Luces y alguna sombra

Sin visitar desde el cambio de ubicación y notando a faltar aquella gran mesa de madera en la bodega rodeados de buenos vinos. En el nuevo local, con mesas muy juntas por su pequeño tamaño, incluso la camarero/a sortea las mesas o pasa tocando las espaldas, y aunque colocadas de forma que intenta alejar las conversaciones, desde luego no es punto de reunión para esconder conversaciones. Comedor a medio gas. Bien copas, cubertería, cambio platos, manteles...

Muy destacable carta de vinos, precios habituales y un servicio más que correcto.
Carta de comidas con bastantes opciones clasificadas en platos para picar, los "finitos" (10€) (digamos carpaccios), productos de la huerta (ensaladas y verduras plancha), sopas y cremas muy atrayentes. Para segundos "fideadas" (13€) de atrevidas composiciones, arroces melosos (13-15€) interesantes, pescados (13-17€) y carnes (14-19€) y por supuesto postres. Más que bien surtida y muy de agradecer que cada uno pueda elegirse su arroz o fideua lo que le hace ganar mucho atractivo.

Pareja a comer y de entrada un plato con aceitunas gordal, ajos en maceración, unos pocos cortes de chorizo y unos picos con una Marzen y agua Lanjarón de aperitivo. Pasamos a un blanco de godello para acompañar toda la comida: Guitian.

Unos entrantes a compartir: torta gaditana de camarones x 2 (incluso pedimos 4 no sabiendo su tamaño y se nos recomendó con acierto reducir la dosis). Una pena, estaban quemadas y no debieron salir de cocina, pero viene la duda si comentarlo o no, y me convencen de que no, con lo que no le damos oportunidad de enmendar el fallo.
Finito de bacalao con limonada de tomillo: buen bacalao, bien cortado, exceso de sabor a limón que hacia perder presencia al bacalao.
Pepito de chipirones, espinacas y cebolletas glaseadas: también para compartir porque el pepito es casi don José de tamaño. Muy curiosa composición y bien resuelta.

Pasamos a principales y muy de agradecer que cada uno elige su plato individual sin necesidad de concesiones y con una buena ración personal. Uno de fideuá (o fideada como viene en carta) de atún, alcachofas y ajetes tiernos, muy buena de sabor, fideo fino, buen fondo pero las alcachofas tenían que haberse pelado (y más en esta época) y quedado en la mitad ya que hubo que pelear cada hoja de la alcachofa.
Arroz meloso de pato y setas. Lo meloso es más fácil pero es que este arroz lo necesita; muy bien de fondo, muslo de pato entero, buen punto de arroz. Muy buena opción.

Los postres: sorbete de mandarina muy cítrico y bueno. Tocino de cielo que se quedó en purgatorio: seco, acartonado. Mal.
No tomamos café ni opción de chupito...

Un local que mantiene sensaciones de elegancia, con demasiado juntas las mesas, con muy buena opción de fideuas y arroces (desconozco la parte de carne y pescado) pero con algunas sombras puntuales que rebajan lo que podía haber sido sobresaliente. Muy atento servicio en sala.

  1. #1

    Aloof

    diego despues de leer lo de las tortitas las alcachofas y el tocino(engrudo)de cielo te subo a la maxima
    categoria en benevolencia.diego no dejes pasar cosas de esas hazlo constar aunque quien vaya contigo
    te reprima las ganas.saludos.pd.si sigues asi te saldran alas(de angel).

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Aloof
    Ver mensaje de Aloof

    Pues constatado está.
    ¿Benevolencia? Pues en realidad es que si hubiera sido temporada de alcachofas y en vez de tocino de cielo y tortita de camarones hubiéramos pedido cigalitas salteadas con jamón y tomate y dátiles naturales con crema de tofee pues hubiera sido sobresaliente.
    Sí que tenía intención de haber comentado lo de las tortitas, pero mi mujer me frenó. Seguramente las hubieran cambiado y en lugar de punto negativo hubiera sido punto positivo. Así que para no discutir...

    Saludos

  3. #3

    Juan Carlos Espí

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Ante un comentario-crítica como éste lo primero que se me puede ocurrir es agradecerte el tiempo que te has tomado para confeccionar lo que, aunque duelan los puntos negativos, considero una verdadera crítica constructiva. Este es uno de esos comentarios que te ayudan a mejorar y te obligan a estar aún más atento a los fallos que diariamente se producen en la consecución de los servicios, y no esas manidas puestas en escena de personas que no se dan cuenta del esfuerzo que se hace día a día por satisfacer a todas los clientes que entran en los restaurantes, y que acaban su breve y poco divulgativa nota con un malicioso “no volveré”. A veces pienso que herir hace sentir mejor a algunas personas que ayudar a mejorar, y que la acritud acumulada de un mal día si se vuelca en alguien que en ocasiones no se puede defender como quisiera, es liberador para la propia mala leche personal. En este caso no te veo como un “ángel”, sino como una persona con un criterio muy elegante en su forma de expresar la opinión, a la par que concreto, conciso y contundente. No veo la necesidad de ser zafio y desagradable si de esa forma en la que te expresas ha llegado con la suficiente claridad para el que quiere entender. Y yo, al menos, he captado lo que quieres decir desde el inicio de tu exposición, hasta la última palabra.
    Esto es una petición que, al menos en nuestra casa, solemos hacer a todos nuestros clientes, ya sea diciéndoselo de forma directa o dejándoselo a entender, aunque por desgracia con vosotros no conseguimos ser lo suficientemente explícitos o no supimos ganarnos vuestra confianza para que lo hicierais. Los fallos los asumimos nosotros. Creo que el cliente debe comer lo que la casa ofrece siempre en las óptimas condiciones de servicio, y de no ser así comunicarlo para que se corrija “in situ” y al momento el fallo, al menos así es como procedo cuando voy a algún lugar y las condiciones de lo que se pone en la mesa no me convence. Fallos como la tortita y el tocino, que soy consciente de cómo ocurrieron y porqué, nunca debieron llegar a vuestra mesa. Es uno de los pequeños “contras” que tiene el hacerlo todo en casa, algunas veces la mano del hombre hace gala de la condición de ser humano y como tal, mete la pata.
    El tema de la alcachofa de la “fideada” es más coyuntural que descuido o error, ya que las alcachofas en verano son bastante complicadas y normalmente suelen salir más duras y con más “pelo” que cuando están en plena temporada, la idea obviamente es pelarlas más, como bien propones, el inconveniente es que el sabor se reduce y por eso optamos por no ahondar tanto en el corte de la pieza. Bien es cierto que, por otra parte, nuestra obligación es avisar del inconveniente al comensal.
    Sea como sea y en ningún caso, el comensal debe pagar por algo de lo que no está satisfecho. Esa es la principal razón por la que intentamos ofrecer esa confianza que antes te mencionaba a nuestros visitantes de que cada detalle, de no estar a su gusto, nos lo hagan saber para poder darle solución. Si se suele hacer cuando un vino no sale bueno, porqué no se iba a hacer lo mismo con la comida?
    Muchas gracias de nuevo por tus palabras y espero que en algún futuro podamos ser merecedores a tus ojos de esa nota alta que se te ha quedado en el tintero.

  4. #4

    Abreunvinito

    en respuesta a Juan Carlos Espí
    Ver mensaje de Juan Carlos Espí

    Muchas gracias por tu comentario. No es nada fácil, y menos frecuente, aceptar algún pequeño fallo en el trabajo personal de cada uno; por tanto sobresaliente en este apartado.

    Mi idea siempre, al hacer un comentario, es buscar las partes positivas y las cosas mejorables; creo que es la única forma de reconocer un buen camino (lo positivo) y crecer quitando las pequeñas piedras que siempre hay en todo camino por el que pasas.

    Igualmente valoro más las sensaciones de conjunto que el hecho puntual de que una tortita esté pasada de fuego, porque estoy seguro que ese mismo día salieron otras sin problemas.

    Saludos

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