Varias veces he podido disfrutar de buenos caldos en este restaurante. Tiene un ambiente y una cocina que no te esperas, todo muy cuidado. 

La bodega no es enorme pero tienen un poco de todo, bien escogidos, todos vinos nacionales. Repito siempre que puedo. 

Su oferta ha ido mejorando con los años. Tienen una carta no muy extensa, tampoco es un restaurante grande, pero bien escogida y al día.

Se pueden encontrar buenos vinos y a buenos precios. 

El servicio del maitre es bueno y ofrece bastante información, tiene conocimientos al respecto. 

Sin ponerme exquisito le otorgo un 10.

Decoración muy luminosa con maderas y enorme foto que evoca aires marineros. Impresiones similares a las de EuSaenz, reiterando el buen trato y la calidad de los productos.
Si acaso algo flojas las croquetas de carabineros y boletus, que rápidamente quedó compensado con el rape de tripa negra en salsa de nécoras y las lentenjas con marisco. Los chipirones a la plancha ricos y abundantes.
Igualmente coincido en la poca profundidad de la carta de vinos, aunque pueda resultar suficiente por sus acertadas aunque sencillas elecciones.
Tomamos 2 copas de ViñaMocen (verdejo) y una botella de Camins del Priorat (21 euros).
Invitación de un pasable chupito.
Resultó agradable, acogedor y bastante recomendable.

Restaurante de relativamente reciente inauguración nacido como una escisión de los "barriles" del Grupo Oter, situado justo a la altura de estos y en la calle paralela. El local es suficientemente amplio y discreto, con una buena barra a la entrada y un comedor de líneas cálidas y que resulta cómodo y luminoso. Mesas correctamente separadas.

La cocina está basada en el producto y es de toques mediterráneos, siendo las estrellas los pescados y los mariscos, de primera categoría. La oferta suele variar dependiendo del día y del mercado, con unos percebes, gamba roja y blanca, cigalas y carabineros excelentes. Igualmente hacen un preparado con las patas del centollo y unos erizos gratinados muy buenos. Interesantes resultan igualmente las frituras andaluzas y los arroces marineros, estos últimos por encargo. Postres bien ejecutados, en especial las golosas filloas y los sorbetes cítricos. La calidad de todos los platos es siempre destacable.

En cuanto a los vinos la oferta es correcta, aunque nos gustaría que fuese más profunda, en especial en lo que se refiere a espumosos (champagne) y blancos internacionales. En cualquier caso la oferta nacional es suficiente y disponen de buenos blancos por copas, en la última ocasión un siempre interesante Sanclodio. Precios de los vinos un poco inflados. Buena oferta de destilados para el final. Servicio muy atento y amable, más cercano que el sus "primos hermanos" los Barriles.

Quienes conozcan el Barril y el Gran Barril de Goya y gusten de este tipo de marisquerías "Premium" gustarán igualmente de este local pues el enfoque es exactamente el mismo, solo que consideramos que el servicio y el trato es más cercano por lo que nos gusta más. Debe mejorar un poco la oferta en vinos, eso sí. Precios en consonancia, ya se sabe que el buen pescado y marisco es caro y no hay que darle más vueltas.