Por lo que puedo observar mi último comentario colgado es de hace unos tres años. He vuelto de nuevo en alguna ocasión más, pero sin colgar nada.

Ayer iba a ”comer alubias rojas”, el día era espléndido pero sin calor, un poco harto de ensaladas y gazpachos, tan de moda ahora y “a eso iba”.

Entré en la cocina y pregunto a Begoña (la cocinera), que me confirma que hay las famosas alubias. ¡Ya esta justificado el viaje¡ Además, hay de “todo”, pero me llevan mi ojos a una gran fuente con bacalao con tomate, ¡ya está¡

El local , como siempre a rebosar, que aunque sea agosto era viernes.

Pues eso, comí:

Alubias rojas: presentadas en un cuenco de buena capacidad y acompañadas de guindillas verdes y un trozo de chorizo en ellas. Muy por encima del resto, sus alubias y su salsa ligada, sin ser espesa.

Bacalao con tomate: el bacalao de sabor y punto de sal muy bueno, rebozado, de escaso grosor y la salsa de tomate, con su sabor “a toda la vida” y ligeramente denso.

De postre: flan de queso, bien pero por detrás de los primeros platos, quizás porque ya la “máquina no cortaba”.

Mis compañeros comieron otras cosas: ensaladilla, lomo casero con patatas, venado guisado, pimientos rellenos de bonito. Pero , nada como lo mío, pero claro “a eso iba”.

El capítulo de los vinos ha mejorado en un buen porcentaje.
“Que contento sale uno cuando vas a algo y te sale bien”.

Felicidades Begoña y Jandrin.

Cuando uno anda cerca es buena idea acercarse a ver a Jandrin.

Cinco personas, menú, como siempre, del día. Largo de narices en posibilidades de elección.

Macarrones con tomate. Eran en realidad tornillos. Punto perfecto de la pasta, excelente salsa de tomate.

Salpicón (dos). A ver, de menú del día: langostinos, surimi, huevo, pimientos rojos y verdes, cebolla... correcto.

Garbanzos con bacalao. Gustaron pero pecaban, a decir de quién los comió, de exceso de grasa.

Alubias rojas. Servidor cree que las alubias rojas de esta casa son para ponerlas un piso. Y no soy el único, de creer a argug. Perfectas de punto y cremosidad.

Segundos

Lomo con patatas (3). Correcto.

Carrilleras. Bien.

Venado guisado. Se deshacía, quizá demasiado. Buenas patatas.

Postres

Flanes de queso (2). Muy ricos.

Mousse de galleta Maria. Muy ricos.

Servidor no llegó a la gula.

Bodega

Al pedir vinos fuera del menú, se procede al cambio de copas que mejoran considerablemente.

Conde de Caralt (BN). Cumplió. Curioso, tambien el mismo cava que el día anterios en Carmina y también el único en la casa. Tal vez el comercial se lo esté trabajando bien.

Ramon Bilbao, Rioja, en formato 1/2. No gustó nada. Altísimo de taninos.

Cafés y agua.

Y desearle a esta casa que se perpetue en favor de los adoradores de la alubia.

... no poder ir todas las semanas.

Cinco a la mesa tras aperitivos en el bar hablando con Jandrín.

Primeros

Dos salpicones de pulpo, rape y langostinos. Buenos.

Una ensaladilla, casera y rica.

Unos entremeses calientes (rabas y croquetas). Correctas las primeras y excelentes las segundas.

Unas alubias blancas (no había rojas, lástima) sublimes, suaves, espesas...

Segundos

Tres de lomo con patatas y pimientos. Rico todo, algo bajo de temperatura.

Dos de carrilleras con patatas y pimientos. Guisote rico.

Postres

Una crema catalana, floja.

Una tarta de queso, rica.

Dos de arroz con leche que desaparació.

Un flan de café, rico.

Bodega

Una botella de Valdubon (R.D.) crianza, correcto.

Una botella de Brut Zero Castellblanch, correcto.

Cuatro cafés y agus.

Todo rápido, amable y bien servido. Copas y manteleria de bar de menús.

El precio, dado lo comido en calidad y cantidad, un autentico regalo.

Sigue así per saecula seculorum, Jandrin. Y que Dios guarde a la cocinera.

Siguiendo las recomendaciones de un ilustre de esta página, nos acercamos a comer hasta Brañosera. Día de perros, nieve en el aparcamiento donde el coche tenía tendencia a bailar un vals y ayudas desinteresadas e innecesarias de pedir por parte de la concurrencia.

Salude a Jandrin, tomamos en el bar unas cervezas (dos) unos blancos de Rueda (dos) una coca cola y una de pipas. Si, la cria quería pipas.

Pasamos al comedor, mesa suficiente, mantel superior de papel y copas normales. Antes de pedir la carta una amable y sonriente señorita (Patricia se llama la camarera que no dejó la sonrisa ni el buen hacer en todo momento) nos cantó el menú... y nos apabulló. He leído cartas con muchas menos opciones. Como a todos nos apetecía, de menú comimos. Entre la petición de la comanda y la aparición de los platos pasó ... ¿un minuto?. Creo que ni llegó. A saber, cuatro adultos y una niña:

Garbanzos con chorizo. Excelentes, suavisimos.
Alubias rojas. De matricula, con espinazo de cerdo y tocino. De las mejores tomadas en mucho tiempo.
Lentejas con su compango. Muy ricas.
Ensaladilla. Rica.
Sopa de pescado. Rica.

Tanto las alubias como las lentejas y los garbanzos, se acompañaban de un par de guindillas que hacían un excelente contrapunto.

Lomo casero con patatas y pimientos (tres). Muy rico, jugoso y tierno.
Ternera guisada con patatas. Rica.
Filetes de venado con patatas. Muy rico.

Tarta helada (Contesa)
Flan de café (dos) rico.
Tarta de arroz. Bien.
Servidor, entre las alubias y el venado que comió y los garbanzos, la ensaladilla y la ternera que probó, no tenía sitio ni para agua, asi que pase del postre.

Cuatro cafés, una de agua.

La bodega es escasa (bar de menús) pero al ver unas botellas de Arzuaga crianza 2.009 y siendo devotos de esta casa, cayó una. Una botella de Brut Zero Castellblanch (brut nature) que cumplio. Al solicitar estos vinos, se procedió al cambio de copas, mejorando considerablemente.

Fueron ofrecidos licores por cuenta de la casa que no quisimos.

Y llega la hora de pagar, ahítos le pedimos la cuenta a Patricia y al cabo de un rato nos dice que paguemos en la barra... ¡¡95 euros!!

Salimos y le decimos a Jandrin que se les ha olvidado la consumición previa y dice que no, que está todo. Yo creo que, dados los recuerdos que le di, corrió por cuenta de la casa.

Y volveré, está claro, en cuanto pase por la zona.

He acudido en dos ocasiones, la semana pasada a este restaurante, (definido en mi anterior comentario).

La primera vez el sábado 21 y la segunda del lunes 23. El sábado se encontraba al completo calculando al menos unos 70-80 comensales y el lunes unos 30 comensales.(calculo capacidad para mas de 100)

En estas dos ocasiones, nos han recitado de viva voz el menú, con gran número de posibilidades tanto para primer, como para segundo plato.

El sábado de primer plato ensaladilla y cordero guisado de segundo, con una tarta de tipo queso, de postre.

El lunes, alubias rojas con chorizo (judías con chorizo) para empezar y rabo de toro de segundo. No llegue al postre.

En ambas ocasiones, hemos tomado de vino, Valdubon roble 2010, con cafés y el primer día cervezas y verdejos previamente en la barra.

El precio por comensal ascendió a 16 € en la primera visita y a trece euros en la segunda (en la segunda no tomé postre ni hubo consumición de la barra).

Servicio rápido, manteles y servilletas de tela, copas mejorables.

Comentario:

Ante las opiniones divergentes de como se deben realizar los comentarios de las visitas a los restaurantes, unos abogan por tratar de ser escueto, enumerar lo comido, bebido, servicio y el precio y otros (entre los que me encuentro) prefieren comentarios detallados con percepciones de cada plato y observaciones al margen.

Intentaré a partir este comentario, que los míos tengan dos apartados, en un principio de tipo escueto con lo cual el que prefiera este tipo de comentarios no tiene por qué aguantar las percepciones y opiniones personales y el que opte por la segunda posibilidad, puede explayarse leyendo los comentarios posteriores al enumerado.

En la comida del primer día, la ensaladilla era de la que podíamos denominar “de toda la vida” sin florituras en sus componentes, con pimientos rojos que sobresalían por su efecto cromático, con una presentación discreta pero que cuando ibas comiendo la misma, al menos a mí, me recordaba la de mi juventud. El cordero, que según comentaron era creado en la casa, perfecto de punto, con sus patatas fritas etc...

Raciones muy generosas.

En conjunto el primer día los cuatro comensales salimos plenamente satisfechos (sólo he especificado lo que comí yo, para no alargarme en demasía.

Pero el segundo día, quizás por mi acierto al pedir, o quizás por haber menos comensales en la sala, el nivel de la cocina subió más de un punto.

Las alubias rojas con chorizo, llamadas en otros lugares judías con chorizo, estaban para puntuar de 10. Probamos todos y la opinión fue unánime.
Fue uno de esos platos que te quedan en el recuerdo y que, aunque la localidad de Brañosera, se encuentra un poquito alejada de todo, merece la pena ,sobre todo en invierno llamar y si disponen ese día de estas alubias, acercarse aunque sea sólo a comer dichas alubias.

A la salida del restaurante le pregunte a la cocinera (Begoña) de que alubias se trataban, aclarándome que se tratan de alubias de canela de La Bañeza, lo cual no me extrañó, pero al preguntarle por algún truco para su elaboración, me confesó con cara de extrañeza ante mis preguntas, que simplemente llevaban un poco de chorizo, verdura, nada de caldo blanco, y elaboradas previo remojo en una olla normal, sin olla a presión. ¡Esto es arte¡

El rabo, presentado con su hueso, ración más que generosa con un punto de la carne excelente que se despegaba prácticamente del hueso sin estar pasado, sin sabores especiales que se suelen apreciar en el sur, aquí era la carne bien tratada.

En cuanto a los vinos, hay hurgar a Jandrin, pues tiene algunas cosas que ni siquiera recuerda por ahí en las estanterías, dado que es el clásico local que los comensales al uso, toman vino de la casa con gaseosa.

El comentario te titulare como oda a las alubias con chorizo y que sea un homenaje a Jandro, el patriarca de la casa, que lamentablemente nos abandonó este invierno.

Nota: los dos días me había tomado el omeprazol con el desayuno. Je je

A una altitud de 1200 metros, en plena montaña palentina se encuentra este pueblo, del que se afirma que fue el primer ayuntamiento de España. Rodeada la localidad de bosques y montañas nevadas en esta época del año, su nombre significa “braña de osos”.

El pueblo actualmente tiene una fuente importante de ingresos en el turismo rural y allá me encaminé el sábado día 12 para pisar primero algo de nieve en Valdecebollas y luego a comer a este restaurante-casa de comidas, llamado San Roque, pero que le conocemos por donde “Jandro y Jandrin” padre e hijo que atienden la barra y la sala y la señora en la cocina.

El lugar es amplio, con dos comedores, y con multitud de cazadores como comensales en un sábado.

A mi criterio es lugar para conocer la zona y comer caza y raciones enormes a precio ajustado.

Tres personas, comimos entremeses, de esos en plato grande y “con todo lo posible” desde ensaladilla, a cecina, de rabas a gambas, chorizo a jamón etc.… 8.40 euros.

Escalope a 5.80 euros., venado estofado a 7,20 y pimientos rellenos de bacalao a 11.

Con el plato de venado pueden comer dos personas y solo eso.

De postre tarta de arroz a 2,40.

Carta de vinos muy básica, tomamos un ribera sin madera que no recuerdo el nombre (si recuerdo que era del pueblo de Anguix de Burgos), a 9 euros.

No acudáis a este lugar esperando florituras en la cocina ni en el servicio, pero el pueblo y la zona si no le conocéis merece una visita y aquí se va a eso, a comer platos de siempre, bien hechos, con raciones grandísimos y a buen precio.