Restaurante Kulto al Plato en Madrid
Restaurante Kulto al Plato
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
32 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
4.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.7
RCP CALIDAD-PRECIO
4.0
Opiniones de Kulto al Plato
OPINIONES
6

"KULTO AL PLATO" es el "hermano menor" que abrieron en la capital de España los dueños del famoso bar de pintxos de San Sebastián "A FUEGO NEGRO".

No se traba de un bar de pinchos económico. Más bien de un sitio de pinchos elaborados, de buen nivel medio (varios de ellos premiados y/o finalistas en diferentes premios en los que han participado). Sin llegar al nivel de bares de pintxos de altísimo nivel como por ejemplo, Zeruko o su hermano mayor A Fuego Negro, no deja de ser una interesante alternativa en Madrid para probar algunos sabores e ideas sorprendentes, a la vez que algunos platos más tradicionales pero bien elaborados para los menos arriesgados.

Os dejo fotos de lo que pedimos y explicaciones más amplias en el blog, espero que os sea útil por si os acercais.

http://la-cocina-creativa.blogspot.com.es/2012/06/kulto-al-plato-pintxos-creativos-con.html

He querido venir, a madrid tan solo para ver como funcionan los gastrobares. Y como pasar por alto Kulto al Plato. La puesta en escena es maravillosa un sitio muy bonito moderno y una pizarra
que da envidia de ver y que sugiere comeme..

Luego la verdad los camreros unos profesionales, ¿como elaboraba esos mojitos ? Muy buena ejecución una mise en place batalladora. genial.. Lluego a la hora de la comida quizas algo escasa, sobre todo para gente que somos de comer y la presentacion no era como me la esperaba, me esperaba algo royo libro a fuego negro..

No recomendable. Un verdadero timo. Tapas insípidas y de una escasez asombrosa, tapa de pulpo con un trocito de pata sólo y gelatina. risoto: una cucharada de arroz insípida. Picoteo: siete u ocho laminitas de atún a un precio de 18 euros. Postres que hay que mirar ...con lupa. Hamburguesa de dos centímetros de diámetro. Da vergüenza como pueden timar así a la gente. El camarero, com mucha labia, te incita a pedir de todo para ..que no te quedes con hambre...pero te quedas. Cuatro personas 90 euros salimos sin cenar y cabreados. Penoso...durará poco.

En los bajos del hotel Husa-Moncloa (anexo al Princesa), local en varias alturas y decoración "fashion" (¿para gente idem?), con mini barra y muy pequeña zona de tapeo con taburetes altos, resto 2 comedores "para menú".
Viernes noche "abarrotado" y ruidoso sólo conseguimos por casualidad mesa en el comedor (en el que nos tocó sólo servían el "menú de 8 tapas"). Carta de vinos corta (unas 20/30 referencias), novedosa y curiosa (de memoria sólo un crianza de Ribera y otro de Rioja, el resto espumosos, blancos, rosados, jóvenes y "media crianza") aunque a precio "ajustado". Servicio lento (normal dado lo "concurrido") aunque nos resultó agradable.
A resaltar en positivo de todo lo que tomamos el risotto con crujiente de parmesano, el atún confitado y las verduras en tempura; otras en negativo: el salmorejo en recipiente tamaño "dedal" y el "txangurro con aguacate (en pasta, que no guacamole) y helado de regaliz" (que sobraba, incluso estropeaba el sabor) en formato "canicas". Con una cerveza, un agua y un café y Pago del Vicario 50/50, pagamos por los 2 menús unos 96 €. RCP desfavorable. Por lo del premio al local de tapas parece que en Madrid falta oferta de este tipo.

Recientemente galardonado con el premio al mejor bar de tapas de Madrid por la revista Metrópoli, Kulto al Plato es un lugar interesante y curioso, que presenta una versión sofisticada de la tradicional cocina de pintxos vasca.

Mucho diseño, tanto en su decoración como en sus platos. Esta es la nota principal que encontraremos en esta taberna moderna.

El lugar está bien montado, con un punto fashion; me resultó agradable. El servicio bastante menos ciudado que el ambiente, correcto y distendido; pero a veces distraido y con falta de efectivos; sólo correcto.

Y una carta que a la vista resulta sorprendente y muy apetecible, pero al paladar no acaba de cuajar del todo; con sólo dos o tres tapas de notable calidad; y eso sí, todas en miniatura. Lo que hace que puedas probar siete u ocho platos, pero también que la cuenta suba bastante... Lo que más me gustó, las ensaladas (muy rica la de algas con patata al ajilo, y también buena la ensalada César) y la hamburguesa de wagyu (MakcoBe with Txisps), jugosa y muy saborsa, eso sí en miniatura.

La carta de vinos no muy extensa, pero interesante por el corte moderno de algunas de sus referencias; además de incluir unos pocos a precios muy accesibles. Y también ofrece la posibilidad de tomar por copas ocho de los vinos que tienen en carta.

En definitiva mucha fachada, pero una relación calidad-precio sólo correcta.

No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/

El local hace esquina con la comercial calle Princesa y justo detrás del Corte Ingles. Es difícil encontrar aparcamiento en la proximidades pero hay varios parkings por la zona, uno de ellos el del Corte Ingles.
Es amplio con varias alturas y una decoración moderna y fresca. Encontramos mesas altas con taburetes repartidas por el local para tomar pinchos y otra zona de comedor en la que sólo sirven menús degustación de pinchos.
“Kulto al Plato” es la apuesta empresarial en Madrid de los dueños de “A Fuego Negro” un prestigioso local de tapas de San Sebastian. Su filosofía es traer a Madrid los pinchos donostiarras, pero por el camino se perdió algo de frescura y tamaño.
Antes de comer pensamos tomar algún pincho en la barra, pero tuvimos que desistir ya que la barra es pequeña, está mal atendida y muy ruidosa. nos resulto sorprendente en un sitio dedicado a los pinchos. Comimos en las mesas bajas, por lo que nos vimos obligados a tomar el menú degustación de 6 pinchos y dos postres (30€).
Los pinchos, son realmente pequeños, más bien parecen una colección de aperitos. Algunos nos gustaron sin más, como el chupito de foie con naranja, el risotto crujiente, o la tempura de verduras. Y el resto, nos dejó indiferente o no gustaron mucho: la makobe, una hamburguesa de wagyu de 30 milímetros, el txangurro con guacamole y helado de regaliz, una mezcla incomprensible. La verdad que el menú degustación se queda corto y es caro (nosotros para poder terminar tuvimos que pedir un par de pinchos de más).
La oferta de vinos es corta, sin ninguna apuesta interesante, con precios altos como viene siendo habitual en Madrid. Al no tener 3 de las referencias que les pedimos, nos conformamos con un Ladrón de Guevara Autor que no nos entusiasmó.
El servicio fue rápido, muy informal, poco cercano y todo esto en un local excesivamente ruidoso. La experiencia no resultó agradable y desde luego creemos que no merece la pena el desplazamiento. No obstante, no quita que si pasas por la zona y es la hora de tomar un pincho te aventures a hacerlo en la barra.

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