Un gran descubrimiento. Restaurante familiar comandado por Augusto Salvi, romano de pro, amable y solícito. Sentado en tu mesa te explica lo que puedas degustar. Especializados en pasta casera, también elaboran el pan que puedes acompañar con cuatro tipos de aceite (picante con pimienta, parmiggiano, albahaca y eneldo). Tomamos un carpaccio de ternera con parmiggiano y probamos los canelones de bogavante y los de foie, jamón ibérico y pollo, además de una exquisita pasta alla carbonara. Helado de stracciatella y tiramisú. Toda la comida bien elaborada y sabrosa, presentación atractiva y trato cercano y amable.
Para beber un vino tinto dolce frizzante, ligero y asequible.
Cafe espresso y limoncelo.
Nos ha gustado la cercanía, la calidad del producto y el sabor de los platos, bien elaborados, además del trato amable de Augusto.
Volveremos seguro.

Local con aire clásico, buena separación de mesas y especialidad en pasta italiana de buena factura, fresca y casera.
Buen pan, no pude ver la carta de vinos, tomamos un Nero d'Avola adecuado para la comida, servido a buena temperatura y en buenas copas, trato familiar desde el primer momento.
Tomamos carpaccio de pulpo con gambitas y berenjenas rellenas para compartir, ambos platos bien ejecutados, especialmente el pulpo, muy buen entrante y muy fresco. Luego pasta individual, en mi caso unos ravioli con espinacas y ricotta, la pasta en su punto aunque sin impresionar el resto. Probé otros platos y la verdad es que trabajan bien la pasta en general.
De postre tiramisú, rico, jugoso y si algún pero he de ponerle es que estaba excesivamente dulce para mi gusto.
En resumen, un buen italiano en un local clásico pero muy cómodo.

Este restaurante tiene un encanto especial, ya que parece sacado de una pelicula de hace años.

Su cocina italiana, dedicada sobre todo a la pasta, no tiene nada que envidiar a cualquier restaurante romano.

En pasta, es de lo mejor que he degustado en Valencia.

Entorno cómodo y agradable. Comer en un buen restaurante oyendo operas italianas de fondo es en sí mismo un placer. Servicio atento. Platos de pasta fresca rellena de calidad. De entrante tomamos una ensalada con langostinos y piñones sabrosa y diferente.

La decoración del restaurante es un poco cursi, con sus esculturas y sus columnas. Da la impresión de que estás en el coliseo. El dueño es todo un personaje, típico italiano de traje de chaqueta, tirantes y gomina. Pero la comida estaba muy buena. Comimos foie con rodajas de manzana caramelizada, ricas aunque un poco demasiado tostadas, provolone al horno, bien y yo unos raviolis de bogavante exquisitos. Mi compañera se pidió bucattini a l'amatricciana, excelentes, con su punto picante. No pedimos postre y bebimos Carmelo Rodero. El precio correcto. Lo único que me pareció exagerado fue el solomillo (20euros).

Fuimos a cenar con unos amigos a este restaurante que no conociamos. Junto al mercado de Abastos.

Buen trato del dueño del restaurante con muy buena atención y trato en el servicio. Te aconseja tanto en la comida como en los vinos.

Para cenar comimos de entrantes unos crepes de ajitos tiernos con virutas de foie y una ensalada de queso de cabra frito.

De plato principal todos pasta. 2 Lasañas, unos raviolis con necoras, unos ravioles a lo funghi porcini con jamón y unos tallarines a los cuatro quesos. Todos quedaron encantados con cada uno de sus platos de pasta. Pero creo que los raviolis caseros son de lo mejorcito de la casa (ya sean con funghi, necora, bogavante,...). Las salsas de acompañamiento pueden ser a sugerencia de la casa o la que desee el cliente.

De postre 3 helados de masacarpone , buenísimo, un tiramisu y una panacota que estaban buenos.

En el vino nos dejamos aconsejar y la verdad es que nos marido la cena con vinos italianos, un docceto d´alba del piamonte en los entrantes y para la pasta un regaleali siciliano.Ambos muy buenos para mi gusto. Cafés y copas incluidas.

Precio por persona 40 €