Mejorando hacia niveles que rozan el cielo estrellado. Cocina con personalidad, complejidad y cada vez mayor coherencia y finura. Cada plato es un mundo que año tras año se cohesiona e impresiona. Productos de la zona , tratados con imaginación y técnica. Una cocina que entra por merecimiento en ese firmamento de restaurantes que hay que visitar por sí mismos, fuera de ruta. El menú actual es único y personal. Sofisticado y como digo una y otra vez complejo y equilibrado , algo difícil como sabemos. Queda pendiente en mi humilde opinión la mejora y evolución de los postres que todavía no alcanzan el nivel del resto del menú y darle una vuelta al manejo de los vinos que precisa un trato más profesional y técnico a la altura de la cocina. 

Vuelvo tras cinco años y me encuentro una cocina mucho más consolidada y consistente. Sin perder su personalidad que la tiene y mucha , los platos se muestran tan arriesgados y multitudinarios en su composición como siempre pero con mucha más coherencia y homogenización. Un homenaje a la tierra y a sus productos , es lo que hay , pero con un toque creativo y de complejidad culinaria, que desde luego , resulta único  en la zona. Aquí no se come bacalao , ni merluza , ni pichón porque no hay. Se come esturión , trucha, longaniza de Graus, croquetas de oveja, etc..El canelón de esturión roza la excelencia con riesgo extremo, contrastes , texturas y sabores en conjunción .Parece haber cedido la extravagancia y crecido la coherencia y la reflexión , sin por ello perder originalidad y personalidad. Cambiaría algunas cosas del servicio que es atento y perseverante, pero no están los tiempos para pedir mucho más. Buena impresión general , y muy buena cocina. Carta de vinos apostando por los vinos de la tierra, felicidades¡¡¡

Buen restaurante en pleno Formigal, con versión de vanguardia de la cocina del Valle de Tena, con buena materia prima y relación calidad precio.

Menú degustación:

* Goffre salado, espuma de huevo frito y chulla de varilla (buen bocado para empezar la degustación, con el sabor del huevo frito de corral).

* Gazpachuelo de manzana, melocotón del Cincay almendras. Tartar de trucha de Oliván, tomate rosa de Ayerbe y helado de mejillones en escabeche (aromático y frutal).

* Moussaka de berenjena asada, chilindrón thati de pato, parmentier de hoja de lima kefirt (quizás el plato más flojo en cuanto a sabor y contrastes).

* Huevo ECO de los Monegros a 62º con semillas de kía y kikos, menestra de nuestra huerta salteada con jamón y veulite de escabeche (excelente sabor del huevo con toda su cremosidad, resaltado con el crujiente de los kikos).

* Meloso de arroz del Cinca, conejo ibérico, pesto de calabacín y suave de ali-oli (buen punto de cocción del arroz y muy sabroso con el conejo).

* Lomo de merluza de pincho del Cantábrico, curry blanco de puerros, pil-pil de chipirones y zanahorias baby encurtidas (para mi gusto sobraban las zanahorias encurtidas).

* Carrillón de ternasco de Aragón glaseado en salsa tonkatsu, crema de causa limeña y tibia picante de cereales (quizás el mejor plato, buen tratamiento de la carne y perfecta conjunción con la causa limeña).

* Queso de Radiquero, miel de Oz de Jaca, dulce de saúco de Sallent y almendras.

* Chocolate, fruta de la pasión y espuma de arroz con leche.

Bebida: Agua Solán de Cabras y vino DO Ribera de Gállego (Grullas de Paso).

Un buen restaurante en pleno Pirineo Oscense.

No es lo que esperaba( quizás mayor delicadeza y afinamiento culinario) , pero cocinan bien. Me sorprende la idea de producto, la esencia del producto que nos transmiten y a la vez,el exceso de cocina y aditivos en la presentación de los mismos. Restaurante agradable, acogedor. Carta de vinos con alguna referencia interesante , a precios no excesivos , pero tampoco baratos Algo desequilibrada, creo que habría que revisarla y compensarla. Servicio amable, pero restaurante lleno.... , al menos dos servicios y llegan algo justitos y agotados, ya sabemos de lo que hablo... Lo repito, cocinan bien, pero en mi opinión, cocinan demasiado, añaden tanto , que al final desvirtúan el producto. Por ejemplo, una excelente alcachofa, sobre patata, jamón , tempura y crema inglesa.. rico, pero si cierras los ojos no sabes la verdura que comes. Lo mismo sucede con otras verduras.. y con algunos segundos sobrecargados de salsas y complementos. Me resulto curioso el faisán. Si lo pides buscas faisán, no??, pues aquí aparecen 4 minúsculos trocitos de faisán intranscendentes, sin demasiado sabor, no recuerdo si rebozados, pero flotando sobre un conjunto de raviolís??', verduras, aditivos, salsas, una mezcolanza rica , pero confusa, la verdad. En fín , en mi opinión algo de moderación, le vendría bien, se percibe cierto talento y maestría. Por aquí tenemos ejemplos de talento, moderación y triunfo.
Alex de nuevo, pero más veces no, que sale caro..Felicidades...

En el pueblo de Formigal conocido por su estación de ski, se encuentra localizado este encantador restaurante.

Una vez dentro se respira un aire tipo oriental en su decoración, con una correcta separación entre mesas y con un ambiente y una amabilidad digna de comentar.

El restaurante dispone de un menú degustación por 25€ , incluyendo vino tinto Laus, D.O. Somontano.

Hablando ya del menú comentar que es variado y extenso con unos platos bien elaborados y de muy buena calidad, desde verduras,risotos y cocidos hasta carnes y pescados.

Referente a la carta de vinos predomina como no la D.O Somontano, respecto a los postres comentar que son de elaboración propia y también están a buena altura, resumiendo visita obligada a este restaurante si se esta por el valle de Tena, el cual ofrece una comida de calidad a excelente precio, con un servicio atento y amable.