Restaurante Aleimuna en Valencia
Restaurante Aleimuna
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
19,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
19 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de Aleimuna
OPINIONES
2

En compañía de unos amigos que conocían el lugar visitamos este restaurante un poco apartado de los grandes “focos de ocio” más concurridos. Como muy bien explica mi antecesor, se trata de un local muy familiar en el que el matrimonio que lo regenta nos recibe como quien acoge invitados en la casa. Decoración nada presuntuosa con marcado estilo árabe perceptible en los motivos pictóricos de las paredes, las lámparas, los manteles, la vajilla… Todo muy humilde pero con cierto punto de encanto (o al menos a mí me gustó).

Carta ciertamente corta con unas 15 propuestas entre las cuales varias corresponden a diferentes preparaciones de cous cous y tayines. Compartimos todo al centro de la mesa, excepto la sopa (individual):

- Zaalouk: Berenjena cocinada con el cuasi inevitable comino y desmenuzada que se topa sobre el sustento de un pan casero que estaba rico (más parecido a la típica “coca” valenciana que al pan convencional).

- Harira: Nos comenta el propietario, a quien gusta explicar un poco los platos, que es una sopa que suelen tomar en la celebración del Ramadán por el elevado aporte energético de la misma. Se intuye una gran variedad de verduras e ingredientes para su preparación pero sobresalen el tomate, con una acidez controlada (cosa que merece reconocimiento) y el cilantro que no casaba yo con la cocina marroquí. Muy rica, especialmente aconsejable en días más fríos.

- Cous cous de pollo: Presentación realmente casera que resta atractivo visual pero eleva ese componente tradicional que en ocasiones resulta altamente atrayente. Base de sémola un pelín apelmazada (la prefiero más suelta), garbanzos y piezas de pollo sin deshuesar que resultó un poco durillo. Contrapunto dulce con las pasa que coronan el plato. Rico su sabor en conjunto.

- Tayín de cordero: Esta carne sí estaba realmente tierna. Se usa la paletilla y se separa del hueso con mucha facilidad. No se enmascara para nada el sabor característico de esta carne y, aunque ello es aplaudido en ocasiones, eché en falta un pelín más de especias o una salsita picante que bien podría haberse servido a parte a gusto de los comensales. Como si le faltase un pelín de la chispa que uno busca en restaurantes de cocina internacional.

- Pastela dulce: Perfectamente explicada también por Almolo en la valoración que me precede. No quiero repetirme. Impresiones muy parecidas también a la hora de valorarla. Muy rica, de lo mejor de la noche por su sabor, originalidad y textura.

- Yogur: La base es justamente un correcto yogur, sin más. El punto distintivo es el majado de frutos secos que lo corona (almendra, avellana, nueces…) y el azúcar moreno usado con generosidad que facilita enormemente la ingesta del mismo.

- Pastelitos y té: Típicos dulces árabes al estilo “garrapiñado” con frutos secos y un elevado punto de azúcar sin volverse excesivamente empalagoso. Rico el te con marcado sabor a hierbabuena.

Tomamos cerveza, agua y una botella de vino tinto marroquí: Domaine Larroque, elaborado con uva merlot. El precio final subió un pelín por el mismo. Si no, ciertamente estaríamos hablando de un precio de risa para un lugar en el que cenamos francamente bien y en el que el servicio y la simpatía de su gerente es un valor añadido a tener en cuenta.

Restaurante marroquí situado en el centro de Valencia, muy cerca de la zona de Ruzafa.
Practica una cocina auténtica marroquí sin ninguna fusión con otras cocinas, como hacen en la mayoría de locales de este tipo.
El comedor es pequeño y se respira un ambiente cálido, distinguido y familiar, sin excesos de decoración exótica.
La carta es corta. Disponen de unos cuantos entrantes, un par de platos de cus-cus, tayines, pastelas y pinchos de carne.
Optamos por platos para compartir:
- Zaalonk, una especie de pure hecha con berenjenas cocidas y tomate. Lo que menos me gustó. Me pareció algo insulso.
- Ensalada Marrakech, hecha con pimientos verdes y tomates asados. Muy buena
- Brinab, triángulos de pasta filo rellenos de queso y carne.
- Pastela dulce de pollo. Plato típico marroquí muy laborioso, que mezcla dulce y salado y que consiste en una especie de pastel de hojaldre casero relleno de pollo, almendras, especias y espolvoreado con azucar glas y canela. Nos encantó. Recomiendo pedirlo para compartir dada su contundencia
De postre un yogur casero con azahar y frutos secos. Muy delicado y aromático.
Y para acabar el invevitable te moruno con hierbabuena acompañado con unas pastas. Sin duda, el mejor que he probado.
Dispone de una carta con 4 o 5 variedades de cerveza y un par de referencias de vino. Optamos por acompañar la cena con unas cervezas marroquies.
Ofrecen también una serie de platos que pueden pedirse por encargo como algunas carnes a la barbacoa, cordero al vapor, pescado del día al horno o incluso salchicas marroquies.
La cuenta ascendió a 19€ por persona, aunque puede subir bástante más si se piden los platos principales de forma individual.
No dudaremos en volver para probar cosas nuevas.

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