Restaurante Dolium en Valencia
Restaurante Dolium
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
8.4
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Martinet Bru
Cafe, infusión y petit fours
Oro parece
Steak Tartar
Rodaballo
Aperitivo y entrantes
Steak Tartare
Timbal de Confit de Pato sobre Celeri Caramelizado y Manzana Ácida
Huevo Escalfado con Crema de Calabaza al Aroma de Tartufo
Opiniones de Dolium
OPINIONES
21

Poco más que añadir a los comentarios que preceden....muy buena materia prima,bien trabajada,trato profesional y amable.Con todos esos ingredientes,el resultado no puede ser otro,acierto pleno.
Entrantes...cuatro magníficas vieiras sobre royal de alcachofa.
Principales...lomo de atún con espuma de parmesano.Rico.
...steak tartare.Sublime!!
Postre...trufas.Correctas.
De bebercia, tres cervezas y copa de vino -roble de ribera-.
Cotrrecta RCP.
A destacar, además de la materia (que es lo principal) el trato recibido.
Lugar de romería para los amantes del steak.

Un local clásico desde sus inicios y clásico desde las raices de su origen (EL Gastrónomo) y que mantiene su cierto encanto del clasicismo desde el servicio, la carta de vinos y la profesionalidad del personal y de su plato estrella (como en sus raices): el Steak Tartare.

Comida para tres con unas aceitunas y unos snacks de entrada con un par de Alhambras que nos trajeron ya servidas en la copa (¿?), dos de agua. La carta de vinos muy clásica con pocas opciones fuera de Riojas y Riberas en tintos, y optamos por el desconocido: Rolland Galaterra 2010 de bodegas Valtravieso que gustó y hubo bastante para toda la comida.

Optamos por el menú degustación (35€ iva inclkuido) porque tiene su plato estrella. Añadimos un plato de jamon, bueno, bien cortado y servido en forma de rulitos que lo hacían muy fotogénico.

Los entrantes eran: huevo escalfado con crema de calabaza y al aroma de tartufo: más que un entrante por su tamaño y su densidad se convierte en un primero; bueno, agradable, con diferentes texturas en boca; acierto sobre todo en un día lluvioso como hoy.
El segundo entrante previsto timbal de confit de pato sobre celeri caramelizado y manzana ácida, no quedaba y fue sustituido por dos hermosas vieras marcadas a la plancha con crujiente de jamón y una base de alcachofa; el crujiente se apoderó de todo el sabor de la viera, pero aún así, un plato agradable.

De principal declinamos la opción de pescado -lubina- y los tres fuimos a por su steak tartare. En casi todas las mesas (estaba casi lleno) había algún comensal cuando no todos, con el steak. Dado a catar de especias (hubo quien lo intensificó) consigue con buena materia prima y buen corte una agradable resultado final y en buena ración.

De postre texturas de chocolate, coco y menta, que resultó algo más simple que el título otorgado. Correcto sin más.

El servicio del vino bueno, dado a catar y relleno de copas casi siempre. Impecable en su desarrollo, aunque sin ningún comentario o información adicional.
Tema del pan: muy mejorable a que aparte de alguna rosquilleta, colines, un poco de pan tostado muy prescindible; esa carne merece mejor compañía.

Unos cafés con obsequio de un minitrozo de coca boba con pasas bien elaborada. En otras mesas vimos ofrecer los clásicos orujos.

Buena separación de mesas y un reservado a la entrada muy interesante para pequeñas celebraciones.
Sensación que si nos vestidos de forma adecuada podíamos estar en los años 70 con una gran profesionalidad al estilo más clásico.

Visitamos este restaurante que desconocía pero que sin duda pasará a ser uno de mis referentes en calidad y en atención.
Ubicado en la zona norte de la ciudad, existen varios parkings alrededor. El salón es de estilo clásico, con una iluminación y decoración muy cuidadas. Separación entre mesas adecuada, mantelería elegante y servicio muy atento. A destacar la bodega, a la que se le dedica un espacio generoso en el restaurante.
Nos decidimos por empezar con un carpaccio de gambas que estuvo excelente, seguimos con unas alcachofas en tempura con salsa romescu muy trabajadas, teniendo en cuenta que la tempura cubría unicamente la parte externa de la alcachofa, permitiendo valorar todo su sabor. Finalizamos los entrantes con unas clóchinas que me sorprendieron también por su perfecto punto de hervido.
El plato principal es lo que más claro teníamos con anterioridad a cruzar la puerta del restaurante, y es que para los amantes del Steak Tartare (incluso para aquellos que aún no lo sean) este es el sitio. He de destacar que no es un sitio más donde el Steak Tartare está bien, sino que es de los mejores. El aderezo perfecto y adaptado al punto idóneo de picante.
De postre pedimos un helado de turrón que estaba muy bien. Quizá le pondría un poco más de almendra.
Acompañamos la comida con un gran Caliza 2009. El servicio del vino correcto, quizá algo por debajo de temperatura, pero mucho mejor así que cuando sucede al contrario. Las copas son también adecuadas, aunque de talla un poco baja.

Sin duda un sitio para repetir y tener en cuenta tanto por su calidad como por su trato.

Es difícil añadir mucho más a los comentarios que me preceden pero no se debe dejar de dar una opinión sobre todo cuando es buena.

Un local especialmente agradable con un trato profesional y eficiente , calidad de producto, buena presentación , bien preparado y con una estrella rutilante, el excelente steak tartare.

No repetiré sus excelencias, en nuestro caso pedimos además un punto más picante y lo maridamos con un Juan Gil 2010, un poderoso Jumilla que no deja indiferente. Nos encanto.

Añadiría dos comentarios, me gusto mucho su carta de vinos, algo subidos de precio para los tiempos que corren pero sobre todo interesante en cambio el servicio del vino me pareció claramente mejorable.
Las copas eran sólo correctas y no soy muy aficíonado a los adminículos que se ponen en la botella para servir el vino y evitar su goteo. También el relleno del vino me pareció excesivo aunque lo cuadraron correctamente con la salida de los platos. Es un tema de gustos.

En resumen:
Muy recomendable, sobre todo para los amantes del steak tartare al más puro estilo del Gastrónomo, un referente inolvidable.

Su página web enuncia el siguiente comentario:

Nuestro mayor SECRETO reside en la elegancia de nuestro servicio y calidad de nuestros platos

Me parece súper logrado el titulo del comentario que me precede… La reivindicación del clasicismo. Gracias estimado Javier por la recomendación ;-)

Era un día cualquiera de una semana cualquiera en el que improvisamos casi de mutuo acuerdo probar alguna de las joyas que nuestra hermosa ciudad posee. Veníamos días antes de anular una reserva por temas familiares que finalmente terminaron en fatal desenlace. Anular una reserva supone al menos para nosotros un impacto importante ya que no podemos evitar pensar que quizás esa mesa quede vacía y no pueda disfrutar de una historia, además de principalmente perjudicar al restaurador. ¿Os imagináis que las mesas pudieran hablar? Menuda cantidad de secretos y confesiones tienen que guardar las pobres…

Por suerte la vida continúa y una vez la tranquilidad se fue aposentando en nuestro día a día, decidimos volver a realizar la reserva. Además, lo prometido era deuda y Mara se merecia ese homenaje.

El restaurante tiene un exterior y un interior que invitan al optimismo. Una vez accedemos nos reciben cortésmente dos profesionales que demostraron desde nuestra entrada hasta nuestra salida una diligencia, una exquisita educación, un trato cercano y a su vez una adecuada lejanía que nos permitía tener la venerada intimidad que tanto gusta tener. Considero que es un restaurante incluso hasta romántico.

Como siempre, cuando visitamos un sitio por primera vez, nos pusimos en sus manos y solicitamos asesoramiento. Mi cabeza y mi corazón desde hacia tiempo me insistían con su afamado Steak-Tártara y si no hubieran dispuesto de él mi marcha de allí hubría sido inmediata. Por suerte no fue así. Empezamos tranquilamente a estudiar sendas cartas mientras nos refrescamos con unos Perucci bien preparados. Como consorte a los mismos nos pusieron una bandeja de patatas artesanas y unas olivas.

La carta de comidas es interesante, con una selección de platos adecuados que entran por la vista cuando los lees. La carta de vinos dispone de una amplia selección de referencias, considerando que tiene lo que debe tener un local de esa índole. Asimismo la mesa está bien vestida y todos los elementos de sobremesa son notables.

Empezamos la velada tomando las siguientes entradas:

- CONOS DE SALMÓN AHUMADO CON AGUACATE Y LANGOSTINOS
Refrescante inicio en donde todos los alimentos conjugan a la perfección.

- TEMPURA DE VERDURAS NATURALES
Tiernísimas el amplio abanico de verduras con una bien elaborada tempura.

- CROQUETAS DE JAMÓN IBÉRICO CON TIRITAS DE FOIE
Jugosa y sabrosa masa bañada con foie

Proseguimos con su afamado:

- STEAK TARTARE (ESPECIALIDAD) acompañado de patatas paja y las pertinentes tostas.
Excelente carne, excelente aderezo, el picante es su justa medida. No sé si el mejor pero si entre los mejores Steaks probados. Un plato que me enamora.

Postres:

SORBETE DE LIMÓN AL STOLICHNAYA
Excelente digestivo para finalizar la cena

- Sendos cafés

Bodega:

Bassus 2008, Un excelente Pinor Noir mediterráneo que siempre hace nuestras delicias y que acompañó maravillosamente todos y cada uno de los platos.

El sumiller chapeau, el servicio del vino por su parte rozaba el sobresaliente.

El Trato:

Excelente.

Inclusive cuando nos despedíamos recordaban a la perfección la anulación de la reserva.

En único pero:

A nuestro entender y además bastante importante es el cambio de platos, algo que no se produjo en los entrantes. En sitio de esa categoría y encima trabajando esa noche a media capacidad no debe de hacer eso. Por ese motivo bajamos de muy buena a buena la RCP.

Un lugar muy recomendable que sobretodo resalta su encanto por la noche. Todos los aspectos muy positivos los cuales no fueron enturbiados por la omisión del cambio de vajilla y cubiertos.

Saludos

Restaurante situado muy cerca del polideportivo de Benimaclet, en una zona de construcción nueva. Decoración clásica con mesas bien vestidas , amplias y con buena separación entre ellas. Mantelería, cristalería, cubertería y vajilla de buen nivel. En conjunto ambiente cálido y confortable.
Tomamos :
.- Ensalada de vieiras a la vinagreta de berberechos y eneldo: Excelente vieira con sabor profundo y perfecta cocción. Berberechos de tamaño medio-grande. Muy buena la unión de la salinidad con la frescura del eneldo.
.- Gambas al ajillo : Gambas con tamaño medio y sabor alto. El aceite mojado en el pan sublime.
.- Pimientos del Piquillo rellenos de bacalao : Conjunción perfecta en textura , muy melosa, y en sabor alto de los dos ingredientes.
.- Croquetas de jamón ibérico con tiritas de foie : crujiente por fuera , deshaciéndose el interior en la boca. El foie potencia el sabor en segundo plano y aumenta la fluidez. Muy buenas.
.- Steak tartare : Una autentica pasada. mezcla de los ingredientes delante del comensal , dando a probar antes de servir. No hizo falta rectificar ni añadir nada tras la prueba. Textura melosa con sabor fino que , conforme se mastica va abriéndose y da paso a las especies con lo que lo aderezan. Picante con fondo ligeramente ahumado , en ningún momento se desvirtúa el sabor de la carne. Ella manada , pero lo que lo acompaña ayuda a que sea un plato inolvidable. Superlativo.

De postre Biscuit con chocolate caliente. Chocolate como Dios manda. Altísimo sabor del cacao , denso, de los que invita a tomar y tomar chocolate . Tal vez si le añadieran un toque de vainilla podría ganar en postgusto.
Pan mejorable, sobre todo el blanco. Ofrecen colines y pan tostado además.
Muy buen café.
Gin Tonic perfectamente preparado.

Carta de vinos , como no podía ser de otra manera , como la comida , como el local , clásica. Quizás se echan de menos algunas tendencias mas modernas , pero también es cierto que no creo que exista mucha demanda por parte de los clientes en esa dirección.
Servicio de vino , como el de sala, muy bueno. Corrección , educación, profesionalidad, diligencia , rapidez , cercanía sin agobios. Como muy bien dice Red 19 , transportable a cualquier escuela de Hostelería de renombre. Sin duda, en este local, el servicio de sala es un valor añadido.

Hasta no hace mucho, imbuidos por la locura colectiva que tuvimos , y , que ahora estamos pagando las consecuencias, tuve la sensación de cierta denostación hacia, no sólo la comida clásica sino también hacia los restaurantes que cumplían esas premisas. Términos como casposos, pasados de moda, frikkie (no sé si se escribe así, ya soy demasiado mayor para saberlo) se usaron en referencia a estos locales. Cierto es que , algunos de ellos se lo habían ganado, pero no es menos cierto que , en otras muchas ocasiones no fuimos justos con ellos. Esta claro que la evolución es necesaria en todos los ordenes de la vida , pero no es menos cierto que , para evolucionar, hace falta tener las bases solidas y cimentadas , a partir de las cuales elegir nuevos caminos. Sin esas bases , no hay camino posible. Y este local es un claro ejemplo de lo que son una parte de las bases de un restaurante. Bien esta el minimalismo y los vestidos zen, pero no por eso esta mal un camarero con corbata o unas sillas clásicas (por cierto muy cómodas). Bien están las esfericaciones y las deconstrucciones, pero no por eso hay que decapitar las raíces que han hecho posible llegar hasta donde se ha llegado.
Cuando comes en un restaurante como este , piensas que , afortunadamente , unos profesionales que saben de esto mucho mas que nosotros, siguieron firmes en sus ideas y , honradamente siguieron, y siguen haciendo, lo que ellos saben hacer . Lo que les gusta , lo que creen . Y logran , a lo mejor sin saberlo, que frente a modernidades , esnobismos y tendencias fashion, el clasicismo emerja y nos recuerde que , un plato más que centenario como el Steak es capaz de provocar un recuerdo imborrable.
No tendrá nunca Dolium una estrella Michelin. No estará en los círculos fashion ni snobs. No creo que sea un sitio para ir y ser visto. Pero para mi, tiene un titulo nada fácil de lograr : La Reivindicación del Clasicismo. Y todavía con más merito cuando parte de la honradez llevada hasta el final.
El precio es aproximado porque no pague yo y sin vinos. La RPC se basa en los precios de la carta.

Restaurante situado en un local que consta de dos dependencias, una de las cuales permite convertirse en un reservado amplio.
Decoración relajante y acogedora, destacando los paneles de madera en las paredes y el parquet, muy bien encerado, en el suelo.
Mesas bien vestidas (cubertería, cristalería y mantelería adecuadas) que, gozan de una, más que, suficiente separación entre ellas, permitiendo esa privacidad, que tanto anhelamos, los comensales.
Servicio atento, diligente, educado, amable, discreto, muy discreto (nunca se levanta la voz, casi te susurran, para no interferir en tu conversación, lo que te pueden ofrecer). Ejemplo a seguir por las escuelas de hostelería.
Carta más que notable, predominio de la cocina de mercado, buen producto, fresco, auténtico.
Cocina sin disfraces, con sabor. Buena técnica en la elaboración de los productos, con especial mención del Steak Tartare, que, se elabora in situ. Adecuada conjunción de base (muy buena carne), punto de picado de ésta (se mantiene fresca, permeable y receptiva a la emulsión que la va a condimentar y "cocer") y especias y condimentos (yema, mostaza, perrins, pimienta, sal...).
Postres buenos.
Bodega suficiente.
Buena RPC.
El precio es sin vino.
Totalmente recomendable. SERVICIO EXCELENTE.

Comida de trabajo y a pesar de no conocerlo, nos decidimos a probar este restaurante abierto desde hace dos años, pero con una amplia experiencia previa en sus dueños, alguno de los cuales estuvo en El Gastrónomo. Tuvimos la suerte de que nos ubicasen en un reservado, por lo que tuvimos una comida muy agradable. Decoración clásica, cubiertos y copas al nivel del restaurante. Como entrantes pedimos escalibada con queso de cabra, buena, ensalada de perdiz, muy lograda y almejas con alcachofas, discretas. Veniamos por las referencias sobre el steak tartare, calificado como uno de los mejores de Valencia. Dos de los comensales lo probamos y doy fé de que estaba excelente. Preparado en la sala a la vista de los clientes, lo ofrecen para rectificar el punto de picante. Recomendable vivamente para aquellos a los que les guste este plato. Otros comensales tomaron solomillo y entrecot, dando todos su aprobación a las carnes. Tomamos Maduresa 2006. No pude ver la carta de vinos, pero el servicio del vino fue muy profesional, así como la atención durante toda la comida. Los postres fueron correctos, yo tomé helado de turrón, algún compañero terminó con un biscuit glacé que fué bastante ponderado.

Buena opción, carta clásica con buena materia prima. Recomendable.

Excelente trato al cliente con una profesionalidad en desuso. De entradas la tempura de verduras en su punto de cocción y nada grasienta, y el foie micuit. Seguidamente, un memorable steak tartare que previamente a servirlo te ofrecen corregir el punto de picante (sin duda para mí el mejor de Valencia) acompañado de un Viña Alberdi 2001. Para rematar, imprescindible, el crepe suset. Después del café una copa de ron Zacapa 23 años.
!IMPRESIONANTE!.

Restaurante relativamente nuevo en la zona de benimaclet.
el local hace que te sientas comodo y relajado.con una separacion entre mesas correcta y adecuada.pero lo mejor sin duda es el trato y servicio dispensado por Juan Antonio y todo su equipo en sala y cocina (muy profesional y atento).
entrantes:tempura de verduras, foie micuit al vino viejo y anchoas.
como plato principal tomamos brocheta de rape y langostinos en salsa marinera.
postre:crujiente con queso fresco, membrillo y chocolate caliente.
vino: verderon 07 de casa del pinar.
para recomendar.

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