A pesar de la desilusión del esmorzar, el lugar tiene algo que atrae y había que dar una nueva oportunidad. Así que comida familiar buscando el tapeo aunque, como en otras veces, lees el menú del día y te entra por los ojos; esta vez resistimos.
Es tan grande los diferentes locales contiguos que tiene que a pesar de su ubicación en el centro centro de la ciudad, en calle peatonal junto a la plaza del Ayuntamiento, no se acabó de llenar el local en que estábamos; lo que si se llenó y se duplicaron mesas fue en la llamada terraza (mesas en la calle) a cubierto de sol primaveral por amplias sombrillas.
Decidimos pedir de tapeo, que es lo que nos motivó la visita, siendo el servicio de sala y la salida de cocina (a las órdenes de Jorge Parra) a un ritmo difícil de seguir y eso que cada plato lleva ración para dos personas y nosotros éramos cuatro.
La carta de vinos es suficientemente amplia, con variedad de DOs y diferentes rangos de precios. Tomamos Casa Castillo 2023 monastrell de una bodega que aciertas elijas la gama que elijas: el servicio de presentación, descorche y cata. Además un tinto de verano y un par de agua Lanjarón de medio litro.
Nos vamos a la carta de comidas donde hay bastantes opciones de arroces (el cliente turísticos los demanda) y muy poco en carnes y pescados, centrándose en lo que venimos: el picoteo. Decidimos pedir la hogaza de pan, un buen pan tipo bollo, necesario para un buen AOVE nº 3 Elizondo (intenso y buenos amargos) y para algunos platos de lo que encargamos y que compartimos en su totalidad:
. alcachofas crujientes x 2: con velouté de jamón ibérico, huevo a baja temperatura y lascas del jamón ibérico. Sin duda fue lo mejor, de tal forma que repetimos el solitario plato pedido inicialmente.
. sepia de callo: con mahonesa emulsión de perejil y lima rallada. Fue un clásico de la marca y aquí lo repiten fielmente.
. las bravas del Trinquet: especialidad de la empresa (no solo de este local) con salsa brava casera de allioli aceite y pimentón de la Vera picante; fueron ganadoras del Bravas Fest 2024. Merecen la pena.
. buñuelo cremoso de bacalao x 4: buena elaboración pero floja presencia de bacalao.
. coca d´oli de sobrasada y burrata: por cuestiones de intolerancia pedimos la burrata aparte (normalmente se hornea todo junto). Bien sin grandes aplausos.
. merluza del Cantábrico: plato recomendado por el chef y consiste en cuatro buenos tacos de muy buen pescado, bien rebozado y frito en tempura. LLeva una salsa tártara casera. Muy bien.
. los torreznos: de cerdo ibérico, perfectamente fritos con la corteza crujiente y buena carne. Muy bien.
. tarta cremosa de chocolate y galleta: con una textura muy ligera y poca sensación de dulzor. Más que bien.
. flan cremoso de vainilla: con nata montada y almendra tostada. Otro plato especialidad de la casa. Sobresaliente.
. clásico helado de turrón: el helado de corte de turrón de toda la visa, de buen tamaño y partido en dos para facilitar su masticar. Lo recordaba más intenso de sabor a turrón.
. piña: como fruta natural, un pequeño cuenco con piña cortada a dados. Básico en la presentación.
Buen sitio para comer de tapeo porque la cocina lo hace bien y el producto es bueno. De la opción arroz, ni idea. Tiene Solete Repsol por el local y la historia mantenida viva de la gastronomía valenciana.
merluza
alcachofas
coca
buñuelos
barvas
sepia
Una cervecería clásica de toda la vida (desde 1915) que ha sido adquirida por uno de los grupos empresariales locales (Gastro Trinquet) de restauración con especial dedicación, que no única, al esmorzar valenciano y sobre todo recuperando locales (Pelayo, Vaqueta) clásicos del centro de la ciudad. En este caso no es un local ya que la propiedad se extiende a varias plantas bajas de la calle adyacente, amén de la larga y ancha terraza sobre la zona peatonal de la calle Ribera. En el interior se mantiene una decoración de época (de su época) que es muy agradable de ver y recordar; en nuestro local tras la recepción exterior pasamos dentro donde encontramos una fila de mesas para parejas que recorre su interior pegada a la cristalera de la calle y enfrente tienen la barra y cocina, añadiendo al principio y al final un mayor espacio que permite mesas de mayor tamaño al juntarlas.
Una larga cola antes de que abran para almorzar en un día frío de invierno entre semana te anuncian que lo de no aceptar reservas va en serio (se llena y duplican servicio) a pesar de los varios locales contiguos que tienen, y más desde el reciente premio Cacau d´Or 2024.
Quedada del grupo de compañeros del colegio devotos del tema aunue por motivos varios, en grupo reducido. Conseguimos la última mesa interior (fuera hace frío) del local principal y mientras van llegando los comensales tenemos unos muy básicos y escasos cacahuetes salados y pelados en un pequeño cuenco y no llega a una decena de aceitunas correctas en otro.
El servicio es rápido y amable y ,la salida de bocadillos de cocina va a buen ritmo y más para la cantidad de clientes que se van amontonando por la zona (hubo cola hasta que nos fuimos). Para beber vino con gaseosa servidos ya en copa (lleva un suplemento de 0.50€, no entendible) x 3 más un cervecero (caña de Águila dorada) que se conformó con caña porque el botellín lleva también suplemento ¿?. Se pidió un agua extra que ni se cobró ni se trajo.
La carta de almuerzos hace de mantel individual sobre mesas y sillas amplias y cómodas para parejas, aunque debería actualizarse porque allí figura el premio Cacau d´Or que se llevó su local de Trinquet. Pedimos:
. embutido valenciano con habitas encebolladas (7.50€): buen relleno de habitas de buen tamaño y referido como bueno. Resultó ser el mejor.
. calamares a la andaluza con mahonesa (7.50€): relleno adecuado de calamar de playa fileteado y bien rebozado. Referido como bien sin alardes. Se pidió cambiar mayonesa por alioli y se cobró un suplemento (1€) ¿?
. premio Cacau d´Or 2024: contramuslo de pollo campero con tortilla de sobrasada ibérica queso brie y mayonesa de miel (8.50€) x 2: En resumen yo no lo hubiera votado, pero dudo que la preparación que nos llegó a la mesa fuera la presentada en el jurado; me explico: el pollo desmenuzado era poco interesante de sabor, la tortilla en la base parecía más un conglomerado (ver foto) con poca cantidad y sabor de sobrasada (¿ibérica?); el queso brie una porción de menos de 1 cm para todo el bocadillo y que suplicaba un poco de calor interior para fundirse: la mayonesa ni está ni se la espera. Solo se salva el pan, tipo bocadillo con exterior algo crujiente por su paso por plancha y una miga adecuada en cantidad y textura.
El cremaet (con suplemento de 0.5€) estuvo bien y un detalle los dos mini trocitos de bizcocho que acompañaban al cremaet; los que no pidieron cremaet no tuvieron dulcito ¿? y no creo que se arruinara la empresa por darlo a todos los que pide café.
Es lo que hay.
pollo
calamares
embutido
carta
cremaet
dulce
Había oído hablar de este local porque lleva toda la vida en Valencia. Sin embargo, por la fama que tenía creo que ha cambiado a peor. Fuimos a cenar 2 personas a base de tapas: croquetas de jamón y bacalao (un poco sosas), sartén de huevos con jamos y patatas, puntillas (estaban bien) y montaditos de sobrasada, queso y huevo de codorniz, y otro de solomillos, cebolla y roquefort (ambos bastante bien pero con el pan duro, no tostado). Con dos botellas de agua y una tarta de queso bastante floja de precio no está mal ya que fueron algo más de 40€ pero creo que ya no es lo que decían que era.
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