamente; en otra, otra alma perdida que, creo era conocido del local y que empezó con la excelente sopa de pescado.
Bueno: creo que se nota que me gusta el local; me gustaba Gatell, y encuentro que, sin ser lo mismo ni lo pretende, las sensaciones del comensal en cuanto a estar muy a gusto en todo, son similares.