Recién dejado atrás un invierno que más bien nos ha parecido una primavera, iniciamos ésta con unas temperaturas cuasi veraniegas. Jueves Santo, día radiante y dirigimos nuestros pasos hacía los pueblos encantadores del interior de la comarca. Bonitos paisajes, grupitos de gente que toman la cervecita en las terrazas tras finalizar su ruta de senderismo, gente que pasa sus vacaciones de Semana Santa por la zona… mucho ambiente, muy a gusto.

Sabors es una casa de comidas consolidada en Benialí desde hace años. Podríamos decir que, en su día, fueron auténticos precursores en la zona de algunas costumbres que más tarde se han convertido en tendencia: las tapas con un pequeño toque de autor, la ausencia de carta en pos de un menú degustación “a ciegas”… estaban ya presentes en esta casa muchos años ha. La fórmula, que también tiene sus contras, ha funcionado y nos encontramos un salón repleto de clientes con toda la pinta de “clientela fidedigna”. La sala es agradable, un poco bulliciosa, con un toque que fue moderno en su día y que, ahora, ya resulta un poco vintatge pero con encanto.

Nos sentamos a la mesa y, sin acuerdo previo, comienzan a llegar platos a la mesa, uno tras otro y todos al centro:

- Milhojas de berenjena, anchoa, queso de cabra y confitura de tomate
- Pan de higo, cebolla caramelizada, figatell y tomate seco rehidratado con aceite de oliva y vino blanco.
- Patatas a lo pobre con secreto ibérico.
- Empanadillas fritas de verduras
- Crema de calabaza
- Entrecots con foie a la plancha (dos para cuatro comensales)
- Postres variados: pan de calatrava, flan de huevo, tarta de chocolate…

No entraré en la descripción pormenorizada de cada uno de los platos. Su enunciado es bastante descriptivo y valoraré como altamente positivo el resultado final de todos y cada uno de ellos destacando los dos primeros entrantes y la carne de calidad más que aceptable y servida con su punto perfecto.

Carta de vinos escueta, todos ellos de gama económica y con un sobrecargo realmente ridículo. Que aprendan otros profesionales de la hostelería. Tomamos dos botellas de “Bala Perdida”, vino tinto DO Alicante.

Servicio muy familiar a cargo de los propietarios del negocio y excelente RCP. He observado al respecto una bajada importante en el ticket final respecto a visitas anteriores.

Artículo completo en: http://guide-alicante.com/un-clasico-en-el-val-de-la-gallinera-sabors/

En uno de los pueblos del Vall de la Gallinera, Beniali, se encuentra el restaurante Sabors, de mucha fama dentro de lo que son los restaurantes de interior.
La decoración es de un color morado, fuerte pero no desagradable, mesas vestidas con sus manteles blancos y un paso de mesa a juego con las paredes. Las mesas son amplias y nos dieron una que estaba junto a la cristalera de la terraza, quizás la mejor y eso estuvo genial. Las sillas son de plástico que parecen tanto de interior como de exterior, pero son realmente cómodas, nada que decir. De decoración pinturas modernas de paisajes de la zona (aparentemente) que quedan bien, es decir es un sitio cuidado.

Lo que más me ha gustado:
─ El nivel de la comida es bueno y el precio razonable.
─ Los precios de los vinos razonables sobre el pvp en la calle. Por ejemplo el Ysisos que pedimos se compra alrededor de los 15€, es decir añadir solo 4€ es más que razonable.
─ El sitio es muy agradable.

Me habría gustado más si:
─ El servicio, quizás porque estaba a tope el restaurante, lento.
─ Como indicado anteriormente me hubiera gusta poder elegir mis platos.

Los domingos debe de ser un poco diferente a los otros momentos de la semana, está el local muy concurrido y pese a ser amplio, y sin llegar a ser molesto, se nota la cantidad de mesas grandes familiares que se montan.
Sirven un "menu cerrado", vamos que si te sientas 6 a la mesa ya van preparando la mesa, tienen muchas cosas al centro a modo de tapas, bastante ricas y correctas. El tiempo entre platos es correcto ya que está todo pensado.
Luego ponen un poco de paletilla de cordero y solomillo al foie trinchado todo al centro.
El trato es agradable y con ganas de agradar aunque algo desbordado como suele ser habitual en época de crisis y domingo. De todas formas nunca te sientes desatendido. Correctos postres al centro e invitan a una mistela.

Ecuación que funciona pues suele estar lleno sobre todo los domingos, simplemente si mejorasen un poco el tema del vino (que por otra parte no te puedes quejar por sus precios) les daría mucho más empaque.

Por ejemplo hay vinos de 7, 8 y 9€ la botella de la zona. Aún así hay algún amigo que se queja que la RCP la ve un poco elevada debido a que ya tienen casi todo preparado y no puedes elegir...

Yo veo que intentan hacer algo diferente en un sitio no fácil

Excelente sitio para acudir a relajarse y disfrutar tanto de la comida cómo del servicio.
Acudimos el viernes para cenar y repetimos el domingo para el almuerzo.

El primer día entrantes variados muy buenos todos y de platos principales unas costillas al horno y solomillos.

El segundo día nos decantamos por un gazpacho siguiendo las recomendaciones de los propietarios. Sencillamente espectacular. Increíble . Si tenéis ocasión de ir en época de setas y rebullones no os lo podéis perder.

Mención especial merecen el trato de los propietarios. Lástima que sea tan difícil encontrar gente que atienda así a sus clientes.

Volveremos seguro

El restaurante está situado en un marco incomparable. Benialí és un pequeño pueblo de la montaña alicantina que muchos desconocen rodeado de cerezos, almendros y olivos y bajo la imponente sierra que delimita Vall de Gallinera y Vall de Alcalá. Comedor soleado, con vistas, decoración actual y mobiliario práctico y funcional. Mesa bien vestida aunque habría que renovar un poco el coperío.

Nos sentamos a la mesa: seis comensales. No hay carta. Nos indican que van sacando comida hasta que nos plantemos: salpicón de pulpo (fresquísimo y sabroso); virutas de pollo rebozadas (nada aceitosas); boquerones marinados con salsa de aceitunas (otra vez destaca la frescura del plato); albondigas caseras (ricas ricas). Con estas entradas un blanco verdejo cuyo nombre no recuerdo (a 9€).

Seguimos: bombón de foie amb ou filat (una auténtica delicia); dos piernas de cordero al hormo (brutales) y dos solomillos de buey con foie i gelatinas de tomate y violeta (correctos). Tomamos un tinto de rioja que tampoco recuerdo (consejo acertado de la casa: 12€).

Postres al centro: flan de huevo, helado de turrón, tarta de nueces y pasas, de plátano... Faltó algo de chocolate.

El servicio amabilísmo, simpático... muy correcto. Carta de vinos reducida en la que se echa a faltar algo más selecto (la mayoría estan entre los 10 y los 20) para ocasiones especiales.