Mucho ruido y pocas nueces.Creo que estan pagando en exceso el sitio.Hay mejores restaurantes.Los platos son muy pequeños y muy caros.Tardaron 20 min en tomarme nota.Tardan mucho entre plato y plato.
Estupenda cocina en un entorno precioso, buena carta de vinos con referencias interesantes, servicio agradable y siempre atento, un pero, en uno de losplatos que elegimos (un pargo), la cantidad de guarniciones y salsas, llego a hacer que se perdiera el sabor y que se hiciera muy pesado, rematamos con su sorbete de limon, aromatizado con un amontillado y un poco de sabor con unas gotas de pedro ximenez y acabamos con un buen gin tonic, excelentemente preparado.
He pasado unos dias en Cadiz y de todos los restaurantes visitados para mi étes fué el mejor con mucha diferencia. Emplazamiento muy comodo con parking privado. Excelente materia prima y muy buena tecnica culinaria. Tomamos entrantes (carpaccio de atun, toritas de camarones, foir) y de segundo pargo, urla y una ventresca de atun sublime. Muy buena carta de vinos con referencias clasicas y no tan clasicas. Servicio muy profesional. El marco muy acogedor y una buena RPC. Para mi muy recomendable
Excelente, como siempre. Visito este restaurante en distintas épocas del año y siempre es un placer descubrir novedades en la carta. Tomamos una selección de entrantes entre los que destacaron unas alcachofas deliciosas y unos tirabeques con habitas con un punto de cocción perfecto. Mi segundo fue un cordero relleno tan tierno como sabroso. Los postres no desmerecieron el resto de la comida, originales, con buena presentación y combinaciones de sabores muy acertadas. El servicio, tan correcto, profesional y amable como siempre, controlando bien los tiempos. Buena sincronización entre los distintos aspectos del servicio.
Excelente café. Bebimos un Dominio de Valdepusa Cabernet Sauvignon por 22 euros/botella, muy bueno. La temperatura, los tiempos, las copas y el servicio del vino..perfectos.
60 euros por comensal. Merece la pena.
(Continuación)
Parece que se reservan el buen servicio como favor a ciertas personas. La terraza que utilizan de sala posee un bonito jardín, pero está atestada de mesas, lo cual impide el disfrute tranquilo de la comida. A pocos metros pasa la autovía con ruidosos vehículos a toda velocidad. Respecto a la comida, probamos una ensalada de langostinos con muy buenos ingredientes pero preparada sin esmero, atún sobre calabaza muy rico, y un plato de corvina totalmente insulso acompañado de una patatas al azafrán (junto a colorante) desastrosas y sin forma. Los postres deliciosos, un festín de sabores y texturas con reluciente presentación. Tomamos peras la vino blanco sobre reducción de vino tinto acompañada de cuajada con limón caramelizado (incluida una hojita de hierbabuena con un agujero del tipo que hacen las orugas) y tartita de chocolate con chocolate blanco y sorbete de fruta de la pasión. Respecto al vino nadie nos asesoró, lo sirvieron sin darlo a probar, no nos rellenaron l
Sensaciones contrariadas respecto a este restaurante con dos soles de la Guía CAMPSA. En primer lugar, viendo los comentarios de otros foreros, dan trato preferencial a ciertos clientes, lo cual me parece de juzgado de guardia. El servicio es poco atento, charla y ríe en la sala mientras el cliente ha de servirse él mismo el vino, a precios elevados, en una carta relativamente completa y actualizada. Sirven los platos sin ninguna elegancia ni amabilidad. (Continua)
Cocina con raices pero no exenta de modernidad, contundente y con excelente materia prima. El equipo de Fernando Córdoba nos preparó un excelente menu maridado con vinos generosos donde no encontró ni una sola notas discordante. El vino se guarda en una habitación al uso climatizada y con vistas al restaurante y la selección es amplía en cantidad y en zonas de origen. Buenas copas. Temperatura y condiciones de servicio perfectas. Un restaurante imprescindible si se visita la zona...
Restaurante para comidas de empresa. La carta, ya de por sí reducida se restringía más en la práctica. La merluza era lamentable, no pude terminarla. Nada que ver con la seriedad del Restaurante El Puerto de Cádiz. Tampoco la carta de vinos era interesante
Reconozco cierta debilidad por este local y por la amabilidad de su propietario Fernando Cordoba. Son ya varias las veces que lo he visitado, y no dejo de sorprenderme con algunas de sus creaciones, aun recuerdo unas maravillosas alcachofas al parmentier con foie, y su marinado de lubina con ostras por no nombrar sus magnificos postres.
Para mi el faro del puerto sigue siendo estandarte de la restauración en esta zona del sur de España, pero si que es cierto que se deja notar cuando Fernando no esta presente.
Pequeña decepción, esperaba más del tan nombrado Faro del Puerto. Una melva en escabeche con verduritas muy correcta, buenas tortillitas de camarones, y buen pincho de langostinos en brick con queso de cabra y berenjenas. Hasta aquí todo bien, pero en los segundos, pese a ser pedido de forma explícita, destrozaron un atún y una presa de ibérico pasándolos hasta el infinito. Sangrante (eso me hubiera gustado) especialmente el caso del atún, que pese a la tortura a la que se le sometió dejaba adivinar las excelencias de la materia prima.
A diferencia con Juan, ni vi ni me ofrecieron menú degustación.
Buena carta de vinos, pero al menos cuando estuve no había un sumiller que ayudara a dilucidar entre un Ladoucette 99 y un Drouhin 96. Así que me equivoqué solito y escogí el Ladoucette.
No especialmente caro si te moderas con el vino (la comida en si para dos, alrededor de 60€).