Pedimos el Menu Fin de Semana porque no nos ofrecieron nada mas, quizas nos vieron cara de pobres. De primeros lentejas (que no fueron nada del otro mundo) y cardo salteado con jamon (que tampoco fué nada espectacular ), ambas cosas pasables. De segundos entrecot y solomillo de cerdo, muy normalitos aunque las guarniciones parecian recalentadas de otro dia. Los postres buenos, mousse de chocolate y mousse de platano. El vino me pareció caro para un crianza del 2006 y los tenedores de agarre incomodo. A la camarera le temblaba el pulso y dejo varias gotas de vino sobre el mantel, no le doy mucha importancia a ésto (todos hemos sido noveles) pero lo comento porque no sé los parametros de valoracion del servicio del vino. La carta de vinos muy extensa. Resumiendo, si no hay otra cosa se puede ir.

Compartí mesa con Dani, es decir pedimos el mismo menú (Yain: 30€ con vino) y en mi caso la elección de los platos fue bastante más afortunada. Todos ellos bien ideados y llevados a buen término, en especial el confit de pato aunque coincido con Dani en que a la mini-hamburguesa le faltaba algo de chispa... Buena carta de vinos y bastante buen servicio del mismo. Servicio atento, dedicado y que estuvo siempre pendiente, aunque una disculpa por el plato que tuvieron que retirar... no habría estado de más. De todos modos una buena opción, para repetir si volvemos por Teruel. Esperemos que sean capaces de pulir algunos errorcitos en ciertos platos de su carta....

Cerca de la estación de ferrocarriles de Teruel, en la plaza de la Judería, encontramos este pequeño restaurante de decoración moderna, cómodo mobiliario y buena distribución de las mesas. Me gusta la atmósfera creada, alejada de la rusticidad que suele reinar en estos locales, se apuesta por un ambiente más actual.
Escogimos el menú Yain de 30€ que incluye un vino de la casa (Care Roble) que canjeamos por un Bürklin Wolf 2007, pagando la diferencia. Cocina de mercado con algunas pinceladas de autor y en las que mis elecciones fueron menos afortunadas que las del resto de la mesa. Fallo imperdonable el sacar unas virutas de vieras totalmente congeladas, plato que tuve que devolver a cocina para que las templaran. Solucionamos el problema pero ya te hace ponerte en guardia. La ensalada de pollo de mis acompañantes parece ser que estaba muy buena y de generosa ración. El segundo plato fue una mini hamburguesa con mostaza, bastante buena pero algo falta de chispa, tal vez le faltó destacar más el sabor de la carne, aunque es un plato que en lineas generales me gustó. Mejor opción hubiera sido el milhojas de foie que probé de otro comensal que estaba bastante bueno. El plato principal fue una merluza que estaba impresionante, pero en la que encontré unas cuantas espinas que acabaron por molestarme, frente al confit de pato que comieron mis acompañantes, el cual probé y estaba exquisito.
La carta de vinos es una verdadera maravilla, con una selección y unos precios excelentes. Buena representación de espumosos y blancos internacionales, como de tintos. Copas de buena calidad y servicio del vino correcto.

Una verdadera lástima no escoger otros platos, aunque entiendo que esto no es culpa de la elección, sino del restaurante que no acaba de dominar todos los platos de la carta por igual. Aun así, creo que si se está en Teruel es una buena opción donde comer. Le daremos otra oportunidad.

Buen local, buenas mesas y cristaleria, buena carta y buena bodega. El personal muy bien, sobre todo Raúl, dispuesto a conversar y a intercambiar conocimientos, bueno más a aportarlos, debido a su gran preparación.
Tomamos un Tres Picos de Bodegas Borsao, bueno, como siempre. Me gusta este vino.
De primero unas verduras en wok, después una rueda de bacalao, impresionantes las preparaciones y el dominio de este pescado, hasta el punto de tener un apartado especial en la carta para varios platos de bacalao. Ternasco con albóndigas para el final.
Después un postre ligero, pues ya no podíamos más y eso que habíamos compartido los platos.
Una copa de espuma de canela con arrope de PX y yogur griego. Combinación excelente.
Vale la pena el desplazamiento. Desde Valencia es solo una hora y media.

http://www.ojoalplato.com/archives/2406

Así lo definió el maitre... y no sé por qué.

Local sumamente acogedor, de diseño moderno y minimalista, y ambiente más "estiloso" que sus vecinos. Alguna mesa podría estar algo más separada, pero estuvimos bien. Buena iluminación. Mantelería, vajilla y cubertería de buena calidad. Copas Schott-Zwiesel.

Servicio sumamente amable. Nos ayudaron perfectamente con las cantidades y la comida para el niño. Un 10. Como detalle, nos cambiaron las copas al pedir la botella de vino blanco, pese a que era el mismo del que habíamos tomado 2 copas. La explicación: si se cambia la botella, se cambian las copas.

Comimos:

Entrantes a base de:
- 3 lomo de sardina con tomate y melocotón (1,25€/ud.) - sabroso, realmente bueno.
- taquito de foie (4,50€/ud.) - sobre una especie de bizcocho, sal maldon y licor y mermelada de higos. Excelente, en especial la textura del bizcocho y el sabor del licor de higos, que recordaba al matalauva.
- 3 rollito de morcilla (2,50€/ud.) - sobre una cama de ajoblanco con cebolla confitada y reduccion de arrope de PX. Excelente.
- arroz tintado con calamarcitos, y pimiento y cebolla fritos (3,-€/ud.) - el arroz tintado presentado en timbal no demasiado bien. Algo falto de sabor y excesivamente apelmazado.

Platos principales:
- Ensalada de escabeche (11,-€) - Enorme.
- Corona de ternasco de Aragón (18,-€) - 3 costillas y 4 albóndigas muy sabrosas, casi más que el ternasco, con una salsa que estaba deliciosa. Muy bien.
- Tataki de atún rojo (18,-€) - Excelentes cocción y sabor.
- Secreto de cerdo con patatas fritas (9,-€) - Para el niño... y tenía buena pinta.

Postres:
- Mousse de plátano con piña y, creo recordar, coulis de frambuesa (6,-€) - Muy bien. Refrescante y digestivo.
- Volcán de chocolate (6,-€) - Suave.
- Natillas con galleta (3,-€) - Caseras y muy ricas.

Bebimos 2 copas y una botella de Viñas del Vero Gewurstraminer, 1 copa de Ventus, 1 copa de moscato d'Asti Il Falchetto, 2 aguas, 1 cerveza, 1 cola y un cortado.

Después de semejante homenaje, me fui al comedor de al lado con mi copita de moscato a fumarme un puro... Sin problemas.

Sinceramente, y aunque alguien pueda molestarse, no esperaba un restaurante así en Teruel... Me alegro por los turolenses :-D

Después de leer los fabulosos comentarios de este restaurante, decidí ir con mi mujer.

Lo primero que nos sorprendió gratamente fue el trato que nos dispensaron, cercado, agradable y muy cordial.

De la carta elegimos 3 entrantes (la tosta de foie, chips de alcachofas y las tortitas de aroz), pidiendo dos raciones de las primeras y últimas y una ráción de alcachofas, pensando en que no sería muy abundantes. En este momento Raul nos aconsejó pedir solo una ración de la tosta de foie, y evidentemente fue un a sugerencia muy acertada, ya que estos entrantes son muy completos.

De estos tres entrantes nos impresionó muchísimo las tortitas de arroz, ya que se trata de un cubo de arroz mezclado con tinta de calamar, sin pasarse, acompañada de una emulsión de tomate, un chipirón y lo más sorprendente, las puntillas de huevos fritos, que auqnue parezaca vanal, le dió un golpe de sabor increible.

La tosta de foie también nos sorprendió ya que estaba montada sobre una especia de torrija, y la combinación de sabores estaba muy lograda.

De aqyuí pasamos a los segundos que fueron un tataki de atún rojo (en dos palabras im...presionante) y turbante de bacalao (presentado como un rollo de tres capas, berenjena, encima el bacalao, y una capita de una especia de alliloi gratinado). Ambos platos los probamos los dos y nos dejaron muy impresionados.

La carta de vinos es muy extensa. Pedimos consejo a Raul y después de indicarle la zona que queríamos probar nos aconsejó un Enate Shyrah-Shiraz, que no por haberlo degustado anteriormente dejó a sorprendernos.

A los postres no fuimos capaces de llegar, ya que las raciones eran más que generosas, y no tienen nada que ver con las que sirven en Barcelona.

El único pero hay que buscarlo en la temperatura de servicio del vino, que lo fue a temperatura ambiente, ya que quizás carecían de una digna vinoteca.

En fin, en mi caso fui a este restaurante un poco escéptico, pero salí maravillado, a pesar del probemilla de la temperatura de los vinos. En cualquier casop, pienso repetir, y estoy convencido que Raul es consciente de la importancia de cuidar la temperatura de los vinos, por lo que pondrá un pronta solución.

Sin duda alguna me atrevo a recomendar este restaurante como el mejor de Teruel, sin miedo a equivocarme.

Excelente restaurante en el centro de Teruel con un aire moderno pero con racionalidad. Gracias a Raúl me he reconciliado con el vino de Aragón, siendo muy recomendable su consejo de Pardina 2005, a un precio insuperable. Las raciones son muy agradecidas, reseñando la carrilera y el atún rojo. La relación calidad precio resulta muy acertada contando además con un menú de mediodía muy completo por 17 €.

Estuve en este restaurante por los criticas mencionadas. el servio del vino me parecio impresionante . raul sabe mucho.disfrute mas por las clases majistrales q me dio sobre vion mas que por las de cocina

Por fin contamos en Teruel con un gran restaurante. Siempre es un placer comer en el restaurante de Raúl y disfrutar de su sencillez, saber estar y de su sabiduría como sommelier. Una exquisita cocina de autor a un precio muy razonable, combinada con una excelente bodega y un trato muy familiar, tanto por parte del dueño, como por parte del resto de personal.
Animo a todo el mundo a que se acerque al Yain. Es un lujo al alcance de todos.

Potaje de vigilia magnífico. Deberían incluirlo en carta siempre! Cinco formas diferentes de preparar el bacalao. Las probamos todas. A cada uno nos gustó una diferente. El revuelto dourado y el bacalao en cama de patatas, sencillo y magnífico. El servicio, impecable. El sumiller, ya quisiera ver muchos así en Valencia. Una carta de vinos hecha con un criterio tan personal y tan poco "comercial" que daba ganas de aplaudir al acabar de leer. El trabajo de un responsable de bodega se puede ver en muchos detalles pero el amor por su profesión, y la dedicación y el respeto por el mundo del vino sólo se ve en algunos "elegidos". Raúl me ha parecido uno de ellos. La sencillez y la simpatía siempre ayudan, pero un restaurante de ese nivel, lleno, aun cuando sólo lleve 8 meses de andadura, en el medio de Teruel, nos debería decir algo clarito, clarito...
Nos recomendó el tinto. Nosotros elegimos el blanco y el vino de postre. Ha sido un placer, y se agradece muchísimo que tengan abierto los domingos para acercarnos en festivo (fue una visita entre semana al mediodía). Después de todo, está a 1 hora y media de Valencia, y Teruel bien vale una visita... y más de una.