En una callejuela junto a las Torres de Serranos, encontramos este local de reciente apertura.

Se trata, como ellos mismos se autodefinen, de “The new valencian gastro-bar concept”

Un establecimiento interesante, minimalista, diáfano, casi cuadrado. Uno de sus lados, la entrada, es como un gran escaparate a la calle Roteros; otro de los lados dispone de una barrita; otro una pared limpia que sirve de pantalla a un proyector que arroja constantemente imágenes gastronómicas; y al fondo, la cocina a la vista.

Realmente cool.

Cocina modernota, mediterránea, de mercado.

Nos gustaron mucho más los primeros que los segundos, concluyendo que se trata de un lugar muy conveniente para el picoteo.

Carta de vinos corta pero interesante, de la que seleccionamos un Tres Picos, de Campo de Borja. Copas aceptables.

Servicio joven, con buena presencia y disposición.

Comimos bien en un ambiente desenfadado.

Para repetir.

Nuevo restaurante ubicado en el local en donde se encontraba Orient Express.
Espacio diáfano con la cocina a la vista al fondo de la sala y decoración bonita, con la explicación de lo que es un gastro-bar en una pared y una proyección de vídeo en la de enfrente. Original.
He optado por menú de mediodía:
- Ensaladilla con langostino. Muy buena, al punto la mayonesa y servida en plato de pizarra.
- Arroz con verduras. Correcto pero algo insulso, falto de sabor. Las verduras, al punto.
- Frutas exóticas (mango, piña...) con helado. Servidas con unos granitos que iban estallando según se derretían en contacto con el helado.
A destacar el pan, excelente.
En cuanto al vino, en el menú entraba una copa (algo escasa), servida en copa correcta. Yo tomé dos (Actum, que no maridó demasiado bien con lo pedido).
Servicio amable y ambiente rozando lo informal, en consonancia con la filosofía del establecimiento.
La próxima vez pediré de carta para contrastar la cocina.
El precio del menú de mediodía es de 12€, junto con una segunda copa, a 2,50€.