Con la recomendación de Josean que lo ha visitado en varias ocasiones y del que se perfectamente que me puedo fiar en asuntos gastronómicos (y creo que en todo lo demás también), decido acercarme a este restaurante.
El título del comentario es un “robo”, idea de Josean pero me viene al pelo.
Yo en Bilbao me defiendo mejor, Gasteiz me da más “miedo” en asuntos de tráfico. La ciudad de las rotondas tiene una ventaja, con dar un par de vueltas a cada una de ellas, te haces a la idea de la salida que tienes que coger.
Cuando uno no sabe exactamente si va a ser capaz de encontrar el local a la primera, lo suyo es ir un buen rato antes y una vez localizado, tomarse un txakoli por la zona. Así que eso hemos hecho.
Es un resturante muy curioso por fuera, de una estética bastante acorde con la zona. Me ha gustado el estilo.
Una pena el viento que sopla hoy, que además de ser muy fuerte, es de los que te hacen tener una sensación horrible de frío. Estamos donde estamos.
Tiene una terraza en el exterior en la que con buen tiempo tiene que dar gusto tomarse un buen café con un cigarrito. Hoy no ha podido ser.
El interior es moderno, con unos ventanales muy amplios que te permiten ver el exterior. Hoy se veía perfectamente como el viento sur estaban moviendo todo lo que por allí campeaba.
Mesas ajustadas de tamaño, sobre todo las de dos comensales, cómodas sillas; vajilla y cristalería correctas. El servicio simpático y amable y dispuesto a atender cualquier duda que surja.
Josean dice que mejor a la carta así que le haremos caso. Uno ya tiene generalmente muy estudiada la carta de los sitios que visita para hacerse una idea. Además muchas veces, leídos comentarios de compañeros que ya han visitado los sitios, pues puede tender a pedir esos platos que les han hecho disfrutar.
En cuanto a la carta de vinos, tiene buenas referencias y variadas pero como le tenía muchas ganas a un txakoli en concreto pues por él nos decidimos.
Txakoli Ameztoi Primus. Botella muy bonita, como cosa lógica con ese toque carbónico de los txakolis de Gipuzkoa. Esperaba otra cosa, este vino me gustaría más para potear pero no ha terminado de convercerme para acompañar una cena. Mi evolución en el tema de los vinos, el hecho de haber probado tantas cosas distintas y tan ricas, hacen que ya no disfrute tan fácilmente con cualquier cosa. Incluso ha sobrado para un par de copas. Pero bueno, yo lo he pedido, quería probarlo, objetivo conseguido.
Una vez repasada un tanto la carta, nos decantamos por comenzar con las Verduras asadas al carbón con ali Oli de azafrán. Un buen plato de verduras bien tratadas, con el sabor individual de cada una de ellas. Me ha encantado el maíz. No es fácil encontrarlo así cocinado por aquí y la verdad es que está rico. Ese toque dulce, y ese toque de parrilla lo hacen muy apetecible.
El Ali Oli de azafrán, presentado en recipiente diferenciado, está muy suave, está muy rico. A mi me encanta untar el pan con estas salsas. El azafrán apenas resalta, puede notarse un toque pero no resulta el sabor principal.
Hablando del pan pues un pan correcto, sin más. Buena cesta que permite repetir lo que quieres pero tampoco hemos necesitado demasiado.
De segundo plato a compartir también, nos hemos decidido por el Bacalao confitado a baja temperatura con salteado de verduritas y emulsión fina de ajos tiernos. Buen taco, las láminas se separan con mucha facilidad.
El pescado para nuestro gusto ha resultado demasiado pasado, sin exagerar pero un toque más jugoso hubiese estado bien. Además, un pequeño “pecado”, le faltaba un punto de sal. Lo sano es una cosa pero es que el bacalao soso……..
Al leer en carta el tercer plato y como la curiosidad es algo que me supera en ocasiones, eso sí, tras preguntar al amable camarero en que consistía exactamente, hemos pedido el plato denominado Homenaje a Peter Luger, “Ribeye Roll” Salteado con verduras y su salsa especial.
Una carne muy sabrosa, la verdad es que sí. El mismo problema en mi opinión que el pescado. Un punto menos hecha hubiese mejorado el asunto. Esto del punto de la carne es un tema peliagudo. Yo pienso que lo mejor es preguntar pero entiendo la dificultad de acertar. Incluso con más comensales en la mesa puede que a unos les guste más que a otros.
Que nadie entienda de mi comentario que tanto el pescado como la carne no estaban ricos. Hablamos de puntos de cocción que pueden mejorar o empeorar un plato por mucha calidad que tenga el producto en sí.
Al parecer uno de los postres con mucha fama aquí es la Tarta de manzana y hojaldre templada con toffe. Pues a ello, una para compartir.
Nos ha encantado este postre. Una manera un tanto diferente de prepararla pero que está muy rica. Sabrosa, jugosa. Dulce pero nada empalagosa. El helado que la acompaña no dice gran cosa pero como vienen cada cosa por su lado no molesta. Repito, postre bien rico.
Para acompañar el postre y preguntar si disponen de algún vino dulce, nos comentan que se les ha terminado el PX pero que tienen un Tokay Disznoko 3 Puttonyos. Tampoco es mala opción precisamente así que un par de txupitos que cumplen perfectamente la labor de maridar con esa tarta. Además ahora que al parecer este vino está en “vías de extinción”, ahora ya no diré aquello de que “siento dejar este mundo…….”.
Un cortao correcto da por finalizada la cena.
Pues me alegro de haberlo conocido, creo que es un restaurante que tiene buenas propuestas, un entorno diferente, un servicio amable y que su relación calidad-precio es bastante buena.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/