Como se trataba del ultimo fin de semana primaveral de tres días en Francia, decidimos aprovecharlo para darnos una vuelta por la ciudad de Girona y alrededores.
Como llegamos el sábado a eso de las 12h00 y empezábamos a tener hambre, lo primero que hicimos tras dejar las maletas en el hotel fue dirigirnos a nuestro bistrot preferido de la ciudad, La Plaça del Vi 7. No habíamos reservado y fue imposible encontrar una mesa en la terraza y de milagro encontrar una en el interior, donde Roger Viusà, copropietario y sumiller del restaurante, nos montó una, muy pequeña y pegada a la de al lado, pero en el interior salvo una o dos mesas, el resto son como fue la que nos dieron . Mesas de madera sin manteles, cubertería contemporánea y buenas copas riedel, Buen servicio de sala y del vino.
Es un restaurante, al menos en la sala, al que no se va a hacer la sobremesa, se va a bien comer y a bien beber ...
Comenzamos, mientras hojeábamos la carta de "raciones" y nos cantaban los platos del dia, bebiendo un par de cañas bien servidas para entrar en el ambiente.
Nos decidimos por los platos del día ( no pudimos hacer fotos, cámara y móviles en el hotel )
De primero compartimos
Musclos al vapor Mejillones al vapor. Una buena ración de mejillones, de buen tamaño, carnosos y muy ricos.
De segundo tomamos,
Arròs d'ous de reig amb salsitxes Arroz de oronja con salchichas. Un buen plato de arroz, meloso y muy sabroso. Daba pena acabárselo.
De postre, compartimos una buena Crema catalana amb gelat de vainilla Crema catalana con helado de vainilla, hecha al momento La misma que tomamos en nuestra primera visita el año pasado, pero esta vez fue mucho mejor.
Roger, nos propusó para acompañar la comida una copa de vino blanco crianza Vega de Ribes Sasserra Malvasia de Sitges DO Penèdes que nos gustó, no recuerdo la añada.
Finalizamos con dos buenos cafés.
La cuenta ascendió a 33 €/persona. Buena RCP. Un sitio sin pretensiones donde se come bien y se bebe bien. Evidentemente volveremos.