El restaurante La Rectoria, está ubicado en el pueblo de Espinavessa, un lugar un poco perdido, en pleno campo, al que se llega por pequeñas carreteras secundarias y casi equidistante de Figueres y Banyoles, no se pasa por casualidad, hay que ir expresamente.

Unos amigos franceses, buenos gastrónomos, lo visitaron en septiembre y me hablaron muy bien de él... antes de reservar, como hago casi siempre, miré si había algún comentario en Verema y aunque el mas reciente era del 2012, como lo había colgado el amigo Jerónimo y le había puesto un 7,8 (en esa época aun puntuaba...) acabó de decidirme.
El restaurante, que ocupa la antigua rectoría del pueblo, del siglo XVII, tiene muchísimo encanto, sus paredes son de piedra y sus techos son de "voltes catalanes" (bóvedas catalanas) y su decoración, diseñada con muchísimo gusto, combina el estilo rustico con el moderno. Tiene varias pequeñas salas y una sala principal, en la que nos dieron una mesa( para mi una de las mejores)situada junto a una gran vidriera, que da a un bonito y cuidado patio interior que ilumina toda el comedor. El restaurante debe tener una capacidad para unas 50 personas. Las mesas son grandes y están bien vestidas, bien separadas las unas de las otras, con vajilla y cubertería moderna y con buenas copas Riedel. El servicio de sala y del vino, ese día llevado a cabo por una misma persona (estaba solo, solo había 3 mesas ocupadas) fue cordial, cercano, muy agradable y sobre todo muy profesional.
Al frente de la cocina está el chef Jordi Rollan Altarriba, que antes de abrir este local en el año 2008, pasó por diferentes restaurantes, entre los que destaca el Celler de Can Roca, forma parte de "La cuina del Vent" y está galardonado con un Bib Gourmand en la guia Michelin. Su cocina, de autor, mantiene sus raices empordanesas pero con platos puestos al día, muy personales. Los productos son de temporada, frescos y de proximidad.

Fuimos al restaurante con la idea de tomar el menú gastronómico pero al ver la carta, donde bastantes platos nos parecieron muy apetitosos optamos por esta ultima.

Comenzamos con 3 aperitivos, obsequio de la casa :

Mejillón en salsa de citricos, Vaca de la Albera madurada durante 60 dias y Bonito con una salsa a base de pato (Ver las fotos en 1er comentario) Los 3 aperitivos excelentes, presagiaban lo que iba a ser la "suite".

Como entrantes, que compartimos, tomamos :

Tartar de pato, con peras y vainilla un clásico del restaurante, el famoso pato con peras del Empordà, puesto al día a su manera. Era la primera vez que probábamos un tartar de ánade. La carne muy sápida, intensa. Excelente.

Papillote de calçots, con eneldo, hinojo y trufa negra (tuber melanosporum) El camarero, corta delante tuyo el papillote y te ralla una buena cantidad de trufa sobre los calçots y su jugo. Que decir... pura embriaguez de olores y sabores. Un plato de 10.

Como platos principales :

Pichón con manzana MC disfrutó y mucho, como yo, que tuve la ocasión de probarlo, jejeje. Perfecta cocción e intenso sabor. Excelente plato.

Filete de jabalí rustido Carne tiernísima, rosada en el centro y deliciosa, muy pero que muy sabrosa. Mi primera experiencia con un jabalí cocinado de esta manera. También sobresaliente.

El pan que acompaño la comida, de nueces, de semillas y blanco, muy bueno.

De postres tomamos :

Frutos rojos del bosque una puesta en escena espectacular. MC lo encontró muy bueno.
Tableta de chocolate, vino rancio y briox de trufa ( tuber melanosporum) Que gozada, muchachos... un super postre, de esos que a mi me gustan. Me recordó mi infancia pero sin la melanosporum.

Acompañamos la comida con un buen tinto de DO Montsant Crianza Sant Bru Vinyes velles 2010 Bodega Portal del Montsant, Variedades de cepas : Cariñena (Mazuelo),Garnatxa tinta y sirah, envejecido durante 16 meses en barricas de roble francés. Vino mineral, carnoso, muy potente en boca.

Finalizamos con 2 buenos cafés y unas buenas gourmandises Copa de helado praliné con crema caramelo y migas de biscuit

La cuenta ascendió a 55 €/persona. Muy buena RCP. Antes de marcharnos estuve conversando un buen momento con el Chef y al felicitarle por la calidad de su cocina, me dijo que no tenia mérito porque había nacido en una. No se si es verdad o no pero lo que es cierto es que elabora una cocina de gran calidad que te hace disfrutar y te da ganas de volver, que es lo que haremos en cuanto tengamos la ocasión. Muy recomendable

Animado por los buenos comentarios de este restaurante, en especial del amigo Muris, decidimos visitar este restaurante situado al sur del Alt Empordà.
De camino se veía un pequeño incendio hacia el norte, al que no dimos importancia ya que en esta época es habitual en nuestra zona, lo que no sabíamos era la intensidad con la que soplaba la Tramontana, que convirtió ese incendio forestal en uno de los más virulentos de los últimos años.
La frontera cortada, miles de turistas atrapados, varios muertos, fue lo que nos encontramos al salir de la comida, afortunadamente nosotros vivimos más al sur y no tuvimos ningún problema para volver a casa, aunque con la tristeza de saber que en esos momento había quien lo estaba pasando francamente mal.

He anat més de deu vegades a aquest restaurant, i penso continuar repetint. En un entorn tranquil i agradable, amb poques taules, ben parades i separades entre elles, el servei és impecable, molt atent i a la vegada professional, i la cuina és uan exhibició de tècnica precisa que ressalta sempre el producte principal.
A destacar les vieires amb raviolis de botifarra negra, els esparrecs blancs al dente, els arrossos saborosos, els peixos humils de mercat (uns peixos que no es troben com a plat principal a cap altre restaurant: aranya, negre, etc.) que la cocció i presentació fan summament agradables i gustosos.
Pel meu gust, els peixos i marisc són excessivament crus. Aquesta seria l'única objecció.
La carta de vins ha anat augmentant i a hores d'ara és més que suficient per un restaurant apartat i amb poques places.
El menú de migdia feiner és una bona oportunitat per gaudir de la tècnica.
Com el comentari anterior, si demanes explicacions sobre un plat, no tenen cap inconvenient a compartir la informació. A mi em van passar la recepta del coulant d'avellana sense cap problema.
I això em porta a destacar el millor de la carta: el coulant d'avellana perfecte, acompanyat d'una teula cruixent d'avellana i d'un gelat d'avellana. Res de xocolata ni d'altres ingredients: avellana en totes les seves textures i sabors. Un encert, que fa que no el retirin mai de la carta, a petició dels clients.
Felicitats sinceres.
També hi ha un menú degustació (45€) que pot fer les delícies de tothom. També accepte modificar-lo si al client no li agrada algun plat proposat, i aquesta modificació no cal que sigui per a tota la taula.
Espero que no canviïn i que comentaris com el meu els permetin augmentar la clientela. S'ho mereixen.

Era nuestra segunda visita a este restaurante, casi hacia ya un año de la primera y pensamos que era el momento para poder repetir. Reservamos mesa para comer y suerte que lo hicimos el restaurante estaba lleno. El sitio es muy acogedor y con varios comedores para poder tener un poco mas de intimidad, hay un patio interior con cristalera que deja entrar la luz del día. Bueno vamos al tema, nos venia de gusto a casi todos de la mesa hacer el menú degustación pero como siempre si no es a mesa completa no es posible. Cosa que pasa en muchos restaurantes y todavía no lo entiendo. Al final pedimos carta y variamos los platos con mi mujer para poder probar cosas diferentes. Para empezar nos trajeron un aperitivo:
Espuma de tortilla de espárragos de bosque: muy bueno, el mismo sabor de casa.
Primeros:
Vieiras con raviolis: raviolis de butifarra negra espectaculares.
Chipirones a la brasa: excelente cocción de los chipirones acompañados de su propia tinta.
Segundos:
Tartar de pato: plato típico de pato con peras transformado en un tartar impresionante.
Bacalao con “escudella”: combinación de pescado y carne, brillante. El sabor de la escudella era casi como la de mi madre.
Postres:
Helado de queso con naranja sanguina: gran combinación de sabores, el helado espectacular te deja un gusto persistente.
Avellanas: gran demostración de diferentes maneras de trabajar un producto, buenísimo el coulant.
Petit fours:
Helado de roscón con espuma de garnacha: gran sabor del helado era como si estuvieras comiendo un trozo de brioche, esplendido final.
Para regar esta agradable comida pedimos un vino del Montsant “ Les sorts sycar”, gran vino a muy buen precio.
El servicio son muy amables e incluso en la cocina. En mi primera visita pregunte a la camarera como se hacia una técnica de un plato. Ella fue a preguntar a la cocina y al cabo de unos minutos volvió y me dijo que si la quería acompañar que el cocinero me lo quería enseñar. Yo alucinado entre en la cocina y con una gran amabilidad y transparencia el cocinero realizo una demostración. Al salir de la cocina todavía estaba alucinado y gracias a ellos ahora la realizo en casa.
Muchas gracias a todo el equipo de la Rectoría un pequeño gran restaurante.