Restaurante Meson La Cepa en Valencia
Restaurante Meson La Cepa
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
5,75 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
17 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.5
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
5.5
RCP CALIDAD-PRECIO
8.6
lomo con habas
revuelto con jamon
gasto
mostrador
doble tostada de jamon
Opiniones de Meson La Cepa
OPINIONES
17

Local que sigue creciendo en el barrio y que la ampliación a los almuerzos le permite recuperar parte d elo perdido en el año pasado con el cierre pandémico.

Sin cambios en el planteamieno, local, buena atención en el servicio, etc.. Nueva ocasión de almuerzo con los consiguientes cacaos pelados y aceitunas, esta vez sin ir en bolsas individuales, y tomamos:

. bocadillo de puntillas con ajoaceite: relleno correcto, alioli agradable y pan de buena calidad.

. tostada de pan con tomate: pan y tomate dulce bien; ración XXL, unos 2/3 de barra de pan.

Para beber cerveza, buen cremaet y café con leche.

Cada vez más concurrido.

Con el Covid y las restricciones horarias de la noche han hecho que muchos locales hayan abierto las puertas a los almuerzos en un intento compensador para recuperar parte de ingresos. Esta situación junto con la necesidad de terrazas (mesas en las aceras) han explosionado el tema del "esmorzar valenciano" que ha crecido como setas en otoño lluvioso.

Este local de cocina casera lo tenía fácil para subirse a la ola tras colocar unas mesas más en el exterior. Sus opciones son de almuerzos clásicos semipreparados aunque en nuestro caso no se llegó a dar golpe de calor que le hubiera venido bien.

El gasto incluye cacaos sin corteza y aceitunas embolsados en monodosis para mayor higiene. Para beber optamos por una buena cerveza de presión bien tirada y de buena tamaño y un tinto de verano.

El pan es bueno. crujiente. como 2/3 de barra de cuarto. con un relleno correcto en cantidad. Los bocadillos fueron:

. lomo con habas: se resintió de estar frio pero buena calidad y habas gustosas

. revuelto de ajos con jamón: también hubiera estado bien tener la base de revuelto caliente. Bien de sabor.

. cremaet: bien preparado.

En otra ocasión fueron tostadas con jamón bien cumplidas.

El servicio muy amable y familiar (son muchos años juntos) como siempre.

  • lomo con habas

    lomo con habas

  • revuelto con jamon

    revuelto con jamon

  • gasto

    gasto

  • mostrador

    mostrador

  • doble tostada de jamon

    doble tostada de jamon

Local ya descrito sin cambios: mala sonoridad, servicio cordial, efectivo y familiar (muchos años de convivencia en la misma calle), lleno hasta los topes de forma que nos pusieron en una mesa casi coupando parte de la entrada al comedor y gracias: es lo que tiene por reservar en el último momento en un local que se llena a diario y gracias a que el buen tiempo permite que alguien se quede en la terraza exterior (acera de la calle).

Mismo planteamiento de multitud de platos como primeros (hasta 15) y también de segundos (12 más una falta advertida con antelación) y de postres. Dos para comer el menú del día (12€) qe incluye primero, segundo, postre, pan y café. El pan es pan diario cortado en lonchas, tostado y con algo de aceite:

. twister de kebab: aperitivo de la casa por cortesía: crujiente y correcto.

. primero: uno de sopa con menudillos con tostones y otro de arroz con ajetes, gambas y puntillas. Ambos muy de cocina casera aunque el arroz (por la hora) hubo que darle un golpe de calor extra que evidentemente no mejoró su textura. Muy bien la sopa donde no cabían más menudillos y buen sabor de caldo de cocido. Llama la atención que hay primeros que serían principales en muchos sitios: paella, tartar de atún, canelon gigante (diría yo supergigante), etc.

. de segundo ambos optamos por las manitas de cerdo en su salsa con picadillo de almendras: un par de buenas manitas y salsa con punto rock and roll muy agradable y la salsa para mojar pan.

. postre: opción de fresas con nata: fresones cortados y buena nata. La otra opcion a falta de helado de turrón fue tarta de turrón algo decepcionante de sabor y textura.

. buen café final

La bebida no incluida consistió en agua grande, vermut blanco (servido en la barra y traido a la mesa) y doble de cerveza de presión.

Un sitio cercano a casa con pocas o ninguna novedades, pero es que tiene una cocina tan de casa, un trato como de la familia, y una tan excepcional relación calidad/cantidad/precio tan difícil hoy en día....

 

Un local de barrio que lo hace bien, bueno y barato y que se convierte fácilmente en punto de encuentro de celebraciones, comidas familiares y ocasionales de la zona sobre todo.

Dispone de un menú (11€ en laborable con pan y café) muy muy amplio en las opciones de platos a elegir (hasta 12 primeros y otro tanto de segundos), con una ración que podría servir cada plato de plato único en una comida en casa y aquí son dos y postre más pan tostado con aceite ajo y perejil. Presentados con sencillez pero con mucho sabor.

Las bebidas van aparte. En nuestro caso tomamos una grande de agua sin gas y una cerveza. 

Coincidimos en el primero;: paella (arroz) con costillas, alcachofas y garbanzos): buena de sabor, buen punto de arroz, un poco fría para mi gusto; gran cantidad de costillas y alcachofas. Recomendable.

En segundos hubo dispersión:

. manitas de cerdo (un par) en su salsa con picadillo de almendras: sabrosa, carnosa, jugosa

. canelón gigante relleno de carne y sobrasada en salsa de queso y cebolla crujiente. En realidad era un primero que rerconvertimos a segundo. Lo de gigante no va en broma. Bien de sabor.

. huevas de sepia en salsa Meri. Correcto sin más; el menos acertado.

Nueva coincidencia en el postre: calabaza asada, buena, bien cocida y suficiente dulzor sin azúcares añadidos.

El tema del ruido sigue siendo su talón de Aquiles pero se intenta compensar con la amabilidad y experiencia de la gente del local.

Si resistes la tentación de no pedir algún extra de picar al principio y de la opción de vino, el precio se hace imbatible.

Cercanía de fallas, local lleno entre semana con llegadas a últims hora por aquello de venir de la mascletá del Ayuntamiento ante la falta de presupuesto en el barrio.

Colocados en las mesas cercanas a la barra, mejora mucho el tema de la acústica, sin cambiar ni servicio, ni opciones.
Menú para dos con un previo de ración de calamares, muy bueno, amplia ración, rebozado ligero y una ligera mahonesa aparte.

De las, como siempre, muchas opciones de primero, elegimos:
. fideuá de fideo medio, de secreto ibérico, setas variadas y foie: rara combinación de fideuá con carne pero con mucho tropezón que da sabor.
. volovan relleno de morcilla, compota de manzana y yogurt en la base: dos piezas, incómodo de comer, bien de morcilla de Burgos; de nuevo complicadas compañías bien resueltas.

Para segundos elegimos,de nuevo, diferente cada uno:
. churrasco de ternera a la plancha: buen punto de carne, algo tirante, con patatas fritas caseras, un poco de verdura.
. lacon a la plancha con aceite de pimentón: dos amplias lonchas en buen punto de plancha. La misma guarnición del otro plato.

Postres:
. tarta de turrón: totalmente prescindible. Error.
. fresas con nata: producto maduro y buena nata.

Para beber una Radler, dos tercios de Amstel y una de agua sin gas.
No hubo cafés ni extras.

Hay un menú de tapas para dos por la noche, que habrá que probar.

Local ya descrito y debe ser que leido porque no cabiamos ni medio comensal más, ni dentro ni fuera. El día también acompaña, aunque no todo son mesas de enamorados, pero es que este menú a ese precio (11€) incluido postre o café y un buen pan tostado con aceite, y las raciones de tamaño más que considerable, hacen difícil quedarse a comer en casa a la gente del barrio.

Muchas opciones de primero que van cambiando aunque el arroz siempre suele estar y en esta ocasión es paella de puntilla, alcachofas y gambitas que ambos elegimos. Estupendo punto de cocción, bien de sabor y abundantes tropezones que en principio no andaba convencido de que se acoplaran bien al arroz.

Para segundos me quedé prendado de la primera opción: manitas de cerdo en su salsa pues conociendo la forma de cocinar un plato casero clásico no podía fallar; acompañan unas básicas patatas fritas. Acierto en la elección.
La otra opción fue lacón a la plancha con aceite de pimentón; fueron dos enormes lonchas que una tuvo como destino el taper para casa.

Postres elegidos: helado de turrón solicitado sin decoraciones y unas fresas con nata: Cumplen.

Previamente por obsequio de la casa unos chupa chups (albóndigas en palo) de guiso de cordero, destacables.

Para beber (no incluido en precio de menú) una de agua grande y un Ayre 2015 muy flojito pero es que acertamos en el fallo de carta una vez más (como recordó la hija del dueño).
Unos cafés finales y a trabajar en casa.

El pasado viernes fui a comer con un amigo a este restaurante para celebrar la inminente llegada de la navidad, digamos que fue nuestra particular comida de empresa prenavideña. Pues bien, aunque no lo conocía y sólo tenía alguna referencia de el sitio por lo leído en alguna página de internet (entre ellas verema por supuesto) la verdad es que no me defraudó en absoluto e incluso superó las expectativas que me había creado antes de entrar.
Se trata del típico mesón de estilo castellano con decoración clásica que aunque a algunos les puede parecer un tanto "demodé" a mi personalmente me gusta y reconozco que a un sitio así le va como anillo al dedo. La sensación que te transmite el sitio al sentarte a su mesa es de calidez y de sentirse a gusto, aún cuando te sienten en la zona de la barra como fue nuestro caso pues me dormí un poco al hacer la reserva y dos días antes el comedor ya lo tenían todo lleno (al parecer es un sitio donde llenan a diario, lo cual no es nada fácil teniendo en cuenta que no está situado en el centro de la ciudad). Las mesas están perfectamente vestidas con mantel de tela al igual que las servilletas. En cuanto a la cubertería y vajilla correctas sin más y sólo un "necesita mejorar" en el capítulo de la cristalería donde las copas que utilizan no son las mejores para el vino.
Pasemos ya al punto fuerte del restaurante que es, junto a la dedicada y atenta atención por parte del personal de servicio (al menos por parte del camarero que nos atendió y del hombre que hacía de jefe de sala que fue quien nos sentó a la mesa y nos preguntó varias veces que tal iba todo y que parecía ser el dueño del local), por supuesto su oferta culinaria. Se trata de un sitio donde ofrecen todos los días entresemana un extenso menú del día donde por sólo 11 euros (bebida aparte) puedes elegir un primero (entre 12 propuestas diferentes, si si han leído bien, 12 platos donde elegir), un segundo (también entre doce diferentes), y un postre (no conté cuantas propuestas había pero me atrevería a decir que para no faltar a la tradición no debía de haber menos de una docena). Decir además que, por si acaso te quedas con hambre, mientras ojeas dicho extenso menú te sacan como cortesía de la casa un aperitivo que en nuestro caso fue un buen salpicón de marisco servido en 2 cucharitas de porcelana. Los platos elegidos fueron:

de primeros: yo me pedí un tartar de atún, que aunque para mi gusto le faltaba algo más de sabor (como dicen algunos chefs mediáticos le faltaba algo de rock and roll) quizás por no haber utilizado salsa de soja para aderezar el atún, que además no era atún rojo, no obstante venía perfectamente emplatado y el conjunto con el aguacate y las verduras se dejaba comer sin dificultad. Mi amigo se pidió un supercanelón (si, venía con este nombre en el menú) que estaba relleno de buena carne, creo que de ternera, y que además de por su grandioso tamaño (obviamente no lo medimos pero estaría muy cercano a los 25cm)destacaba por su cremosidad y delicado sabor. Muy buen plato y bastante mejor que el mío.

De segundos: Mi amigo se pidió bacalao rebozado con pisto. Un plato que aun no estando mal yo nunca pediría siempre que haya otras opciones pues lo veo un plato demasiado elemental y cotidiano. Yo por mi parte me pedí un estofado de rabo de toro al estilo cordobés que resulto una delicia y el mejor plato sin duda de toda la comida. Aunque el emplatado era un tanto básico y poco vistoso, la calidad y el trato que se le había dado a la carne en su justa cocción junto con el acertado sabor de la salsa daban como resultado un gran plato tradicional con una carne que se deshacía en la boca sin apenas masticarla y una salsa que te incitaba a mojar pan hasta dejar el plato reluciente. Reconozco que de los muchos platos de rabo de toro que he probado (y son bastantes pues es algo que me encanta y que suelo pedir a la mas mínima ocasión) este está por méritos propios en el pódium de los mejores sin ninguna duda.
Por lo que respecta a los postres: Mi amigo pidió unas natillas caseras de las que no puedo dar opinión pues no las probé y yo pedí un flan de baileys que me sorprendió gratamente pues tenía ese sabor tan característico de la famosa crema de whisky pero no resultaba empalagoso ni pesado pues no resultaba excesivamente dulce.
En cuanto al tema enológico ahí si que tienen una asignatura pendiente de mejora pues la carta de vinos es un tanto escasa y con referencias muy básicas. En nuestro caso nos decantamos por un tinto crianza Ribera del Duero que por 15 euros cumplió con el papel asignado de compañero fiel del condumio pero sin dejarnos un gran recuerdo (de hecho ya no recuerdo ni la marca).
En definitiva se trata de un mesón clásico y de barrio (situado en el tradicional y emblemático barrio valenciano de Patraix) que mima el producto y al comensal con una cocina tradicional alejada de modas y nuevas tendencias culinarias que, no por ello descuida la presentación de los platos que aunque clásicos llegan a la mesa un tanto actualizados (se les nota un claro esfuerzo en este sentido). Por lo que pude observar, además de su extenso e interesante menú diario también se puede comer a la carta y creo que cuando vuelva, pues es uno de esos sitios donde uno sale con la preconcebida idea de volver en un futuro próximo, me decantaré por esa otra opción pues pude leer algunas propuestas de carta interesantes sobre todo en lo que respecta a carnes. Así pues se trata de un sitio donde uno no iría para una cena romántica con la pareja pues en esos casos quizás uno busca otro tipo de sitios y cocinas pero en cambio es un sitio más que recomendable si uno busca comer bien de menú entresemana o si quiere darse un gran festín a la carta donde prime la calidad del producto, la autenticidad en su ejecución, el buen trato y una más que acertada relación calidad-precio. Un sitio en el que además las abundantes raciones de los platos avisan al comensal de que allí nunca va a pasar hambre, lo cual tampoco es elemento baladí.

Local de barrio con clientes de barrio que disfrutamos de una comida casera donde nos conocemos por los nombres y preguntamos por la familia.

Menú entre semana a medio día, a 11€ con un primero, un segundo, pan, postre y café con bebidas aparte. Raciones que no te las pondría tu madre en casa y que además ha mejorado en las presentaciones y emplatados, manteniendo una buena calidad de producto.
Lleno hasta la bandera como no puede ser de otra manera.
Opción de carta con especialidad en arroces y chuletón a la piedra.

Cuatro para comer y celebrar onomástica. Agua Lanjaron y vino Vendimia Nocturna de Pago de Tharsys en unas copas muy mejorables. Pan (algo viejete) tostado y con aceite por encima.
Por cortesía de la casa un langostino en gabardina de pasta filo por persona.

De primeros:
. tartar de aguacate, mango y langostinos: bien presentado, todo muy troceado, bien salseado.
. paella (2) de conejo y bachoqueta infusionados al romero. No sé si es que estrenamos el arroz pero estaba perfecto de punto, de temperatura, bien de fondo, carne algo seca, buen punto de verduras.
Se quedaron fuera de la elección crema de puerros, gazpacho andaluz, sopa de melón, consomé con yema, rollitos de berenjena rellenos de carne en salsa, canelón gigante relleno de setas variadas, naranja rellena de coctail de mariscos, hummus de garbanzos con morcilla de Burgos, ensalada verde con jamón de pato.
. mil hojas de hojaldre con mousse de salmón ahumado, palito de cangrejo y sus huevas: bien presentado, bien de sabor.

De segundos:
. hojaldre relleno de pollo y beicon en salsa de queso: 2 piezas grandes, bien horneadas; el interior sin destacar.
. lingote (2) de carne de toro en su salsa al aroma de PX con puré. El tamaño del susodicho lingote era de un palmo de largo con la carne embutida a modo de morcilla en tripa, buen sabor y textura; ración para valientes.
. espárragos: en realidad eran un primero pero como sabíamos de las cantidades, hubo quien lo cogió para compartirlo al centro. Buenos espárragos y algo de mahonesa. Simple.
Se quedaron fuera para otra ocasión. churrasco de ternera, rollitos de lomo con jamón, pechuga a la plancha, hamburguesa de buey, embutido de Requena, lacón a la plancha, filete de lenguado, tacos de emperador, bacalao a la romana con pisto, crêpes rellenos de rape y gambas.

Postres:
. helado de turrón: servido en plato del congelador (como las copas para cervezas) que mantuvo al helado para disfrutarlo sin prisas. Idea sencilla pero genial. Buen sabor aunque se trata de un helado al corte industrial.
. natillas: muy caseras y buenas
. calabaza asada (2): muy buena de sabor y punto de cocción.
Otros muchos postres entre ellos el flan de Bayles y el flan de galleta Orero, flan de café, etc ... se quedaron fuera.

Buenos cafés aunque imposible conversar por lo ruidoso del local.
Aquí destaca la buena comida casera, raciones para buenos comedores y buenos precios.
En fin de semana hay que reservar y pronto. No intentes ir sin reserva.

Local entrañable para la familia pero que va creciendo en clientes porque en este día no cabía nadie más en el comedor. Mesas de muchos comensales y colocadas de forma de sacar máximo rendimiento al espacio. Tanto es así que llaman para confirmar la reserva porque seguro que están dando calabazas a otros clientes.
Eso sí, por lo visto no son clientes de Verema porque parece que solo escribo yo (o casi).

La vajilla mejoró y las copas (al menos para el vino) esperan de una próxima reforma. El ruido de fondo crece con la presencia de clientes y aunque, como dice, Quique Dacosta, el ruido lo hacen los clientes, también lo padecen los clientes.

Comida familiar, seis comensales, a menú de festivo (18€), incluye pan y café además de postre, quedando fuera solo la bebida; con entrantes fijos y segundo a elegir entre varias opciones de arroz, varias de carne y varias de pescado. Raciones siempre abundantes.
Carta de vinos con varios fallos de existencias. Nos quedamos con un Mar de Frades 2014, con buen servicio de temperatura y poco más porque le volumen de gente impide un servicio más personalizado.
El calor obliga a consumir hasta 3 de agua de litro.

Entrantes:
. fiambre al centro: chorizo, salchichón y queso manchego. Bien de calidad y mejor de ración.
. langostino envuelto en patata crujiente. Bien hecho, bien presentado en cestilla y con ensalada sin aliñar de base.
. ensalada verde, mango, aguacate, salmón ahumado y nueces. Correctos productos que conforman una agradable entrada. Bien presentado.

De principales (uno para cada uno) probamos:
. paletilla de cordero al horno: bien hecha.
. arroz meloso de bogavante y sepia con gambitas (3 raciones) servido en su propia cazuela al centro que permitió acabar de cocerse. buen punto de arroz, buen fondo intenso que dejaba sensación un poco de exceso de sal; tropezones correctos (aproximadamente un bogavante).
. rabo de toro (2 raciones): superabundante ración, bien guisado, bien de sabor. un acierto.

Postre a elegir entre 10 opciones caseras más helados y frutas:
. flan de Ferrero (el de los bombones): curioso
. flan de Bailys: ya comentado en otras ocasiones
. natillas: abundante ración, solo correctas.
. calabaza asada: salió dulce, buen punto de asado.

No tomamos cafés ni poleos, ni nada extra. Teníamos en casa tarta de cumple.

Un local de barrio muy destacable, donde la familia está consiguiendo la necesidad de ampliar espacios. "Casi ná", con la que está cayendo.

Un menú a 10€ con pan y café incluido, postre a elegir de la carta de postres, y solo sin incluir bebida, está bien de precio; pero es que el menú incluye un primero a elegir entre 11 y un segundo a elegir entre 11 opciones; pero es que además las raciones son amplias (iguales que a la carta); pero es que ha mejorado el emplatado; pero es que la amabilidad del servicio es notoria; pero es que si quieres gastarte en vino hay buenos vinos y a buen precio: pero es que ....está lleno.

Lo regalado: croqueta casera, pan tostado con aceite La Canal y un poco de perejil y ajo.

Lo elegido de primeros:
. paella de galeras, bachoqueta, calamares y gambitas: buen punto de arroz, un par de grandes galeras, cantidad de verdura. Merece mucho la pena
. escalivada de verduras asadas con atún: bien de verduras, atún correcto y buena presentación.

Lo elegido de segundos:
. bacalao fresco a la romana con sanfaina de calabaza: no gustó por el punto del pescado y al ver el plato casi sin tocar se cambió por un hojaldre relleno de salmón y gambas en su salsa.
. hamburguesa de buey (o casi) con tosta de pan frutos secos y ensalada y llevaba además patatas fritas no anunciadas: un poco demasiado hecha la carne (no la pedí casi cruda), el resto correcto.

Lo pedido de postre:
. fruta: fresas cortadas y preparadas
. flan de Bayleis; esta vez cargado de licor

Lo pe(R)dido:
. no hubo cafés pese a estar incluido en el menú, por tema de horario personal.

Los extras: cerveza Voll-Damm doble malta y una clarita.
Total: 24€ para dos
A mejorar, y es difícil, la insonoridad del local. Mucho ruido de fondo.

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