Restaurante La Morena en Finestrat
Restaurante La Morena
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes y del uno al quince de noviembre
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de La Morena
OPINIONES
3

Es una pena que el nefasto servicio o una insuficiente cocina condicione las virtudes de un restaurante. Porque debo decir que la comida es buena, pero no es aceptable sentarse en una mesa a las 2'15 y que hasta las 2'45, sólo te traigan una cesta de pan tostado, y tras haberla pedido 3 veces.
Los entrantes llegaron a las 3, intentamos anular alguno, a fin de que los platos principales llegaran antes, y la respuesta de la camarera: "no los anulen porque van a tardar mucho igualmente". Finalmente aparecen a las 3'45 (hora y media despues de sentarnos).
Creo que no es tolerable, e insisito, independientemente de la calidad de la comida, no es un lugar que se pueda recomendar a nadie.

Debo discrepar de la opinión anterior, aunque tal vez el 27 de diciembre, domingo despues de Navidad, no sea el mejor día para valorar un restaurante de montaña como este.

Sólo 2 camareros para atender una considerable sala, dividida en fumadores y no fumadores, en la que los no fumadores, una vez más nos llevamos la peor parte, es decir el interior del restaurante, quedando los ventanales y vista a las montañas para los fumadores. Estaremos hablando por lo menos de 16-18 mesas, y ese número de mesas, no se atiende sólo con buena voluntad y disposición.

Demasiado tiempo de espera para tomar nota, y demasiado tiempo entre plato y plato. Entrantes correctos aunque escasos, no adecuan los platos al numero de comensales, sino que sacan las raciones tal y como las tienen preparadas. Eso obliga, a repetir comanda, en algunos platos, como las croquetas, o a limitarse a una mera prueba , como la sepia con habitas.

4 carnes y 4 pescados en carta. (contados, no es una forma de hablar)

Platos principales mediocres, como la pierna de cordero, que además salió con distintos grados de horneado. Tampoco destacó la fideua ni las milhojas de bacalao y berenjena.

Postres caseros, pero también poco elaborados. Decepcionantes los profiteroles rellenos de helado, en vez de nata.

Carta de vino muy escasa.

Al final, sensación de incomodidez. ¿Sabeis cuando en un lugar estás deseando pagar para irte porque se te está haciendo eterno? Pues eso.

Restaurante y pequeño hotel (cuatro habitaciones). Decoración de estilo rústico, dispone de dos comedores, el interior de no fumadores y el del porche acristalado de fumadores con vistas a una terraza empisada. Dispone de garaje propio.

La carta es bastante amplia, unos diez aperitivos o entrantes, cuatro ensaladas, media docena de carnes, media más de pescados y un extenso surtido de arroces (caldosos y secos). Las elaboraciones son sencillas, pero realizadas con materia prima de calidad. La vajilla funcional y la cubertería bonita y moderna (tal vez demasiado, en ocasiones el tenedor resultó incomodo). El servicio es atento y dispuesto.

La carta de vinos, no muy amplia en el apartado de blancos y espumosos (tal vez los de armonía más adecuada para la predominante oferta de productos del mar), organizada por tipos y DO’s,. El vino descansa en una original cava acristalada a la vista del público y en armarios climatizadores. La cristalería buena: Schott Zswiesel y Spigelau. Los precios del vino aproximadamente a 1.7 del precio de tienda. El vino se sirve a temperatura adecuada, pero con los únicos formalismos de la presentación y prueba.

Nuestra experiencia fue para comer, nos ofrecieron un aperitivo (gentileza de la casa) consistente en un rollito crujiente de pasta brick relleno de fruta y verdura (bueno), compartimos: coqueta girada (plato local consistente en una mezcla de espinacas fritas, morcilla, cebolla y melva envueltas de una masa de harina y agua, cocida al horno), contundente pero muy bueno, un buen calamar relleno y como plato principal un arroz a banda, bueno de sabor, pero un poquito falto de cocción, estaba un pelín duro. Los postres son caseros de repertorio clásico, mousse de chocolate, tarta de turrón con chocolate caliente y sorbete de limón. Armonizamos esta comida con un Casta Diva Cosecha Dorada 2007 y un Carlota Suria Brut Nature, todo ello, con cafés y agua mineral, por 100 euros para tres comensales.

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