Pese a algunos fallos... muy bueno.

Cerca de la estación de ferrocarriles de Teruel, en la plaza de la Judería, encontramos este pequeño restaurante de decoración moderna, cómodo mobiliario y buena distribución de las mesas. Me gusta la atmósfera creada, alejada de la rusticidad que suele reinar en estos locales, se apuesta por un ambiente más actual.
Escogimos el menú Yain de 30€ que incluye un vino de la casa (Care Roble) que canjeamos por un Bürklin Wolf 2007, pagando la diferencia. Cocina de mercado con algunas pinceladas de autor y en las que mis elecciones fueron menos afortunadas que las del resto de la mesa. Fallo imperdonable el sacar unas virutas de vieras totalmente congeladas, plato que tuve que devolver a cocina para que las templaran. Solucionamos el problema pero ya te hace ponerte en guardia. La ensalada de pollo de mis acompañantes parece ser que estaba muy buena y de generosa ración. El segundo plato fue una mini hamburguesa con mostaza, bastante buena pero algo falta de chispa, tal vez le faltó destacar más el sabor de la carne, aunque es un plato que en lineas generales me gustó. Mejor opción hubiera sido el milhojas de foie que probé de otro comensal que estaba bastante bueno. El plato principal fue una merluza que estaba impresionante, pero en la que encontré unas cuantas espinas que acabaron por molestarme, frente al confit de pato que comieron mis acompañantes, el cual probé y estaba exquisito.
La carta de vinos es una verdadera maravilla, con una selección y unos precios excelentes. Buena representación de espumosos y blancos internacionales, como de tintos. Copas de buena calidad y servicio del vino correcto.

Una verdadera lástima no escoger otros platos, aunque entiendo que esto no es culpa de la elección, sino del restaurante que no acaba de dominar todos los platos de la carta por igual. Aun así, creo que si se está en Teruel es una buena opción donde comer. Le daremos otra oportunidad.