Las "reuniones de brujas" (también conocidas como akelarres) siempre son más agradables si te facilitan todo , como ha sido el caso.
Con motivo de reunión "fraterna", fuimos a cenar , y estuvo fantático. Javier nos sugirió el menú degustación, que si por algo me sorprendió, fue por su precio (24 euros/pax mas iva). Crema de patata trufada (mi hermana Elena sigue hablando por ahí de este plato!) estaba tremenda. Foie con queso de cabra caramelizado, hamburguesa de sepia y cigala (este plato es de muerte) y solomillo con caramelo de sésamo. De postre un coulant (de verdad que mi estómago no podía más, pero me lo comí todo). Regamos con mestizaje de bodegas mustiguillo (esta bodega es un vicio personal, en cualquiera de sus "rangos"). Muy bien de verdad, el ambiente muy chulo, el trato delicioso y el precio ya ni qué decir. 65 euros dos personas. Espectacular. Para repetir.
Interesante descubrimiento en la zona Canovas, que como ya se ha comentado, te resulta familiar al entrar por el personal procedente de les Nits, se nota las ganas de agradar y hacerlo bien,algunos platos interesantes y carta de vino un poco corta, pero estoy seguro de que en un tiempo este local dara que hablar. Buena rcp
Encantador resultado. Emilio al frente de la sala (como no!) Eramos dos. Decidimos pedir varios entrantes para compartir. Nos echaron un cable, y nos dieron algunas ideas para ello. "Calamarcitos satisfechos" (RIQUIIIIIIISIMOS) rellenos de setas, y acompañados por una muy acertada romescu. Dos canelones de cerdo iberico (enrollado en calabacín , con una más que lograda textura)--para mí, este fue el mejor plato--. Carpaccio de pulpo y vieira (delicioso, rico, GENIAL, Y AJUSTADIIIIIISIMO de precio, teniendo en cuenta lo que cuestan esas materias primas ahora mismo), hambuerguesitas de sepia y langostino, milhojas de patata (para mi, el menos expresivo de los platos que comimos). Un solo postre (obviamente PARA MI!) coulant (viva el chocolate...) Cervecita antes de empezar (diseño de CUSTO para ESTRELLA DAMM) todo acompañado de un FABULOSO FINCA TERRERAZO (vino que NUNCA falla) en excelente temperatura, excelente envinado de copas. Cafe y copitas invitacion de la casa (GRACIAS POR EL DETALLAZO CHICOS) La presentacion de los platos fenomenal, la vajilla, cristaleria y cuberteria acertadisimas.Tal vez, añadiria algunas cosillas originales a la carta de vinos. Os auguro muchisimo exito en esta nueva andadura. No bajeis la guardia y seguir derrochando simpatía y elegancia. Gracias por una velada inolvidable.
Local agradable,algo frío, pero respetando la distancia entre mesas (algo siempre de agradecer). El personal, muy atento y agradable, incluso simpático. La carta de vinos quizás algo corta, pero con algunas propuestas interesantes. Incluso algún vino fuera de carta. No me pareció que intentaran vender descaradamente los vinos de Aranleón, se venden solos. En cuanto a la comida, sin ser espectacular, nos pareció muy aceptable ( sobretodo el foie caramelizado y las hamburguesitas de sepia y langostinos). Los postres (sorbete de gin-tónic y canutillos de Idiazábal) algo más normales. La vajilla y cubertería muy acertadas, pero la cristalería podría mejorar. RCP muy buena. En resumen, un buen sitio para cenar y para recomendar
Muy fashion, da la sensación de que para cocinar no hay que mancharse las manos... el local es muy agradable, pero a todo lo que le acompaña le falta carisma. La carta...resultona, rentable, pero sin aportaciones, no arriesgan en el producto fresco, se agarran a la elaboración.... no me convencieron ni carnes ni pescados. Las entradas flojitas, y la carta de vinos está elaborada descaradamente por los distribuidores de solo aranleón y carece de coherencia: no está pensada en el cliente, sino en vender por castigo esos vinos. Las copas, muy bien, el servicio bien, relajado, sin prisas... ( ya se ocupan de que no se les llene... entonces otro gallo cantaría). Y aunque parezca una mala crítica... volveré, porque el conjunto no está mal, no disgusta, no enamora.... una opción más en el centro, nada flemática.
Nuevo restaurante conducido por gente joven e inquieta. La primera carta muy cuidada y la elaboración acertada.Carta de vinos algo escasa con algunas referencias interesantes pero siempre apostando por lo seguro. Vajilla muy variada y cristalería más que correcta. El servicio más que profesional y encantadores. El entorno muy agradable, aunque para mi gusto demasiado aséptico. Preferiría la sala interior con el papel pintado, pero en definitiva un estupendo sitio con unos precios más que ajustados al que no hay que perderle la pista para ver cómo evoluciona.
Hace poco que un amigo me introdujo en el mundo del vino y comencé a visitar restaurantes de cierto índole y uno de ellos ha sido éste. El local es muy acogedor, la decoración escasa pero acertada le da un aire innovador, lo que más me gustó fue la intimidad de la que disfrutas en un salón tan grande puesto que respetan los espacios vitales de las mesas, no escuchas conversaciones ajenas pese a que la acústica es mejorable. La cristalería Rona correcta, el servicio del vino muy bueno, pues el chico perdió tiempo en dejarnos elegir y en asesorarnos, buena relación calidad precio. La comida muy sorprendente, materia prima normal pero elaborada y bien presentada con platos curiosos como los calamarcitos satisfechos, un 10 en los postres. Interesante porque abren los domingos. Me comentaron que tienen un menú a mediodía con dos entradas y un arroz o plato caliente por 10,90 con iva incluido, buena opción para cerrar negocios frente a una copa de vino.
Muy novedoso. La comida te ofrece la posibilidad de salirte un poco de los platos que te sirven en todas partes sin caer en la extravagancia imposible, y esta muy bien preparada, sabrosa y bien presentada. Aunque no debeis ir con demasiada hambre. Y los postres... una delicia. Variedad de vinos. En general la relación calidad precio es más que aceptable.
La decoración del local es un poco "aseptica", aunque hablando con uno de los chicos me confesó que aún faltan detalles y que además tienen en proyecto cosas interesantes para el local. El servicio muy bueno.
Esta muy bien, pero hay que volver en unas semanas porque promete mejorar.
Dualidad de resultados. De reciente apertura, decoración blanca, aséptica. Carta de vinos que cubre bastantes denominaciones pero con pocas referencias en cada una. En valencianos, en particular, muy corta. Cristalería Rona, armario refrigerador. Carta basada en entrantes, tapitas individuales y segundos. Tomamos tapitas japonesas, que no me convencieron demasiado, y de segundo lubina y carrillera de buey. Bien de sabor y punto ámbos, con un emplatado interesante al igual que las guarniciones, pero con unas raciones muy, muy justas. Postres golosos: coulant y canutillo de idiazábal. Mantel y servilletas de papel. Con agua mineral Solán de Cabras (2,60 euros, puntúo vino porque no tengo más remedio) y controlando mucho lo pedido, 25 euros por persona. Punto aparte cobrar servicio de pan a 1 euro por persona (1 panecillo pequeño y 1 grissini para cada uno). De todos modos, a seguir su evolución y volver dentro de un tiempo. Atención amable.