Restaurante Cal Campaner en Roses
Restaurante Cal Campaner
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
60 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.4
Comida COMIDA
8.9
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Sepionas
Gallo de San Pedro
Tiramisú
Vino Riesling
Mar de Frades
Tiramisú y profiteroles
Escórpora a la brasa
Escórpora
Sepionas
Mejillones a la marinera
Lubina desespinada
Lubina
Cigalas
Lenguado a la plancha
Gambitas de Roses a la plancha
Almejas
Carpaccio de Gambas
Ostras Guillardeau
Nuevo local
Cabracho, sin más.
Sepionet en su tinta
Carpaccio de gamba de Roses
Callos de Mar
Carpaccios de gambas
Anchoas
Opiniones de Cal Campaner
OPINIONES
17

Cal Campaner tiene una cocina que nunca me cansa. Comer buen pescado y marisco, fresco, a la brasa o a la plancha, es la mejor medicina para una dieta saludable. Picoteo de entrada con una sardina en escabeche, un par de ostras Guillardeau, unas gambas medianas y una reción de pulpo "campaner". De segundo, un rape de tamaño medio a la plancha. De postres, caseros, una crema catalana. En esta ocasión, un blanco afrutado el Penedés, Viña Esmeralda, propuesta de mi pareja.  

Siempre lleno, con un servicio próximo y correcto, mesas sencillas y relativamente juntas algunas de ellas, precios contenidos dada la calidad del producto, carta de vinos suficiente con variedad de DO y precios. Propuesta imbatible.

Hoy hemos ido a  tocar las campanas de Cal Campaner, como siempre un gustazo sentarse en una de sus mesas y disfrutar de los pescados que Anna ofrece a modo de carta en su “pizarrita” y te selecciona la pieza más adecuado en tamaño y peso de acuerdo con el apetito de los comensales.

Ningún cambio en el local ni en el servicio respecto a las visitas anteriores, así que paso directamente  a describir los platos elegidos.

Los primeros compartidos

- Mejillones bouchon a la marinera, excelente salsa

- Sepionas a la plancha, para mí siempre que hay uno de mis platos de cabecera

El segundo también compartido

- Un gallo de San Pedro, pieza de 910 gramos hecho a la plancha con la maestria de Joan, excelente punto de cocción.

De postre

- Un excelente tiramisú elaborado por Joan que además de la brasa y la plancha tiene un buen bagaje como repostero.

En esta ocasión la comida la regamos con un Riesling, León Beyer que maridó perfectamente con todos los platos.

Un cerveza para mitigar la sed después de un paseo por la fachada marítima de la población aprovechando el espléndido dia de sol de otoño mientras decidíamos lo que íbamos a comer y dos buenos cafés para finalizar la comida.

Sin duda peregrinaremos en otra ocasión para tocar las campanas.

  • Sepionas

    Sepionas

  • Gallo de San Pedro

    Gallo de San Pedro

  • Tiramisú

    Tiramisú

  • Vino Riesling

    Vino Riesling

Una nueva visita a mi restaurante favorito en Roses por la sencillez y naturalidad de sus platos, por la maestría de Joan en los fogones, por la calidad del producto que allí se sirve y por el servicio a cargo de Anna y su ayudante.

Sin más preámbulos paso a detallar los platos que pedimos

Entrantes

- Mejillones a la marinera, muy buenos, una salsa excelente.

- Sepionas a la plancha, todo un festival.

Seguimos con

- Una escórpora (cabracho) de 950 gramos a la brasa, deliciosa con el punto de cocción perfecto.

Postres elaborados por Juan

- Tiramisú, mi mujer lo encontró riquísimo

- Profiteroles, con Valrhona uno de los mejores chocolates que utilizan los grandes pasteleros

Buen pan con tomate.

La comida la acompañamos con una botella de Mar de Frades de la D.O. Rias Baixas, el servicio consistió en descorche cata y primer servicio, un albariño muy fresco en boca que maridó perfectamente con el pescado.

Terminamos con dos buenos cafés.

Muy recomendable si estás por la zona y también si no lo estás. Muy buena RCP.

 

 

 

  • Mar de Frades

    Mar de Frades

  • Tiramisú y profiteroles

    Tiramisú y profiteroles

  • Escórpora a la brasa

    Escórpora a la brasa

  • Escórpora

    Escórpora

  • Sepionas

    Sepionas

  • Mejillones a la marinera

    Mejillones a la marinera

Nueva visita a Cal Campaner, en esta ocasión con auto recomendaciones dietéticas para una pérdida de peso lo que condicionó los platos escogidos, básicamente evitando alcohol y postres.

Empezamos con unos berberechos naturales, un par de ostras Gillardeau, unas cigalas de notable tamaño y un par de gambas.

De segundo un llobarro – lubina de palangre a la brasa excepcional de sabor y en su punto de cocción y terminamos con los cafés.

Como siempre, un producto fresquísmo con una relación calidad – precio adecuado y un servicio de sala sencillo, pero del todo correcto. Visita imprescindible para quienes visitan Roses o desplazamiento justificado para los amantes del pescado y marisco fresco.

  • Lubina desespinada

    Lubina desespinada

  • Lubina

    Lubina

  • Cigalas

    Cigalas

Encuentro familiar no posible por Navidad y festival de producto fresco y muy bien cocinado. Cal Campaner no necesita presentación. Bien valorado siempre, frecuentado por quienes lo tenemos cerca y por quienes deciden que ir a Roses para visitarlo justifica el desplazamiento. Y cuando en la mesa contigua se sienta el mayor de los Adrià piensas que has hecho una buena elección.
Reformado hace unos años actualmente simula estar en el fondo del mar, acompañado de animales marinos presentes en unas vitrinas. Me gustaba más la sencillez de antes pero con la reforma ganaron un mejor equipamiento de la zona de cocina.
Escogimos anchoas de la casa, "sepietes" sepias pequeñas, chipirones, pulpo "Campaner", sopa de pescado y 3 kilos de pescado entre lubina de palangre i "pagell". Todo excepcional aunque me quedo con los pescados que solicitamos a la brasa y la sopa de pescado lo menos valorado. 
Unos postres que están a la altura y una carta de vinos más que suficiente con precios moderados. Pedimos blancos de l'Empordà, un Furot y un Magenc, ambos correctísimos. 
Nos pidieron el pasaporte COVID. Buena relación calidad-precio.

La puntuación final puede resultar algo baja por el Entorno y el Servicio de vino. La comida está puntuada como extraordinaria y la Calidad-Precio como muy buena.
Como resumen, un festival esperando nuevos motivos que nos lleven de nuevo a Cal Campaner 

Una nueva visita para comprobar que nada cambia en este restaurante, se cocina a la plancha o al horno según el tipo de pescado se trate, pero sea el que sea siempre siempre es fresquísimo.

Anna ha modernizado su pizarrita, la que usa actualmente es magnética y en unos pequeños rectángulos está escrito todo lo que este dia puede ofrecer, lo separa en entrantes,  entrantes plancha,  pescados plancha y pescados horno, actualmente y como novedad en todos los casos el precio está indicado en el caso de los pescados el precio es por kilo.

Compartimos seis anchoas, el precio es por unidad, muy buenas y de buen tamaño acompañadas de pan con tomate y unos excelentes sepionets  “a la bruta”, es decir sin limpiar con toda su tinta y hechas simplemente a la plancha, excelente producto y con acertadísimo punto de cocción.

Seguimos con dos raciones de negrito con un peso total de 680 gramos, como comenté en alguna reseña anterior es un pescado de una delicada carne muy blanca y muy buen sabor, hecho con un magistral toque de plancha.

No pudimos prescindir de los postres que se elaboran en la misma casa, un muy buen tiramisú y profiteroles con buena nata y un mejor chocolate negro y espeso servido aparte en una pequeña jarrita.

Un buen pescado merece ser acompañado por un buen vino, en esta ocasión optamos por uno de la D.O. Penedés, Waltraud elaborado con uvas de la variedad Riesling por Bodegas Torres, con precio muy parecido al que se puede encontrar en tiendas on-line especializadas. El servicio del mismo fué únicamente el descorche.

Finalizamos con dos buenos cafes.

Una muy buena relación calidad, producto, precio que hace de Cal Campaner un lugar de referencia al que inevitablemente hay que volver.

Amaneció un día de sol radiante y decidimos acercarnos a Roses para dar un paseo por el paseo marítimo y comer una vez más en Cal Campaner.

No hace falta extenderme en detalles de decoración, servicio etc, puesto que ya está suficientemente relatado en comentario anteriores.

De la pizarrita de Anna elegimos boquerones en vinagre y sepionas a la plancha, los boquerones grandes y carnosos, seis unidades en la ración, los cobran por unidad y que decir de las sepionas, solamente a la plancha y un pelín de aceite de oliva para disfrutar de todo su sabor.

De los pescados que este día tenian para hacer a la brasa en el horno Josper elegimos un cabracho que nos fué presentado a la mesa antes de introducirlo al horno, la pieza pesaba 900 gramos con un buen punto de cocción nos fué servido partido en dos mitades y resultó un regalo para el paladar.

De postre decidimos repetir el mismo que tomamos en nuestra última visita dos torteles individuales de hojaldre y nata, en esta ocasión el hojaldre estaba crujiente, un postre hecho en casa por Joan el marido de Anna.

Una botella de agua de medio litro y un vino elaborado  por la bodega ampurdanesa Terra Remota y acogido a la D O Catalunya, Ales Blanques garnacha blanca 100 x 100 con una expresión muy suave en boca.

Dos cafés.

Si en el local se ocupan todas las mesas y algunas se doblan por algo será.

Una vez más salimos satisfechos y sin duda volveremos.

No volveremos hasta que pase el verano, pues la población de este precioso pueblo marinero y bellísimas playas se multiplica no sé por cuanto durante la temporada estival. Esperaremos impacientes la llegada del otoño para repetir.
Hace poco más de un año que no he publicado ninguna opinión y ahora ya toca.
Teníamos la reserva a las 13,30 cuando entramos había ya alguna mesa ocupada y con el servicio avanzado y a medida que transcurria el tiempo el local se llenó por completo e incluso alguna mesa se dobló. Realmente es el boca oreja la mejor publicidad que puede hacer un restaurante y este es el caso del que nos ocupa puesto que como ya se ha dicho en alguna otra opinión el local ni es céntrico, ni está en la zona turística, ni tiene una entrada espectacular.
Bien, a lo que íbamos, Anna con su ya famosa "pizarrita" se pasea por las mesas ofreciendo los pescados y mariscos que han sido capturados una pocas horas antes, eso sí continua sin poner precios.
Como ya conocemos la honestidad de esta casa en ningún momento piensas que te van a "pegar una clavada"
Los precios realmente son muy contenidos.
Compartimos unos mejillones a la marinera con una salsa espectacular y unos memorables calamarcitos hechos simplemente a la plancha.
Seguimos con dos raciones de negrito con un peso de 650 gramos un buen lomo para cada uno de este pescado de carne finísima y potente sabor, a la plancha y con un perfecto y magistral punto de cocción.
Pan con tomate con el que rebañamos la salsa marinera y la salsa de la tinta de los calamarcitos.
De postre tomamos cada uno un tortel de nata de elaboración propia, la nata buenísima, lástima que el hojaldre había cogido la humedad de la nevera y no estaba crujiente.
Acompañamos la comida con un Auzells de la D.O. Costers del Segre que maridó perfectamente.
Dos buenos cafés.
Lo dicho, no volveremos hasta el próximo mes de octubre

Con motivo del cincuenta aniversario, se ha remodelado totalmente el restaurante, las luces son con colores cambiantes a voluntad, Marc hizo este día una demostración de las distintas tonalidades de las mismas, azul, verde, amarillo y blaugrana, esta última arrancó los aplausos de varias mesas.
Otra de las novedades es que han incorporado una parrilla de carbón para ofrecer la cocción del pescado a la brasa como alternativa a la cocción a la plancha.
Poco a durado la carta a la que se refiere Joan Thomas, este día por lo menos no apareció en ninguna de las mesas y continua siendo Anna con su pizarrita quien va mesa por mesa ofreciendo los productos del mar disponibles, la que sí a desaparecido ha sido la gran pizarra que colgaba de la pared
Los primeros consistieron en un muy buen pulpo de roca al estilo gallego con su justo punto de pimentón picante y las sepietes con su tinta a la plancha que en pocos sitios como aquí saben conseguir el justo punto de cocción.
De segundo una dorada a la que le faltaban pocos gramos para llegar al kilo y que nos fué presentada en una bandeja antes de proceder a su cocción, pedimos que la cocieran a la brasa con un resultado espléndido teniendo en cuenta la dificultad que entraña este tipo de elaboración, técnica que ha tenido que aprender a dominar Joan verdadero especialista con la plancha a la que saca a cada uno de los productos del mar que pasan por ella su máxima expresión.
Un blanco de la D.O. Empordà, servido a muy buena temperatura y una botella de agua de medio litro acompañaron la comida.
De postre compartimos un variat cal Campaner.
Dos cafés.
Como siempre salimos con la sensación de haber comido un excelente pescado.

Tras haber leído el comentario mas reciente sobre este restaurante que efectuó Owiban Ferran en agosto del 2015, así como todos los anteriores y diferentes buenas criticas por aquí y por allá decidimos reservar por teléfono y hacer una incursión rápida a Roses para ir a comer a Cal Campaner el domingo 27 de marzo a las 13 horas.

El restaurante ha sido totalmente renovado , ha estado cerrado por obras durante tres meses y acababa de abrir sus puertas hacia solamente tres días.

La decoración es totalmente distinta a la que había estado descrito anteriormente, ahora el bar ha desaparecido y como puede verse en la foto, el restaurante se extiende a lo largo de su sala rectangular hasta llegar a la cocina, que está a la vista. La decoración es contemporánea, predominando el color azul del mar. Debe tener una capacidad para acoger unas 50 personas. Las mesas, al menos las de cuatro personas, que es donde nos aposentaron, son amplias. Están vestidas con manteles y corremesas de tejido y servilletas de papel. Vajilla y copas correctas. El servicio de sala es amable y profesional, atendido por los hermanos Anna y Marc Magester, el servicio del vino es inexistente, se limita únicamente al descorche de la botella.
Por lo que había leído anteriormente, han habido también cambios en lo relativo a la presentación de los platos, ahora existe una carta impresa con los precios y en una pequeña pizarra que pasan por las mesas se detalla lo que hay disponible en el día. El precio de los pescados, todos fresquísimos, continua siendo al peso. Provienen de las lonjas de Roses, Port de la Selva y Llança.

Al frente de los fogones, o mejor dicho de la plancha, está el chef Joan Romero, marido de Anna, quien trabajó durante cinco años en el Bulli y en la famosa pasteleria Escribà de Barcelona. Pura maestría en la difícil cocción del pescado a la plancha.

Ese día no tuvimos suerte a la hora de elegir el que iba a ser nuestro menú, no habían callos de rape, su plato estrella, ni sepionets, ni negrito, ni... en fin quedaban algunas colitas de rape, dos pequeños rodaballos y un lenguado mediano... Las lonjas cerraron el viernes santo.

Decidimos pues organizar nuestro menú en función de las existencias.

De entrantes compartimos :

Seis ostras Guillardeau Pequeñas, pero carnosas y muy gustosas. Guillardeau es un valor seguro.

Carpaccio de gambas Buen producto, muy sabroso.

Almejas Buenas, pero prefiero las gallegas.

Gambitas de Roses a la plancha Excelentes, un producto de 10 y perfectamente cocinado. Para repetir y seguir repitiendo.

Como plato principal compartimos

Lenguado a la plancha Gran producto servido en su perfecto punto de cocción.

Los platos no llevan ninguna guarnición.

El pan con tomate, que acompañó la comida, puede mejorarse.

De postres compartimos :

Surtido Cal Campaner Buenos, sin mas.

Dos buñuelos Cal Campaner Flojitos. Buen sabor pero incomibles, como se dice en Francia unos verdaderos "étouffe-chrétiens"(Familiarmente alimento de consistencia espesa y densa que ahoga). Supongo que debe haber un equivalente en castellano pero lo desconozco. No puedo creer que esos buñuelos hayan salido de las manos de Joan Romero. Mi puntuación global se verá disminuida debido a los postres.

Para beber tomamos un vino blanco joven Waltraud 2014 DO Penedès Bodegas Torres, cepaje 100% Riesling. Me pareció elegante fresco y afrutado. Acompañó perfectamente el pescado y el marisco.

Finalizamos con dos cafés.
La cuenta ascendió a 66,37 €/persona. Buena RCP. Al final de la comida pude intercambiar unas pocas palabras con el chef, ya que el restaurante estaba lleno hasta la bandera y éste estaba solo en la cocina, para felicitarle por su "maestría en la cocción de los pescados en la plancha".
Si estamos por la zona volveremos, pero esta vez llamaré antes para cerciorarme de que tienen más producto disponible y sobre todo, callos de rape y negrito. Excelentes productos del mar. Buen restaurante de pescado a la plancha.

  • Lenguado a la plancha

    Lenguado a la plancha

  • Gambitas de Roses a la plancha

    Gambitas de Roses a la plancha

  • Almejas

    Almejas

  • Carpaccio de Gambas

    Carpaccio de Gambas

  • Ostras Guillardeau

    Ostras Guillardeau

  • Nuevo local

    Nuevo local

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