Un año después…mismas sensaciones

Nueva visita al Celler que lo confirma como, bajo nuestro punto de vista, un número uno a nivel nacional. En esta ocasión no nos situaron en el reservado de al lado de la bodega sino en el comedor principal, en una amplia mesa redonda donde los 12 comensales estábamos perfectamente situados y realmente cómodos. La acústica y la iluminación de este comedor principal resultan casi perfectas y posee todos los elementos de comodidad para hacer llevadera una estancia de casi 7 horas. Como en la anterior ocasión disfrutamos igualmente de ese acogedor espacio acondicionado para aperitivos y sobremesas, que hace que te sientas como en casa, con sus sofás, biblioteca y mesas.

La cocina de Joan Roca se muestra cada vez más sólida y asentada introduciendo novedades poco a poco, siempre muy estudiadas y reinterpretando con maestría clásicos de la cocina nacional e internacional, además de los propios clásicos del Celler. La mezcla de talento y trabajo nos descubre una cocina que muestra un perfecto balance entre tradición e innovación, con cuidadas presentaciones, producto de primer nivel, contrastes de sabores y texturas y sin perder una cierta dosis de identidad. Pero lo más importante de todo es que los platos tienen sabor, que la predominancia del producto principal siempre se respeta y que nunca encontramos aristas que desvirtúen un conjunto siempre mesurado. Si hay que sorprender se hace, y ahí está la ensalada verde o los espárragos con consomé de ibéricos, si hay que mirar hacia atrás se hace igualmente con grandeza y platos como el parmentier de bogavante nos muestra de dónde viene el éxito que han alcanzado, si hay que reinterpretar recetas tradicionales y llevarlas al máximo se hace igualmente y ahí está el bacalao en brandada o si hay que brindar el más perfecto homenaje al gran producto de la zona pues igualmente se consigue y ahí está esa impresionante composición llamada “toda la gamba”, como oda a la gamba de Palamós. Técnica, presentación, raíces y sabor, todos unidos para conformar un menú de auténtico disfrute. Lo que no nos llenó este año tanto como el pasado fueron los postres, seguimos pensando que Jordi Roca es el más talentoso de los tres hermanos y que es una auténtica fuente de creaciones geniales, pero quizá esta vez no supimos comprender su sorbete de sandía y esa presentación espectacular llamada “flower bomb”, pero con las milhojas de moca nos puso de nuevo en órbita, demostrando que el talento está ahí intacto. El tándem que forman Joan y Jordi es prácticamente insuperable.

Del vino ya está todo dicho y máxime cuando una publicación francesa de prestigio como La Revue del Vin les otorgó el premio a la mejor carta de vinos del año. Pero lo que mejor habla de este equipo de sumilleres en que en ausencia de su gran capitán, Pitu Roca, todo funcionó perfectamente y no hubo la más mínima fisura ni en el servicio ni en la cadencia ni en las armonías propuestas, todas ellas portentosas. La carta tiene más de 1500 referencias y resulta algo complicada de leer por su peso (solo dos volúmenes), pero la calidad de su contenido es tal, que merece la pena estar una hora leyéndola y seleccionando vinos como así hicimos, mientras se toman los aperitivos. En cuanto al servicio hay que decir que nos pareció perfecto, máxime teniendo en cuenta la dificultad de nuestra mesa por número de comensales y de botellas, vinos servidos con precisión, copas distintas para cada uno de ellos (¡192 copas en total!), explicaciones detalladas por parte del sumiller, en fin, que de nuevo nos pareció modélico y máxime teniendo en cuenta la ausencia del gran Pitu Roca. Servicio de mesas igualmente destacable, serio y a la vez cercano, haciendo su trabajo con profesionalidad y sin perder la sonrisa en ningún momento, incluso participando con elegancia en esa gran fiesta que era nuestra mesa.

En cuanto a los precios, el menú festival ha subido 10 euros en un año (ahora son 155), lo cual entra dentro de lo previsible y pensamos que sigue siendo muy razonable para la calidad y cantidad que recibimos y en cuanto a los vinos hay un poco de todo, hay vinos más caros y otros a mejor precio, simplemente hay que buscar con tranquilidad, pero si tenemos en cuenta que estamos ante un “tres estrellas” hay que decir que están bastante ajustados en general, por lo que en resumen debemos seguir destacando la excelente RCP del restaurante, porque al fin y al cabo estamos hablando de la más alta gastronomía a nivel mundial y de precios en cierto modo aquilatados para semejante nivel.

Pues un año después todo continúa más o menos igual, la maquinaria está perfectamente engrasada, todo funciona a la perfección y sin apenas fisuras, y tanto la cocina como el apartado del vino y el servicio se encuentran al máximo nivel, se nos antoja muy complicado encontrar un lugar donde se coma y se beba como se consigue en este restaurante, por eso les seguimos manteniendo la máxima nota un año más y les volvemos a otorgar el 10 absoluto, porque por encima de todo este es un lugar donde somos felices y nos sentimos como en casa. El año que viene más, o eso esperamos…

Si desean ver un amplio resumen de lo que comimos y bebimos con sus fotografías, les remitimos a la entrada del blog:

https://www.verema.com/blog/eugenio/965684-gran-fiesta-sentidos-celler-can-roca-i

  1. #1

    Jeronimo

    Ondia Eugenio, no me digas que contaste las copas.....

  2. #2

    EuSaenz

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    Matemáticas muchacho, jeje. 16 botellas * 12 personas = 192 copas.

    Saludos,
    Eugenio.

  3. #3

    Jeronimo

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    Ya decía yo, con lo bien que lo estábamos pasando y Eugenio entretenido en contar las copas..... pero has contado las copas del cava que nos ofrecieron con el aperitivo????

  4. #4

    Maresme

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    Expectacular!!!sin palabras,como tu nombre indica E,de ERES,U,de UN Y ¨GENIO¨
    Felicidades.

  5. #5

    Cantharellus

    No termina de cuadranos el precio con los vinos ¿Os llevasteis alguna botella de casa? je, je. Saludos.

  6. #6

    EuSaenz

    en respuesta a Maresme
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    Gracias míster, a ver como se da hoy la cosa, jeje.

    Saludos,
    Eugenio.

  7. #7

    EuSaenz

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    Alguna botella se aportó, sí, pero en cualquier caso el precio de los vinos está bastante ajustado para la categoría del restaurante, además buscamos vinos de calidad pero que pudieran pagarse. Y siempre baja el precio bastante no tomar una copa después, eran las 8 cuando salimos y no era plan de molestar más al personal, que la cena enseguida llegaba. Pero a donde quiero llegar es que en esos precios es imposible comer y beber mejor, totalmente imposible.

    Saludos,
    Eugenio.

  8. #8

    Turu

    Impresionante el reportaje fotográfico y la narrativa Eugenio, enhorabuena. Al leerlo me ha apetecido mucho tomar un trago de ese Viña Real. Vaya velada.

    Un saludo.

  9. #9

    manubcn

    Excelentemente narradas todas las senciaciones que pudimos percibir y disfrutar en ese inolvidable día, queda muy cursi, pero es que es así, . . . . . continuará.

  10. #10

    EuSaenz

    en respuesta a Turu
    Ver mensaje de Turu

    Gracias Turu, la verdad que con veladas así resulta sencillo inspirarse. El Viña Real es algo muy serio, un vino histórico sin duda.

    Saludos,
    Eugenio.

  11. #11

    Maresme

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Un placer,espero poder dormir como la pasada,a pierna suelta ;-))
    Saludos,
    Diego

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