Restaurante Mulsum en La Riera de Gaià
Restaurante Mulsum
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
38 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Mulsum
OPINIONES
5

volvemos de nuevo, con los mismos amigos interesados en mostrarnos los cambios y mejoras tanto en opciones de menú como platos veteranos…, incluso en las tarjetas de visita...
hay dos menus, 30 y 15, y cuatro platos sueltos, los supervivientes.

vemos un local más lleno, con más clientes pero los mismos currantes (el matrimonio), con lo que el atasco previsible, se convierte en real, y la sensación de lentitud se apodera de los presentes....
hay que pensar en eso....éxito de gente sí, pero sobretodo velocidad...no importa que seamos slow food, pero nunca sleeping food....
los menús son interesantes y a precios razonables con lo que la RCP no se resiente.
La cocina sigue siendo buena, y las ganas de agradar desbordan.
Veo interesante los cambios, y siendo resultadistas, a corto plazo está funcionando… eso sí con menús de precios ajustados, la rotación debe provocarse.
Comenté con mis amigos que lo de la carta a viva voz sigue sin gustarme, prefiero pocos vinos, pero leer no me molesta….y me permite saber por donde van a ir los tiros...algo que por lo que se vé no comparte mucha gente...
situación absurda con la terraza...
gente saliendo a fumar...al lado de gente que está comiendo... y no, no es tan grande....pero continuo...
Justos de postres, muy justos… razonable con el entorno descrito de menús quizás… pero se agradecería algo más….
Gusta ver que los brazos no se han bajado… como decíamos hace un año y pico, pero seguimos luchando…

acudimos cuatro amigos a comer aprovechando las fiestas del puente de mayo.
local con un potencial y una realidad, muy altas, pero que como titulé, parece que pasa por ese momento crucial que es el km 30 de la maratón....

menú interesante a precio razonable, bien trabajado y con un servicio ágil (los de la mesa del al lado comían carta y comentaron que les costó 50 minutos recibir el primer plato).

servicio amable, cercano pero muy correcto...

carta de vinos y postre cantada, con pocas referencias, el estoc es un coste al fin y al cabo.

recomendable, sobretodo en las cenas en la terraza y confiando que saldràn de ese punto del km 30... en un entorno como el actual la bajada de brazos es peligrosísima....

Un buen amigo con el que comparto afición por la buena mesa y bodega, me llevó a comer allí aprovechando que estábamos en un pueblo cercano. Fuimos 4 adultos y mis dos hijos. Había otra mesa sólo, y era sábado a mediodia (21 de agosto). Comimos dentro, pues los casi 40 grados a la sombra no hacían apetecible comer en la terraza (en eso soy muy "señorito": habiendo aire acondicionado, no me va el sol).
El problema inicial al ver la carta (cocina de mercado, pero creativa y con ingredientes "poco" apropiados para mis hijos de 13 y 11 años, lo solventaron con un excelente solomillo de ternera al punto como les gusta a ellos. Misión cumplida.
Los adultos pedimos 4 primeros para compartir y probar más cosas y un segundo cada uno.
En vinos, elegí un Viña al lado de la casa y se les había agotado. El propio chef vino a traerme 4 botellas a la mesa de "características similares". Explicación correcta y, detalle MUY de agradecer, dijo el precio de cada una al acabar, siendo la más cara de 25 euros (un vino de Talarn,Lleida, que no recuerdo) y 16 la más barata. El que había pedido yo eran 22 con lo que captó perfectamente que los 25 euros era el límite que me marqué ese dia.
En cuanto a los platos, realmente bien. Puntos de cocción adecuados, cantidad razonable y, percepción de los comensales acercada de la calidad del producto muy positiva.
Dos de nosotros tomamos un garrí (cochinillo) excelente. El propio Alex (creo recordar que se llama así) nos vino a preguntar si estaba bien porque creía que estaba un poco duro a pesar de las 9 horas de cocción. Le dijimos que no, que estaba perfecto.
Buen servicio a cargo de su mujer, ágil y diligente y, en definitiva, un lugar al que volveré sin duda y recomiendo.
Salimos a 40 euros por adulto con cafés y con 2 postres (no somos de tomar postre casi nunca, pero pedimos 1 para cada 2 por probarlos a expresa petición de Alex).

Gracias a varias recomendaciones decidimos pasar la noche de la celebración de mi cumpleaños en este restaurante al que tenía ganas de ir desde el comentario de Ricardo.
Hay dos cosas que no me gustaron demasiado y de las que no me quejé, inusual pero cedí: tener que compartir comedor con una persona que no paraba de fumar, y tener que esperar al menos diez minutos para ser atendida (problemas en la cocina) que tras un rato se solventaron con la llegada de la Jefe de Sala.
Nos lanzamos a la degustación de una crema de espinacas con avellanas con raviolis rellenos de mejillones y torta del Casar que me encantó ya que nunca había experimentado el sabor de un fruto seco dentro de una crema de verduras, y un Foe micuit garrapiñado; de segundo filetes de jabalí con piña que estaba delicioso que para nuestro diario gastronómico fue un descubrimiento y un bacalao gratinado con muselina de alioli que estaba impresionante. Nos acompañaba un Laus 2005 con D.O.Somontano que tuve ocasión de probar en El Callizo (Huesca). De postre y para compartir, un Crujiente Coulant que fue todo un acierto y sorpresa que espero que si os gusta el chocolate lo descubráis vosotros mismos. Trato correcto y explicaciones extensas que nos hicieron disfrutar de una deliciosa noche. Volveremos de nuevo.

Restaurante pequeño, cálido, cómodo y con una cocina de mercado muy interesante.
He estado en diversas ocasiones y nunca defrauda.
Transmite con facilidad las ganas de agradar, el paseo por una gastronomía mediterránea a la que se busca exprimir al máximo sin permitir que la calidad excelsa canibalice el placer con un precio desorbitado.
buena idea el menú degustación que en mi caso, partió por la mitad todos los platos que pedimos duplicando la variedad de sabores y atrevimientos....
atrévanse a soltarse con el propietario/cocinero o con la propietaria/jefa de sala...la charla les va a encantar y no van a sentir la distancia, que en mi caso, me separa de los conocimientos de ambos.
"castigo" algo el entorno, porque si bien es cierto que està habilidosamente trabajado se encuentra algo limitado de espacio durante el invierno. muy apetecible la terraza interior que le genera a uno el ávido deseo de que llegue el verano.

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