Una de las mejores cosas que me ha deparado este 2013 que acaba ha sido conocer personalmente a tres tipos geniales e irrepetibles con los que he podido compartir unas cuantas jornadas de vinos, comida y buen rollo. La última ocasión ha sido este sábado, día en el que me tocaba organizar una cena en un establecimiento que estuviera a su altura. La cosa era complicada, pues la oferta vitoriana de nivel no es muy alta que digamos y estos tres sujetos, con un amplio historial restaurantero a sus espaldas, no son de fácil conformar. Otro factor que obraba en mi contra era el posible ánimo de revancha de dos de ellos, motivado quizás por haber tenido que aguantar alguna que otra puya, lo que les iba a convertir en comensales especialmente puntillosos. Dándole vueltas al tema pensé que lo mejor era darles a elegir entre un par de alternativas, de manera que en caso de no quedar del todo satisfechos parte de la responsabilidad recayera sobre ellos. Al final, el restaurante elegido fue El Clarete, un viejo conocido que rara vez suele defraudar.
Antes de la cita quedamos para tomar un vino en un bar del centro de la ciudad, aunque era tentador pasarse por alguna de las carpas de la feria del vino que este puente se ha celebrado en Vitoria (Ardoaraba). Llegamos al restaurante a la hora convenida y, como la idea era tomar el menú degustación (50€), no llegamos a ver la carta. La que sí nos entregaron fue la de vinos, pues aunque el menú ya cuenta con uno, nos apetecía completar la cena con algo más de variedad. El listado es bastante reducido, pero disponen de bastantes más referencias en la amplia cava que preside el comedor. Tras concretar qué vinos nos interesaban, empezamos con la cena, que se compuso de los siguientes platos:
- Gazpacho de frutos rojos
- Anchoas marinadas
- Foie con gelatina de vino dulce y kikos
- Yema de huevo de caserío a baja temperatura con migas
- Pulpo con crema de patata trufada
- Lomo de bacalao con chips de cebolla
- Cochinillo confitado con lentejas
- Gelé de macedonia de frutas con helado de mango
- Torrija caramelizada con crema de melocotón
No entraré en detalles sobre los platos, pues se que alguien más capacitado que yo se va a encargar de hacerlo próximamente. Nada más diré que se trata de un magnífico menú, sin fisuras ni altibajos, aunque mencionaré como platos más destacados el Huevo con migas y el Cochinillo. Olvidaba mencionar que cerramos la cena con unos potentes quesos castellonenses que aportó el siempre generoso Óscar y que estuvieron a la altura del resto de los platos.
En el apartado de los vinos la cosa flojeo en algunos momentos, eso sí, todo ellos fueron servidos perfectos de temperatura y en copas adecuadas. A lo largo de la cena salieron a la palestra los siguientes:
- Agustí Torelló Mata Brut Nature
- A Teixa 2011
- Pazo de Señorans 2011
- Marc Brédif Vouvray Classic 2012
- Casa Primicia Garnacha 2007 (incluido en el menú)
- Quintal do Noval Lágrima
- Ojuel Supurao
Terminamos la celebración con unos cafés, y aunque salió a relucir la posibilidad de tomar allí mismo algún Gin-tonic, decidimos que mejor sería hacerlo en algún pub de la zona. Pagamos 75€ por persona, de los que 25 correspondieron a los vinos, quedándonos en general muy satisfechos con la experiencia. En es tipo de encuentros siempre salen medio atados los siguientes, así que no habrá que esperar mucho para que volvamos a juntarnos.