Restaurante Q'Tomas ? en Valencia
Restaurante Q'Tomas ?
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
48 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.1
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
6.1
Cheesecake
Servicio del vino impecable
Pulpo a la brasa
Croquetas de bacalao con all-i-oli y miel
Croquetas de jamón ibérico
Ensaladilla rusa con salpicón de marisco y mayonesa de wasabi
Arroz de caza con trufa
Opiniones de Q'Tomas ?
OPINIONES
15

No me esperaba encontrar un restaurante con este ambiente y nivel junto a tanta franquicia de montaditos y comida rápida. Buscábamos un lugar donde comer rápido antes de entrar al cine, y encontramos un buen ambiente, buena decoración, local silencioso, etc... que nos hizo cambiar de planes y quedarnos a disfrutar del resto de la velada.

Desde el punto de vista del local, la decoración es minimalista, pero con gran protagonismo del vino. Los baños son curiosos, con una decoración innovadora: Maniquís colgados, la señora Merchel sentada al water, etc...

Desde el punto de vista de la comida, la sorpresa fue grata. Curiosa y exquisita la versión de la ostra Nikkei, merece la pena probarla. Las croquetas buenas, sin demasiada harina ni besamel que empachan pero no dicen nada. El pulpo para mi gusto un poco duro. El ceviche sin duda lo mejor que probé. Finalmente probamos los bollos de maíz al vapor, ligeros y muy sabrosos: Un bocado que está poniéndose de moda últimamente entre los restaurantes más punteros.

En general, una grata sorpresa, para repetir

Restaurante céntrico que ocupa una de las zonas más concurridas por los turistas que visitan Valencia. Un espacio enorme con una planta subterránea al que era un poco reacio a ir... No sé, de esos restaurantes que pasas por la puerta y tiene cierto tufillo que atrapa-guiris.

Finalmente un día de esos tontos (o buenos) en los que te quitas los prejuicios y te predispones a que pase lo que Tutatis quiera, entramos en el local, sin más, pasamos y nos quedamos a comer.

El primer desconcierto lo tienes cuando vas al baño, que ocupa el sótano del local, difícilmente describible, y no menos de asimilable. A las 14:30 de la tarde bajar a un sótano com poca luz, aspecto de callejón frío con música tecno a todo trapo, unos maniquíes sentados en un banco y cada lado los baños. Sales de allí como si te hubieras tomado un gin tonic, o algo más fuerte, sobre todo cuando subes a la planta de arriba y el sol del mediodía te ciega.

La carta es curiosa. A primera vista, si observas los precios, te entran ganas de levantarte e irte porque hay algunos desorbitados que no se pueden entender. Aún así buceas un poco y encuentras cosas aceptables y te das cuenta de lo que debe costar el alquiler de un local así en esta zona. Pero si te pasas de buceo y sigues hasta el final de la carta encuentras una "zona" japo.... A mí esto, la verdad, me desconcertó tanto que cerré esa parte para evitar el colapso. Cerrado de mollera que es uno, oye.
Tampoco ayuda ver al cocinero merodeando mesas, mirando platos, saludando a quien conoce y no diciendo ni hola al que, sin conocerlo, lo saludamos, por educación, vamos.

Vayamos al tema de la cocina que es lo que haré la próxima que vuelva, encerrarme en la cocina y no prestar atención a nada más. Nos decidimos a probar la ensaladilla rusa con salpicón y mayonesa de wasabi, muy buena, sobre todo por ese punto refrescante (nada picante) del wasabi. Sobren las dos papas que meten y que estropean la presentación... (Ver foto).

Probamos las croquetas de jamón y las de bacalao, las dos muy ricas, sobre todo las de jamón, con una bechamel perfecta.

Pulpo a la brasa realmente bueno, muy acertado de textura y sabor, aunque la ración podría haber sido algo más generosa para el precio del plato.

Huevos rotos con jamón de bodega que la simpática camarera nos recomendó. Correcto sin más, aunque el jamón estaba muy bueno.

Acabamos con la tarta de queso, correcta, tampoco me entusiasmó, pero es que tampoco soy muy de dulces.

Carta de vinos extensa, bien seleccionada y con precios acordes, elevados pero no exageradamente. Optamos por un Dr. Bürklin-Wolf Ruppertsberger que acompañó perfectamente a la comida... y es que la riesling es la riesling y a pocas cosas les sienta mal esta variedad.

Servicio correcto, unos más camareros más simpáticos que otros, alguno con un punto altanero que oye, no acaba de molestarme. Cada uno escoge la forma que tiene de trabajar y de pasar sus horas de trabajo, peor para ellos.

Tras esta primera toma de contacto, volveremos a ver qué tal la barra y la calidad de algunos mariscos.

Animados por los comentarios de amigos sobre la oferta japonesa en el "Mijapo",situado el piso superior del establecimiento, acudimos a cenar la vispera del día grande de nuestra querida tierra.
Local realmente cómodo, cubertería muy adecuada, copas Riedel, comida de muy buena calidad....y confirmación de la histórica frase de A. Einstein; "Hay dos cosas infinitas, una es el universo y otra la estupidez humana...y del universo no estoy seguro".
Cuatro personas; para beber, un Quinta Apolonia y una botella de Riesling,-no recuerdo el nombre, si funcionara su web lo diría-, mejor el segundo.
El que hacía las funciones de "sumiller", un personaje de pelo moreno, con gafas y sobre los cuarenta, - vamos, como yo pero con gafas-, me da a probar el primero de ellos.
Tras darle tres giros en copa, sólo tres, -ya sea por costumbre por que suelo beber tintos, por oxigenar el vino aunque sea joven y no lleve madera o por que me dé la gana-, le comento que lo deje en cubitera por que me gusta un poco más frío, a lo que me responde que: "el vino está bien, pero con los giros que le has dado en copa, ha perdido cuatro o cinco grados", (sic).
Lo miro a la cara, la observo, veo que no vale la pena discutir, y le digo que deje la botella en cubitera.
Veamos; el vino baja de temperatura, sobre todo, por varias circunstancias que no tienen nada que ver con moverlo tres veces en copa, a saber;sacarlo de cámara frigorífica, descorcharlo y, sobre todo, por ponerlo en copas que, por muy buenas que sean, están a una temperatura muy superior al vino al estar recien lavadas, como era el caso.
Afortunadamente, el Riesling lo sirvió otro camarero más normal.... bendito sea Dios.
Comida de excelente calidad. Problema; nos preguntan si alguno de los comensales es alérgico a algo y le contestamos, -si, al famoso "sumiller"-, que mi mujer es alérgica a cualquier vegetal en crudo mientras que otra de las comensales a los frutos secos.
Bien; después de la cena, me comenta mi mujer que en el primero de los sushi servidos había tres trozos de pepino crudo de considerable tamaño y que le produjeron dolor de estómago, pero que no me lo había comentado por que conocía cuál iba a ser mi reacción. Afortunadamente no hubo hinchazón ni shock anafiláctico
¿Para que narices preguntáis, si luego os pasáis las indicaciones por la entrepierna?, ¿Hay que ir a cenar con Urbason?.
Lo dicho; excelente comida, pero hay gente que, o por que no alcance, por que esté amargado, o por lo que sea, hay que despedir del trabajo y que se dedique a otros menesteres.....por cierto, tengo testigos, el recibo de la visa, y mi DNI está a vuestra entera disposición por si queréis emprender acción legal alguna, acciones que debería emprender yo.
En el servicio del vino influye el "sumiller", o lo que sea.
Huir.........

Cenita en barra rapidita sin lujos.
Ensaladilla rusa con no se que yasumi o algo asi , que en fin comestible pero seca.
Montadito de solomillo 14 Eur muy rico pero montadito
Algo mas creo , Semi dobles , (ni cañas ni dobles) , varias ,mi pacharan y milhojas mi rico.
68 Eur dos pax
Vamos sin justificar pero volveremos que somos masocas y vivimos arriba.
Y no cuento mas que me da verguenza.
La calle da pena con la sureña , montaditos a 1 Eur que no se paga ni la limpieza de la calle , ni el ruido de los juligans.

Ayer por la noche tuve el privilegio de ir a cenar a este restaurante que ya me habian recomendado y fue espectacular.
El camarero muy atento y educado,el sitio muy apacible,nuestra cena consistio en 6 ostras,ceviche de boquerones terminando con dos denton que estaba buenisimo con servicio de vinos por copas,para luego terminas con un helado de dulce de leche y dos cafes.CALIDAD PRECIO EXQUISITO.
Ya era hora que hubiera un rte de esa calidad en el centro de VALENCIA

Como quiera que nuestras dos anteriores experiencias habían sido muy gratas,y dada la proximidad al coso de la calle Xátiva - donde acudíamos a un festejo taurino-nos decidimos por este local.
Servicio lento,lentísimo,muy tosco,atropellado.Después de esperar 25 minutos a que nos tomasen nota de las comandas,dejamos en manos del dueño los entrantes -mea culpa-....
-Pulpo a la brasa...nada que ver con el probado en la anterior visita.Ración ridícula,lanzada al centro.;si somos cinco,la ración no puede ser igual que si vamos dos.
-Berberechos.Correctos,y escasos...le tuvimos que pedir al camarero que los dividirse en dos platos,ya que era imposible llegar a ellos con un solo servicio en mesa de cinco comensales.
-Cecina....pues eso,cecina.
-Un guiso marinero de alubias con tres gambas,ya peladas,que se dejaba comer.
Como principal,un riquísimo chuletón;carne extraordinaria.Aunque,de nuevo,un "pero"...ya que las verduras que se sirven con el mismo,pese a estar crujientes y ricas,fueron escasas;nos sirvieron la misma cantidad que cuando hemos ido dos comensales.
Desesperante tiempo de espera entre los platos - será por su larga y complicada elaboración?-;comenzamos a las 14:15 y finalizamos cerca de ñas 17 h.,sin postre.
Cuando un camarero nos pregunta cómo hemos comido,le contesto que mal,y le insto a que venga el dueño.Una vez allí,le expreso mi malestar tanto por la espera ya referida como por el hecho de presentarnos el mencionado guiso marinero,sin advertirnos que cada "ración" costaba 15 e.Tras ello,nos coge la nota,y nos dice que ha habido un error en la misma,y nos devuelve 25e.También le comunicamos que han cobrado un te de mas,caso omiso por respuesta.
Tampoco me gustó el hecho de ver como llevaba los chuletones cogidos, uno en cada mano, tras haber observado-minutos antes- como secaba el sudor de su frente con las mismas.¿No tiene bandejas???
De bebercio Pintia 09,rico y mal servido.
Una lástima!!
No volveré!!

He disfrutado de la comida y del sitio. De entrantes surtido de croquetas (puchero, gambas y setas), estaban deliciosas. Pulpo a la brasa muy bueno, y un espectacular arroz meloso de bogavante.
Los postres increíbles.
Me ha gustado mucho la atención, el sitio, y lo mas importante la comida.

Guiados por los comentarios leídos,nos decidimos a probar la cocina de este "nuevo" restaurante.
Local lleno, amplio,camareros corriendo-textualmente- por la sala con las viandas en ristre,realizando juegos malabares para que ninguna de ellas acabasen en tierra,lo que no fue obstáculo para darnos un homenaje de los que invita a repetir-sobre todo cuando finalicen Fallas,y haya mas tranquilidad y sosiego en el ambiente-.
A destacar, las ganas de agradar de todo el equipo,la celeridad en el servicio,y lo que es mas importante,la gran calidad del producto tomado.
De entrantes:
-Jamón de bellota.Rico.
-Oricios-de Denia-de gran sabor,aunque a alguno le faltaba mas "contenido".Sabrosos.
-Pulpo a la brasa.Simplemente, espectacular.
De principal,entrecot de wagyu.Excepcional carne,en su punto.Acompañada de unas patatas fritas-de las de verdad-y unas verduras al dente,realmente exquisistas.Junto con el pulpo,para repetir las veces que sea necesario.
Buen pan,y mejor aceite de oliva para acompañar.
Cervezas,y un PSI 2008,que estuvo a a la altura.Un gran vino.
Lo dicho,cuando el producto es bueno y el paso por cocina es el que toca....éxito garantizado!
Sin duda para repetir!

El día 21 de febrero comí en Que Tomas. Fuimos cuatro personas y elegimos para compartir los siguientes entrantes:
1) Pulpo asado. Magnífico de textura y sabor. Diferente al pulpo a la gallega o al pulpo asado tipo Daenia.
2) Canutillos de foie con trufa. Muy buenos y equilibrados. Tal vez la trufa, por la fecha, con menos fuerza de la recomendable, pero aun así muy buenos.
3) Chanquetes. Servidos junto con un huevo frito. Buenos, aunque considero que el huevo estaba excesivamente hecho.
De plato principal elegimos dos tipos de carne y un arroza banda. Respecto de las carnes (solomillo y chuleta de buey) he de decir que ern magníficas. El arroz a banda, sabroso y con el punto de cocción perfecto, muy bueno y difícil de encontrar uno tan bueno fuera de Alicante.
Los postres,correctos y de diseño muy original.
Para beber se nos recomendó un vino de Ribera myu correcto y bien servido con un precio adecuado.
No es un restaurante barato, pero larelación calidad/ precio es muy correcta.

Q’Tomas gastrobar en el centro de Valencia fue el restaurante escogido para celebrar mi cumpleaños el pasado mes de enero.
Nuestra intención era disfrutar de unas cañas con sus correspondientes tapas en la planta baja para luego pasar al restaurante de la planta superior.
Los depósitos de cerveza que dominan el campo visual desde la entrada captaron mi atención. Cañas como las de Madrid, Sevilla o Granada son difíciles de encontrar y las que nos tomamos en el Q’Tomas aquella noche fueron merecedoras de un aprobado.
Durante el tiempo que pasamos (éramos 7) entre caña y platazo de jamón adosados a la barra, tuvimos ocasión de prestar atención al interiorismo del local. Techos altos, diafanidad y luz son los elementos protagonistas.
En la planta restaurante el espacio parece multiplicarse, y resalta la vasta colección de vinos, de entre los cuales escogí un Matarromera.
La noche de autos nos atendió Óscar, como así se presentó nuestro camarero. Sus consejos y comentarios nos guiaron eficientemente.
La idea era combinar los sabores mediterráneos con los asiáticos, para muchos de mis amigos totalmente desconocidos hasta dicho día y que, tras la experiencia en el Q’Tomas ya habrán incorporado a sus dietas. Aunque yo ya había ordenado los entrantes cuando hice la reserva, a cada comensal le correspondía elegir su plato principal in situ.
Una tras otra, las entradas comenzaron a llegar a nuestra mesa. De frías a calientes: Tartar de atún (con tanto éxito que se quedó escaso y ordenamos otra ración); tomate y queso (tomates de la huerta, de los que “saben a algo”); una ensalada valenciana (ordenada fuera de carta y que en cocina no tuvieron reparo en preparar); dos surtidos de croquetas para que tocasen a una por barba; y un pulpo a la brasa de escándalo.
Tras reposar unos minutos, Óscar tomó nota de los platos principales, que vinieron a ser rodaballo (mi pescado favorito y que redescubrí esa noche); cuatro hamburguesas de buey wagyu (la popular Angus Beef no le llega a la suela de los zapatos y, aunque una de ellas estaba poco hecha para el gusto del comensal, enseguida la prepararon siguiendo sus instrucciones); y, para los más atrevidos, dos filetes de pollo a la brasa con salsa picante. Extra picante, con lo que cayó una tercera botella de vino.
Sin más apetito, esta vez no degustamos postre, pero sí que trasladamos la fiesta de nuevo a la planta baja, más bulliciosa, para brindar con unos gin tonics de Hendrick’s al aroma de pepino.
Todo lo consumido durante esta noche, pagado a escote, fueron 67€ por cabeza.
Esa misma noche reservé mesa para San Valentín, y para entonces espero poder probar el famoso ravioli de rabo de toro.

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