PAULINO de QUEVEDO es un restaurante familiar con más de 50 años de experiencia que la ultima década ocupa un sorprendente espacio a espaladas de la Plaza de Quevedo. Impresión de poseer una clientela muy consolidada y habitual de la zona (Plazas de Quevedo y Olavide).

El local se divide en dos partes, la zona de barra con una decoración ciertamente indeterminada (aunque ciertamente pase rápido), y una sorprendente y espaciosa sala de comidas, antigua cochera de madera en la que la decoración ha respetado de manera sobresaliente y muy destacada el anterior/es uso/s, en uno de los laterales se ha recreado una destacada bodega climatizada.

Como entrantes destaca unas "alcachofas guisadas con pulpo" que dejamos para una mejor ocasión (no siempre se tienen los mismos gustos...), y pedimos un "pudín de txangurro con algas y salsa de moscatel", suave y correcto (la salsa no me llamo) y unos "chipirones a la plancha rellenos de verduras y aceite de su tinta", sorprendente elaboración (casi al estilo rollito chino) que gusto bastante y en el que destaca el aceite de su tinta. Curioso.

Como principales, todos ellos a destacar, "screi (bacalao fresco de Noruega) con salsa de papada iberica", elaborado al horno con un punto de cocción fantástico siendo todo el conjunto sobresaliente; Muy bueno. Igual de bueno el "salmón salvaje de Alaska con vinagreta de pistachos y cítricos", la vinagreta de cítrico no desmerecía el muy buen corte de lomo del salmón. Y por último, "tournedó de atún rojo a la plancha con chutney y coulí de vino tinto" que tal vez fue el más flojo de los tres, pero en gran medida por lo muy alto de las tres propuestas.

De la carta de vinos, nos decantamos por sorprendente MAS DE SELLA 2012 de Bodegas DE LA REAL SELLA (sierra de Aitana - Alicante-) un vino tinto seco, procedente de uvas de cultivo ecológico, multivarietal con Marselan y Cabernet Franc (30%), Cabernet Sauvignon (30%), Syrah (20%) y Garnacha Tintorera (20%), fermentadas por separado y con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.

Un servicio muy profesional pero algo escaso de personal (viernes por la tarde), y sensación final de que hemos comido muy bien a un precio correcto: cocina tradicional, familiar y de calidad.

Sorprende que a día de hoy este restaurante abierto hace más de tres años no haya sido comentado.Como el nombre indica el establecimiento es "hermano" del Paulino de "toda la vida" situado en la calle Alonso Cano.

Da la sensación de que cuando se abrió el local se hizo con la intención de no repetir las carencias de espacio tan características del Paulino primitivo(hasta tal punto que le hace un pelín incómodo),con lo que nos encontramos con un lugar amplio,bonito y bien decorado.Nada más entrar tenemos el emplazamiento de la barra con una iluminación muy acertada y bastante amplia donde se puede beber vinos por copas con cierto criterio de seleción(Absum varietales,Dinastía Vivanco,Viña Sastre...y blancos de distintas D.O.)además de la cerveza.

De dicho espacio parte un pasillo en el que a la izquierda se puede apreciar una bodega climatizada através de un cristal para llegar al comedor.Éste es amplio,con techos muy altos,mesas separadas(a pesar del número de personas no se aprecian interferencias de las conversaciones vecinas)y bien vestidas.Vajillas, cuberterías y copas a un nivel más que aceptable.

Yo he ido tres o cuatro veces en un par de años pero ayer organizamos una cena de amigos en la que nos juntamos 16 personas y será en loque me apoyaré para seguir comentando.

Como inicio, pedimos una serie de entrantes : pastel de centollo(sin mucho sabor),queso de cabra al horno con pimentón(no puedo opinar porque no me gusta el queso de cabra),vieras envueltas en algas(bien) y pastel de morcilla (rico también.

De platos principales, hubo varios entre los que destacan :hamburguesa de buey de los Valles del Esla(estaba bien pero lo del Esla tampoco es que intodujera ninguna cualidad).Solomillo con ravioli de foie y queso (Normal)
Tournedó de atún rojo:Dos trozos de muy buena calidad y punto.
Medallones de congrío al igual que el atún con buen trato.

Cabe destacar la buena presentación de los platos,pero también presentan otro denominador común: que es la discreta cantidad que ponen en los mismos,con lo que no es uno de lo sitios más adecuados para ir cuando se tiene mucha "gusa".

En cuanto a los postres(aunque yo no suelo pedir)se sirvieron:sopa de arroz con leche con helado de canela,brownie de chocolate,pastel de chocolate con naranja amarga y tarta de queso con arándanos.Todos ellos en la buena línea de presentación comentada anteriormente.

Cafés para "casi todos"

El servicio sin problemas.Puede ser calificado de profesional.

En el aspecto de los vinos tiene una carta que abarca las principales D.O. de España ,con unos precios correctos.Para esta ocasión elegimos un Sierra Cantabría crianza del que dimos cuenta hasta de seis botellas a razón de 16.5€ la unidad.Un Rioja de fácil tomar y que acompasó bastante bien durante toda la cena.

Con todas estas premisas al final salimos a razón de 37,18€ por cabeza.No es una mala relación calidad precio si cuando vas te has tomado unas tapas previamente en la múltiple oferta de la zona.