Local muy descrito pero que hay que verlo. Aprovechamiento máximo del espacio (la barra y la cocina casi iguala el espacio del comedor) dejan sitio para pocas mesas estrechas para sentarse y al paso, lleno en los dos turnos de comida. Pero.... consiguen un ambiente casi de familia italiana con una pasta casi perfecta que la puedes ver elaborar desde la calle mientras esperas con cerveza en mano que los del primer turno se levanten.
En sala, incluyendo algún cocinero como Davile al servicio por bajas inesperadas, acabas ganando en explicación y en conocimiento de la propia cocina.
Una carta de vinos interesante, con referencias poco conocidas (además de otras más esperadas) con algún guiño hacia Italia pero sin saturar.
¿La carta de comidas? Pues varia mucho cada día, así que mejor quedarte con la propuesta de menú del día con la seguridad que no repetirás de otras veces.
Cuatro para comer, ajustados en la mesa para no golpearte con la barra y que no te arrastraran a la salida, decidimos disfrutar del comercio y del bebercio.
Comida al centro a compartir con buen cambio de platos y en menor grado de cubiertos.
Un muy buen pan con queso y buen aceite
Al centro:
. piadina (como una empanadilla) de harina de Ravena, requeson, tomate fresco, mortadella y trufa. Se olía la trufa al servirla; buena presencia de sabores y buena armonía de elementos.
. flan de parmesano con alcachofa y agrodulce de charlota
. tartar de aguacate con piñones y uvas pasas
. tartar de carne de potro con un trampantojo de huevo frito hecho con mango
. cateleto (o algo así) romagna relleno de cochinillo con salsa de trufa y queso de cabra curado en cueva durante 4-6 meses
. spaguetti guitarra con pescado; intenso de sabor con fondo picante peor incorporado bien en la pasta en la que cada elemento por separado merece la pena pero que en conjunto se potencian. Intenso.
Le retamos a seguir y nos añadió:
. ravioli de espinacas con jabalí marinado en café. El café que le aporta aroma y se agradece, le resta profundidad de sabor a la carne quedando algo insípida lo cual es raro en este tipo de carne; por otro lado, muy melosa y extraordinario el envoltorio de los raviolis que vimos hacerse desde la calle. Se puede sacar más partido de este plato.
Postres:
. tarta de chocolate con chocolate: buena para los chocolateros
. tarta de manzana con canela y limón: sorprendente, no satura por el punto cítrico.
. crema de mascarpone con amaretto. El mejor. necesitamos repetir en ración individual que compartimos y se acabó.
En la parte líquida y dado que el precio del menú (20€) permite estirarse en los vinos que está con precios contenidos, elegimos, tras las cervezas de inicio, con un espumoso de método tradicional (vamos lo que aqui llamariamos un cava) La Montina extra brut, de Franciacorta que acompañó muy bien la pasta suave inicial.
Para la intensidad de los espaguettis y para el jabalí, nos fuimos a un básico (pero recomendable) Barolo del 2010 llamado Resa 56.
En los postres y por recomendación de la casa: Tokaj 4 puttonyos, un Pellegrino Passito di Petinello de uva extramadura, casi oro y un tinto suave Recioto della Valpolicella 2011.
Incluso una grappa Solesia Altavita de solo 42º con los cafés.
Un rato final de comentarios nos dió para probar por cortesía de la casa un muy curioso vino de jengibre de Requena y un vino de naranja.
Si te gusta la pasta, debes conocer este lugar.
Que es el spaguetti guitarra ? Un menú a un precio muy bueno.
Saludos
Cuanta verdad hay en tus palabras…
Saludos
Pues el nombre le viene por el cortador de pasta que vendría a ser un cortador como una lira pequeña, quedando la pasta cortada como las cuerdas de una guitarra.
Queda bonito, pero sobre todo la calidad de la pasta hace que se impregne mucho del sabor, lo cual es frecuente en el arroz (chupa bien el caldo y el sabor) pero menos en la pasta.
Saludos
Bueno, pues hoy he aprendido algo mas ;-))
Saludos
Yo lo aprendí hace poco..
Hay que mirar siempre adelante
Saludos
Merece la pena salvar los inconvenientes.
Saludos
Iba a visitarlo por primera vez la semana que viene pero finalmente lo hemos tenido que posponer. A ver si en enero-febrero nos acercamos a uno de los mejores italianos de la ciudad.
Junto con la Cantinella, que ahora me doy cuenta que hace tiempo que no voy.
Saludos
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