Ya casi llegando final de la temporada de verano, Antonio organiza las jornadas del pincho anuales en Sangacho durante tres días consecutivos, nosotros acudimos el sábado por la noche en el que además había un concierto de Jazz en directo, lo cual hizo especialmente agradable la cena en la terraza del restaurante, totalmente llena y reservada algunos días antes. El menú (35€) consistió en los siguientes platos:
Tartar de gamba roja y yuzu: presentado sobre media lima en una cama de hielo picado, maravillosamente equilibrado entre sabor y frescura, basado en una gamba roja de una enorme calidad.
Burratina, tomate y pesto: un particular homenaje a Italia en un plato de bonita presentación y sabores frescos, suaves y definidos, francamente bueno.
Ravioli de vieira y pollo con caldo cítrico de maíz y jengibre: una de esas genialidades de Antonio, un ravioli delicioso por su jugoso relleno y sobre un caldo que aportaba mucha chispa por su frescura. Para comerse una docena.
Huevo con caviar y parmentier de foie-gras: el clásico huevo a baja temperatura pero en este caso rebozado y acompañado por una generosa dosis de caviar “Russian Style” de Riofrío y el delicado foie-gras. Una auténtica delicia.
Lasaña de vaca rubia gallega con bechamel espumosa de patata: un plato para terminar y de nuevo aparece ese toque tan especial de la casa, una lasaña de corte actual pero con el sabor de siempre. Fantástica.
Pannacota dulce con mango del cielo: delicioso postre con el protagonismo de los mejores mangos de la zona, ahora en plena temporada, quizá la fruta que más nos gusta, dulce colofón final.
Una vez más, Antonio no deja de sorprendernos con nuevas creaciones que muestran esa cocina tan suya aunando técnica y sabor, buscando ingredientes diferentes pero siempre basándose en el producto local, un menú redondo, original y delicioso, lástima que solo se sirva durante dichas jornadas, pero seguro que algún pincho o plato mantiene.
Para beber se ofrecía el Cava Juvé i Camps que patrocinaba las jornadas, pero en nuestro caso optamos por aportar un Champagne nuestro, un espectacular Charlot-Tanneux “Cuvée Micheline Tanneux” 2008 que resultó delicioso y perfecto con todo el menú. Tomamos igualmente dos cervezas de aperitivo. Copas correctas y servicio adecuado y sin errores, era una noche complicada por el lleno absoluto y la superaron con nota.
Así pues, una deliciosa noche en Sangacho, no se podía estar más a gusto en su terraza -a pesar del lleno- con la banda de Jazz y unas jornadas del pincho más que satisfactorias, que denotan que este es un lugar con una oferta absolutamente rompedora y diferente en muchos kilómetros a la redonda, más que recomendable y en especial para cenas veraniegas. Volveremos.
Pannacota dulce con mango
Lasaña de vaca rubia gallega
Huevo frito con caviar y parmentier
Ravioli de vieira
Burratina, tomate y pesto
Tartar de gamba roja y yuzu
Bueno, tengo una cierta amistad con el cocinero y dueño del negocio y eso me da una cierta confianza para llevar mi vino, su cocina desde luego que merece beber bien y sobre todo Champagne. No hay más comentarios porque como te dice Luis, se trata de un pueblo poco turístico y un poco en medio de nada, pero tiene una cala y una playa muy agradables. Y solo por la cocina de Antonio (Conjuro y Sangacho) ya merece la pena la visita.
Saludos,
Eugenio.
También yo, si el tema de los vinos no es muy allá y tengo confianza, aporto el vino. Me parece una buena opción, incluso para la propiedad del restaurante, siempre que no aportes referencias que tengan en carta o vinos muy básicos.
Recomendación a tener en cuenta.
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