Restaurante Ramses en Madrid
Restaurante Ramses
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
38,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
65 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.3
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Ramses
OPINIONES
7

Hace poco un buen amigo y persona de nuestra máxima confianza en temas gastronómicos nos comentó que la cocina de Ramsés le había sorprendido gratamente aun teniendo en cuenta su condición de franquicia, así que no tardamos mucho en reservar mesa para comprobarlo. Aun siendo plena semana santa, local absolutamente a tope para cenar y llamada previa del restaurante confirmando la reserva. En cuanto al local poco hay que decir más de lo que se ha dicho, es un espacio moderno y espectacular, con un diseño de interiores firmado por el famoso Philippe Starck combinando ambientes de varios estilos y diferentes reservados. El comedor principal es sencillo y elegante, diáfano, de techos altos, buena separación de mesas y con un ambiente selecto y heterogéneo, quizá falte un poco de iluminación. Las sillas son butacas de casi 30 kg de peso, complicadas de mover pero cómodas. Los baños son un recital de diseño y buen gusto, plenos de detalles y comodidades, creo que los mejores que hemos visto en un restaurante. Un gran entorno, sin duda, de los que invitan a disfrutar.

La cocina, como todos bien sabemos, está supervisada por Ricard Camarena, director de cocina del local, siendo su brazo derecho un hombre de su confianza, José Marín. Basa la carta en especialidades mediterráneas, buscando la frescura del producto y sabores identificables. Y el resultado es desde luego más que satisfactorio, con algún altibajo todavía pero con personalidad y sobre todo con un estilo propio, con alma. Pedimos los siguientes platos:

Menestra Templada de Verduras de temporada con Velouté de Escabeche (14€): la ofrecen como el plato emblemático de Ricard, lo cierto es que resulta impecable tanto por la calidad de la verdura como por el punto de la misma, con ese toque del escabeche. Muy buena pero no sorprende, no deja de ser…una menestra.

Huevo Frito con Emulsión de Tocino a la Brasa (16€): aquí hay algo más de factor sorpresa, el huevo bien envuelto en una costra de hojaldre y pan rallado y una emulsión que resulta deliciosa por su cremosidad y marcado sabor. De esos platos para mojar pan.

Steak Tartar con Patatas Paja y Tostas de Pan (18€): en la carta advertía que era picante y les dijimos que lo queríamos sin él, sin problemas. Excelente, delicado, con un punto perfecto y el sabor de una magnífica carne, de los mejores que hemos probado en Madrid. Gran sorpresa.

Suquet de Bogavante y Pescado de Roca (25€): gran plato de pescado, en este caso elaborado con una fresca y sabrosa Urta. Un fondo de salsa consistente y suculento con un producto de primera y puntos de cocción ideales. En Madrid no es habitual comer suquet, así que les diría que es el mejor que hemos probado por aquí. Gran plato.

Arroz de Cerdo Ibérico con Setas y Trufa Negra (19€): terminamos con este magnífico arroz donde aparece de nuevo el sello del gran chef valenciano, potente de sabor pero delicado de textura, perfecto de punto, grano suelto, con cierta melosidad. Un arroz igualmente de matrícula de honor.

Texturas de Chocolate Belga (6€): al final preferimos tomar un plato más salado y compartir un postre, en este caso una composición con varios tipos de chocolate belga en texturas y distintas temperaturas. Para los amantes del chocolate un gran postre, aunque sin sorprender.

Como vemos el nivel medio de la cena fue desde luego de notable, con platos muy destacables como el tartar, el suquet o el arroz y otros buenos pero menos sorprendentes, no se puede decir que hubiera algo que no nos gustó, las presentaciones son esmeradas igualmente, quizá las raciones algo pequeñas pero tampoco en exceso. Sin duda, se va notando la mano de Camarena.

La carta de vinos es lo menos satisfactorio y nos resulta algo escasa, en especial si hablamos de vinos de Jerez y blancos internacionales, en tintos casi todo basado en España y Francia, habrá unas 200 referencias en total. Comienza con un amplio despliegue de Champagnes, eso sí, todos de Grand Maison y a unos precios excesivos, de hecho la primera referencia es una exclusiva botella de Dom Perignon firmada personalmente por David Lynch que dicen que es única en el mundo y que figura a un precio de 100.000 euros de vellón, así que imagínense. Pues eso, que vamos viendo la carta y flipamos con los precios (2,5-3 veces tienda) hasta que localizamos algo que no está muy cargado y nos gusta, de modo que pedimos un Gramona III Lustros 2006 (35€) que no nos parece muy subido y es uno de los pocos cavas con los que podemos ser infieles al Champagne, aunque solo sea por un día. Excelente como siempre, acompañando todos los platos de maravilla. Tomamos igualmente dos copas de Manzanilla La Guita con el aperitivo que trajeron al principio (unos medallones de foie), eso sí, a 6€ cada una. Copas y vajilla de buen nivel y diseño, en consonancia con las pretensiones del local.

En cuanto al servicio podemos decir que muy bien, todo el personal encantador y nada estirado, gente seria que sabe donde trabaja y hace su labor con eficacia y simpatía. Quizá como único “pero” que les notamos un poco acelerados al principio (nos trajeron los primeros antes que el Cava). En cualquier caso bien en este aspecto, nunca tuvimos la copa vacía.

Pues como conclusiones generales debemos destacar que Ramsés se va asentando poco a poco como una opción muy recomendable, con el sello personal de ese gran cocinero que es Ricard Camarena y que los que los han visitado recientemente no hacen más que señalar su excelente momento de forma. Esto es una franquicia y debe tenerse en cuenta, pero hay seriedad en la cocina, una base y un estilo muy marcados, con productos y sabores muy identificables en un entorno moderno y chic, un lugar para ver y ser visto, un local de moda. A mejorar la carta de vinos, deberían potenciar los vinos de Jerez, más Champagnes de pequeño productor e incluir una mayor oferta de blancos internacionales. Y meter menos caña con los precios…

En cuanto al precio final y teniendo en cuenta que disponíamos de un 30% de descuento sobre factura final al reservar a través de un Club gastronómico la cosa se quedó en 108 euros, un precio bastante bueno para lo comido y lo bebido, no solo por la calidad de la cocina sino también por el entorno. Otra cosa es sin el descuento, claro, pero debemos juzgar por lo que finalmente pagamos. Volveremos sin duda, Ramsés ahora mismo no es solo una fachada o un local de copas pijo, también se come y se puede beber muy bien. Muy recomendable

Restaurante asesorado por Ricard Camarena, en plena Puerta de Alcalá, con una terraza espectacular y con gran ambiente.

Las instalaciones son grandiosas, enormes, quizás un poco falto de luz el primer piso interior, con unas telas que hacen a modo de techo, pero en general muy distinguido todo. En la entrada una preciosa barra que no para de servir copas por la tarde, da igual el día que sea...

La comida realmente buena, la calidad de la materia prima y la presentación de los platos es excelente. El servicio quizás algo falto de experiencia, o quizás demasiado atareado, pero correcto y amable.

Todo eso conlleva que la cartera se altere, pero más por el tema de las bebidas -los vinos a precios estratosféricos-, en todo caso hay que darse el placer (te cobran hasta por sentarte, y no es broma, el cubierto se paga, mala costumbre) .

Pero lo peor de todo es que cuando sales no pudes dejar de tomarte una copa en la entrada o en la terraza, con lo que el chip de la tarjeta no deja de recordarte el pin... la capi es la capi....

Comida dominguera y parejil en este local ubicado en los aledaños de la Puerta de Alcalá; altas las expectativas por testar la calidad de la propuesta gastronómica asesorada por Ricard Camarena, contando además con el jugoso añadido de un 50% de descuento sobre los precios de carta por reservar a través de una web de descuentos. Empezamos:

Ambiente:
Local excelentemente ubicado, de diseño preciosista (Philippe Starck mediante) y con una terraza que pinta fetén para unas buenas copichuelas. A nosotros se nos ubica en el salón Bistró (1ª planta), amplio, muy luminoso y con una separación justita entre mesas. Buenas impresiones, en definitiva.

Comida:
Aperitivo:
- Pastisset de boniato y foie con gel de moscatel: bocadito crujiente en el que predomina el dulzor sobre la persistencia final del buen foie micuit. Muy rico, para abrir boca. Un 6,5.

Entrantes:
- Corazones de alcachofa sobre veloutte trufada con huevo poché y jamón Joselito: el huevo cocinado un puntito por debajo de lo necesario atemperó el plato a la baja en demasía, no obstante la combinación resulta a todas luces ganadora. Los riquísimos corazoncitos de alcachofa, la untuosidad de la yema y el jamón se paladean de forma manjariosa y la veloutte trufada añade una cremosidad extra muy interesante. Un muy buen plato de corte clásico. Un 7,5.
- Arroz de cerdo ibérico y setas: el plato de la noche. Un arrocito meloso que se sirve con un fileteado de cerdo ibérico (un trocito de presa, diría) y niscalos porcionados generosamente. El fondo para hacerle un monumento (sápido, oscuro y potenciado hasta el límite -de esos que te dejan los labios pegajosos-) y el arroz con un punto de cocción sublime. Un 9.

Principales:
- Parpatana de atún de almadraba sobre guiso de verdinas: desconocía yo este corte del atún -pez que adoro- y a ello me lancé animado por la recomendación del maitre. La parpatana es una pieza grasa y muy potente de sabor, y en conjunción con el guiso de verdinas -aderezado con semillas de mostaza-, el plato resulta potente y ciertamente pesado aunque sabroso. Para muy amantes del atún. Rico pero excesivo, en mi opinión debiera aligerarse la preparación para sacar mayor partido a este corte de pescado. Un 7.
- Solomillo de vaca gallega: se sirve una generosa pieza de solomillo partida en dos sobre un lecho de ricas patatuelas y algún brote decorativo. Carne de 10, tierna, llena de sabor y cocinada con maestría al punto solicitado -poco hecha, lo cual no resulta tan sencillo como pudiera parecer-. Esta fue la elección de Bea pero tuve que probar y repetir! Un 9.

No tomamos postre, solo café -sin mignardises- y un vinillo dulce -Tokaji Oremus 3 Puttonyos-.

El total pagado fueron 76 euros, con 2 botellas de agua (3 euros c/u), 2 copas de Manzanilla La Guita (3 euros c/u), 1 Tokaji (8 euros) y un café (3,50 euros). También se incluyen en la cuenta 4 euros por el servicio de pan (3 tipos diferentes, de excelente factura y servidos en abundancia).

Lo mejor: en este sitio se come MUY bien.

Lo peor: servicio algo estiradete y el sobreprecio general aplicado a las bebidas -entiendo que es el precio a pagar por disfrutar de un descuento en los platos del 50%, pero un café a 3,50 euros para mí clama al cielo-.

Gracias al 11870 nos decidimos a probar este sitio con tan buena fama en plena Puerta de Alcalá. Ramsés es un restaurante con ambiente internacional y distintas zonas para copas tranquilas o restaurante. La carta es variada con platos principalmente españoles, muy buenos y recomendables los buñuelos cremosos de bacalao, y la terrina de cordero. Podéis ver el detalle de nuestra visita en: http://hoycenamosfuera.com/2013/04/12/ramses-petit/

Al llegar a la plaza de la Independencia, frente a la puerta de Alcalá, aparece este local de moda en Madrid.

Tiene una impresionante terraza en la calle, con mobiliario de exterior blanco, combinado con plantas y biombos separadores que le dan una agradable visión. Estaba abarrotada.

Nada mas entrar está la barra de un bar de copas, música alta y abarrotada también de gente (eran las 22,00). Nos vimos un poco perdidos, sin saber a donde teníamos que ir. Así que nuestro instinto nos dijo que el único sitio era subir por unas escaleras que hay en un lateral, cosa que hicimos. Entramos a un pequeño restaurante con muy poca luz, llamado petit, con candelabros, paredes de caravista antiguo combinadas con otras forradas de tela, sillas decó, mesas altas con taburetes, todo muy oscuro. Nos atiende una chica diligente y simpática y primer fallo, a pesar que tenía la reserva hecha de hacía una semana, no aparecía nuestro nombre. Suerte que no estaba lleno, porque me veía cenando en el Mc Donalds de la esquina.

Pasado este lapsus, nos acomodan en una mesa larga, alta, sentados frente a frente sobre sendos taburetes. Nada mas sentarnos aparece un chico que nos entrega las cartas. Le pedimos información del local y nos cuenta que la cocina está asesorada por Ricard Camarena y el local es diseño de Philippe Starck. Tiene varias plantas y se organizan eventos privados, cada uno de los comedores está decorado de manera distinta, pero en todos predomina la poca luz.

En nuestro comedor, al estar junto a la barra aunque unos escalones más arriba, la música era demasiado fuerte. Supongo que la idea es hacer algo diferente al resto.

La carta no es extensa, es de papel grueso, sin muchas florituras, solo un par de hojas con algunos entrantes, principales y postres. El chico nos recomienda varias cosas y optamos por las siguientes:

ENTRANTES:

2 Cubiertos.- No lo pedimos, los trajeron y tengo que escribirlo porque sino reviento. Los cubiertos son, pues eso, los aparatos de comer y una cesta de pan infumable, si, infumable, duro, impresentable para un local así, al precio de 2,00 €/pax.

Buñuelos cremosos de bacalao.- Buenos sin más, poco cremosos y poco gusto a bacalao.

Aguacate cremoso con tomate.- Muy bueno, plato refrescante, nada que ver con los buñuelos. Se me escapan algunos detalles de este plato, tengo que escribir la crítica antes, memoria de pez.

PRINCIPALES:

Bonito a la llama con judías.- era atún, no les quedaba bonito. Excelente materia prima, sabor, cocción, crujiente por fuera y crudo por dentro, uffff…..

Merluza con pil pil y parmentier de patata.- Se sirven por separado. La merluza impresionante y el parmentier me recordaba al hervido de mi madre. La patata estaba como un puré pero mezclada con trocitos pequeños, mantequilla y aceite. Muy bueno el conjunto.

POSTRE:

Tomamos tarta de manzana para compartir, también muy buena.

BEBIDA:

Cenamos con champagne, Veuve Clicquot Brut Yelow Label (85,00 €). El servicio deficiente, llenaban las copas de vez en cuando, irregular, poco profesional. No se si con la excusa que estamos en un lugar diferente, informal, todo vale, pero a mi no me convence y mas con los precios que tienen.

El conjunto en si nos gustó, no tiene nada que ver con otros restaurantes, está bien para darse algún que otro capricho de tarde en tarde, aunque tienen muchas cosas por pulir. No se si los otros comedores dispondrán de cartas diferentes al que estuvimos nosotros o serán tan ruidosos. No nos gustaron los taburetes. Para un desayuno tienen su gracia, pero una cena requiere mucho tiempo sentados y no son cómodos.

Local de moda en madrid,se divide en dos salas,la primera una enorme barra de cocktails y pintxos con unos ventanales enormes (vistas maravilloas a la puerta de alcala),ambiente muy cool y rodeado de gente guapa de madrid(tambien mucho famoseo, a nuestro lado mario conde)

en la sala de arriba, decoracion espectacular aunque con poca iluminacion;encuanto a la comida simplemente correcta a destacar el atun rojo nicoise, carpaccio de solomillo con chimichurri y crujiente de yuca y revuelto de ajetes ...............servicio del vino justito............

servicio de sala, excesivamente rapido , un poco frio y distante.

buen sitio para empezar una buena noche en madrid,aunque no pague ,debo de decir un poquito caro paro lo que gastronomicamente ofrece.............

Se trata de uno de los locales de moda en Madrid. Situado en la Plaza de la Independencia, frente a la Puerta de Alcalá. Mejor, imposible.
Por si fuera poco, dispone de cuatro plantas...una zona de música-bar abajo, no la he visitado, en la entrada, una zona de cocktelería, muy fashion, un restaurante para picar, tampoco puedo opinar, porque no he cenado allí y arriba, el restaurante de lujo.
La decoración del local es INCREIBLE. Combinando modernidad-clasicismo. Suelo de moqueta. Las mesas cómodas, cristelería buena, así como la cuberteria, etc.
La carta de comida es muy original y bastante completa, una sorpresa en un local de lujo. Personalmente cené muy bien, todo y que mi acompañante no salió muy satisfecha de lo degustado, a pesar de que estaba bueno. La carta de vinos es muy completa y los precios correctos dado el local en el que nos encontrabamos... aunque caros...Pingus: 1.700 euros!!! Roda I 60, etc...
Comimos muy bien, aunque caro (lógico) y la única crítica es el servicio de sala: serio, demasiado rígido. Además, cuando pedí que decantaran el vino, no me hicieron ni caso (tendrán decantadores???). Si no es así, absolutamente imperdonable. Una excepción fue la atención que nos prestó una chica mulata, simpatíquisima y muy amable... (un rayo de luz ante tanta seriedad). Os lo recomiendo si os lo permite el presupuesto.

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