Restaurante Restaurante Harria en Munguia
Restaurante Harria
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
46,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
53 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
Opiniones de Restaurante Harria
OPINIONES
4

Restaurante del precioso hotel palacio de Urgoiti, que fue trasladado piedra a piedra, por la construcción de una autovía. Degustamos para cenar:

* Ensalada de langostinos y salmón

* Entrecot de buey con pimientos asados

* Bebida: Cervezas y vino Küdaw Nativo Cinsault.

Local elegante con mucho encanto.

Desde que Juanjo había colgado este lugar, además en sus dos posibilidades, tenía yo muchas ganas de visitarlo. El ya ha contado un poco su historia así que no voy a repetirme.
El comedor amplio, con mesas de buen tamaño y bien vestidas. El servicio es amable y atento.
La carta de vinos es correcta, las referencias de blancos son más bien las típicas y no hay demasiadas posibilidades de tomar nada más allá.
Nos decantamos por un Marqués de Riscal Sauvignon blanc 2013.
Es de un color muy pálido. La nariz intensa, a mucha fruta.
En boca es fresco, de muy fácil beber y tiene una acidez bien marcada.
Las copas de la mesa son pequeñas y le comento si nos las puede cambiar, me dice que son las de agua y que para el vino nos traerá unas más grandes. Bueno, más grandes sí son pero yo no me refería a ese tamaño. Correctas.
Cubitera que hoy sí es necesaria ya que el vino no está a su tempertura ideal. El servicio del mismo es correcto, sin más.
Dos buenos panecillos que en cuanto ven que nos faltan, nos reponen.
Comenzamos con la Ensalada “Hotz-bero” (templada) de langostinos y salmón.
4 langostinos ya pelados y con mucho sabor y un par de buenos trozos de salmón de buena calidad. El conjunto está bien rico. Plato agradable para comenzar suavemente, sin agresiones al estómago.
Nos vamos ahora a por unas estupendas croquetas de langostinos. Una docena (en la foto falta una, que hay hambre y ganas de probarlas). Bien crujientes por fuera, estupenda textura y con muchísimo sabor. Dicen por ahí que donde se comen buenas croquetas, se come bien. Vamos a comprobarlo.
Le comentamos si podemos comer pescado y carne para compartir y nos dice que sin problemas. Que nos lo emplatan individualmente. Encantados.
Rape con crema de txangurro. Dos buenas medias raciones de un buen pescado. Un poquito menos hecho hubiese estado mejor pero de sabor está cojonudo y la salsa de txangurro se nota que es puro producto. Sabe a lo que ofertan. Me encanta esa sal gorda que te encuentras en boca. Sano ya será comer sin sal, eso dicen, pero a mi que no me engañen que ni se puede comparar.
Le llega ahora el turno a la carne: Solomillo de buey con pimientos morrones asados. De nuevo dos buenas medias raciones. La carne está sabrosa. Eso de que sea de buey….. es mucho pensar pero tiene mucho sabor y la textura es realmente la que hemos pedido: al punto. Buena calidad.
Aunque no lo parezca, hemos cenado sobradamente y no nos atrevemos con los postres. Una pena porque hay algunos que suenan muy bien pero otra vez será. Esa torrija……. Marijo no quiere echarme una mano así que……
Dos cortaos bien preparados y a la terraza, que como está resguardada por las paredes del edificio, permite estar bien en una noche no demasiado veraniega. Pequeña charla con la camarera que realmente es muy agradable.
De todos modos creo que merece la pena una visita al lugar, puedes comer bien en un excelente entorno. Idóneo para veladas románticas.
Para verlo con fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Acabo de introducir el comentario del ambiente “Bistró” del Palacio Urgoiti, y ahora comentaré mi experiencia en su restaurante denominado “Harria”. Me voy a ahorrar toda la introducción sobre el palacio y su historia (por larga), ya detallada en el comentario sobre el “Bistró”. También se puede leer en su página web si alguien estuviera interesado.

El espacio destinado al restaurante cuenta con una enorme cristalera que permite unas vistas preciosas, en días claros como era el caso, se llegan apreciar los montes de Villasana de Mena (Peña Angulo), además de toda la cordillera de montes que circunda la zona. Realmente bonito y relajante.

Comida familiar de fin de semana, 5 adultos y 2 niños pequeños. Previa reserva telefónica, nos ubican en una mesa junto a la citada cristalera, mesa muy espaciosa, vestida con mantel blanco, buena cubertería, buena vajilla y buenas copas tanto para el vino como para el agua.

Pedimos varios entrantes para compartir entre todos y después un segundo cada uno.
Ahí va la minuta:

**De aperitivo, a cuenta de la casa, si no recuerdo mal, era un salpicón de pulpo, con cítricos y brotes, presentado en cucharas de diseño individuales. A mí me gustó, el toque de cítricos le daba un toque fresco y diferente a lo que suele ser el pulpo tradicional.

**Para compartir en centro de mesa, pedimos unas “Antxoas del Cantábrico de Aguirreoa”. Sirven una docena bañadas en un buen aceite de oliva, de esos que te obligan a untar y untar y pedir más pan. Las anchoas muy ricas. (16 € sin Iva).

**Seguimos compartiendo una buena ración de “Jamón ibérico de Guijuelo acompañado de una emulsión de tomate, aceite de Arbequina y ración de pan de cristal”. El jamón muy rico, sobre todo cuando se acompañaba del pan untado con la emulsión de tomate, que venía servida en un tarrito de cristal transparente tipo botica, muy cuco. (23 € sin Iva).

**Para compartir también, “Hongos salteados con foie fresco a la plancha”. La ración en este caso no era generosa por lo que tocó a un poco por comensal. Estaba rico. (16 € sin Iva).

**En cuanto a los segundos platos yo pedí unos “Chipirones a la plancha con cebolla pochada”. Creo recordar que eran 4 chipirones de tamaño medio pasados por la plancha en su justo punto. Estaban muy sabrosos. (14 € sin Iva).
Otro comensal pidió fuera de carta unas “Alcachofas salteadas con hongos y jugo de ibéricos”, no llegué a probar pero por lo que comentó el plato estaba muy rico.
Otro de los comensales pidió “Solomillo de buey a la plancha con foie fresco y hongos salteados”. Me dieron a probar y como ocurre en el 99% de los casos, de buey nada. No sé por qué se empeñan en poner en carta buey cuando no lo es. En este caso concreto, la carne estaba tierna, pero me llamó la atención sobremanera que apenas tenía sabor, es como si se tratara de ternera en vez de vaca madura. Me gustan los sabores intensos, sobre todo cuando hablamos de carne y ésta no cumplió. (25 € sin Iva).
El resto de comensales siento deciros que no recuerdo exactamente qué pidieron.

**En cuanto a los postres decir que yo pedí un “Smoothie de piña, mandarina y plátano con unas notas de hierbabuena”. Muy muy rico y sobre todo refrescante. Un buen postre para aliviar una comida pesada. (4.50 € sin Iva).
También pedimos “Tostada casera caramelizada con helado artesanal”. Quemadita por fuera y muy tierna por dentro. La probé y me pareció muy rica. (6.50 € sin Iva).

**Los peques, para facilitarles/nos la comida, comen un plato de huevo frito con patatas fritas cada uno.

El pan era bollitos individuales bastante ricos.
En esta ocasión, ninguno de mis familiares quería vino, así que yo también lo dejé para otra ocasión. Bebimos todos agua.
Servicio de mesa correcto.
En cuanto a la cuenta final no puedo decir el importe ya que no me tocó pagar a mí y tampoco recuerdo todos los platos como para hacer un cálculo aproximado.

A mi juicio y lugar recomendable ubicado en un lugar con hermosas vistas. No sé cuándo pero volveré.

Restaurante Harria (Palacio de Urgoiti)
Comida para cuatro personas.
El domingo, nuestros anfitriones decidieron llevarnos a un bonito lugar a comer. Nos comentaros que el restaurante está ubicado dentro del Palacio de Urgoiti, según parece, en origen, dicho palacio estaba en Galdakao, aunque después debio trasladarse piedra a piedra al lugar actual (ver historia en página web). Es curioso observar en su fachada los disparos que recibió en la guerra civil. Decir que el palacio también dispone de alojamiento, si no me equivoco aparece en la guía Rusticae, y la pinta, como puede verse en la web, no puede ser mejor. El conjunto se completa con un campo de golf aledaño.
El Palacio está ubicado en el término municipal de Mungia, para llegar hasta él, se debe de tomar la carretera a Bilbao y luego un desvío, una pequeña carretera se adentra en el monte desembocando en el lugar. Si se continúa, el camino lleva a una de las urbanizaciones más lujosas del entorno de Bilbao. Como digo, el Palacio está en lo alto de un monte, por lo que las vistas en un día claro como el que nos hizo, son tremendas, que decir de los verdes paisajes de Euskadi, una maravilla.
Tras dejar el coche en el aparcamiento justo enfrente de la zona de aprendizaje del campo de golf, nos dirigimos al restaurante. Un pequeño jardín y enfilamos la entrada, recibidor y finalmente el comedor. La estancia donde estuvimos es alargada, salpicada por unos amplios ventanales que te permiten comer viendo los paisajes ya citados. Las mesas están muy bien vestidas, hay mucho espacio entre ellas, todo perfecto. El ambiente es de un lugar señorial, sus huéspedes y clientes en consonancia. Decidimos sentarnos junto a la ventana, nuestros amigos nos permitieron comer cara a ella y así disfrutar de las vistas.
La comida.
Magnífica. Comida tradicional pero con un producto de muchísima calidad.
Entrantes.
Dos ensaladas templadas de langostinos y verduritas. El conjunto buenísimo, la vinagreta exquisita, pero a destacar los langostinos, frescos, sabrosos, generosos…
Dos arroces cremosos con vieiras y cigalitas. El arroz en su punto y con la cremosidad que anuncia el plato, sabor intenso. Y de nuevo que decir del producto fresco, vaya vieiras y vaya cigalitas. Un plato excelso.
Segundos.
Tronco de Rape sobre Romescu tradicional. Impresionante tronco de rape, que calidad, que rico. El romescu muy bien hecho, aunque ese pescado no necesita ningún aderezo.
Laminas de Buey e idiazabal. La carne era mantequilla, el sabor impresionante, y por supuesto en su punto. El queso riquísimo, marinando muy bien con la carne. Otra demostración de producto de alta calidad.
Postres.
Tres "Nuestros Helados Caseros". Helado de varios sabores, todos perfectamente reconocibles, muy buenos, creo que recordar que el de queso estaba espectacular.
Un bizcocho fluido de chocolate y helado de naranja. Yo probé un poquito y estaba también muy bueno, el helado en la línea de los otros. Postre contundente para lamineros.
El vino.
Carta corta y centrada en lo tradicional, sobre todo en Rioja, pero con suficientes opciones para acompañar al ágape. Precio, Viña Ardanza Reserva Especial 2001 a 33€, en tienda sobre los 19-21€.
Las copas son adecuadas, el servicio se limita a abrir el vino y dejarlo encima de la mesa.
El servicio.
Muy profesional y simpático, a tono con el lugar. Rapidez en servir y atentos a las necesidades del comensal.
A pesar de que nuestros amigos son asiduos por motivos laborales y ya conocen sus virtudes, no dejó de sorprenderme para bien, ya no solo el restaurante, si no el lugar, el entorno, las vistas. Al final disfrutamos de alguna estancia del palacio, que hace de recepción del hotel. Sin duda es un lugar para disfrutar de una muy buena comida especialmente en un día soleado que te permita disfrutar de las vistas y pasear por los alrededores. El alojamiento promete sin duda, y para amantes del golf, pasar un fin de semana allí disfrutando del conjunto, supongo que debe ser una experiencia altamente recomendable.
Precio 52,75€ por persona. Sin vino.

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