La verdad es que llevo todo el año con una ‘bicefalia restaurantil’ absoluta, de Larrén paso a Malkebien y viceversa, así que he decidido ir a otros sitios para evitar aburrimiento y ayer acudimos a la Alquería del Brosquil.
El local bonito como ya se ha comentado, nos tocó en el comedor acristalado desde el que se ven los naranjos, pero tanta afluencia de público (el local estaba lleno) hace que el ruido llegue a ser realmente molesto.
Mesa para tres correctamente vestida. Doble de Mahou para empezar y cacaos y almendras fritas como detalle, bien.
Elegimos Titaina (correcta), croquetas de bacalao con allioli (el allioli muy bueno, las croquetas correctas) y clóchinas que eran bastantes feas pero que tenían muy buen sabor. A destacar el horror de pan que te sirven, feo detalle que deberían de cuidar.
Paella de pollo y conejo para los tres, buena y de raciones más que generosas, parecía que fueran cuatro.
Para beber Viña Esmeralda de Torres, mezcla de Moscatel y Gewürztraminer, que llegó justo de frío y que con cubitera mejoró.
Para rebajar pedimos sorbete de melón (muy bueno) y de limón.
Cafés e invitación de mistelas y coca de llanda.
Bien, pero me preocupa que salí con ganas de los anteriormente citados, hoy intentaré probar algo nuevo.

El local lleno hasta los topes y grande, servicio atento y la comida y precio muy bien así como la carta de vinos. Con la tortilla de blanquet y los chipirones con ajos tiernos de entrada y cervezas y vino a escape con arroz meloso fessols con pato"espectacular" y que salen 3 raciones por cabeza y postre al medio te quedas a reventar.
Por eso está lleno. No sé si hay vino por copas pero seguro que lo ponen ya que la sommeliere es muy agradable y no habría problema.
El entorno preciose rodeado de naranjos y la Alquería restaurada con mucho sabor.La RCP nunca falla y más en éstos tiempos,

Hoy hemos tenido comida familiar en este restaurante del que no tenía ninguna refererencia salvo que desciende de uno de los templos de la cocina valenciana "La Genuina". Con estos antecendentes dedicimos encargar un Arròs amb Fesols i Naps (Arroz con Judías y Nabos) para los mayores y una paellita para los niños.
Al llegar parking lleno... en general buena señal cuando de restaurante familiar se trata.
Como se puede leer en otros comentarios el local es una antigua alquería restaurada que se encuentra rodeada de naranjos y campos de arroz. Aunque está muy escondido es fácil de encontrar viniendo desde Pinedo porque hay muchos indicadores.

De entrantes jamon, queso y calamares a la romana para los niños... muy bueno el queso, los calamares correctos. Para los mayores titaina (justita), calamares con ajos tiernos (buenos), alcahofas (buenas pero con demasiadas hojas).
De plato principal para los niños paella, muy buena y raciones generosísimas. Solo un defecto, los caracoles de la paella estaban demasiado hechos, una pena!!
Para los mayores un Arròs amb Fesols i Naps (Arroz con Judías y Nabos)glorioso. No es fácil encontrar este plato tradicional y menos de esta calidad. Servido en cazuela de barro en el centro de la mesa para que te puedas ir sirviendo poco a poco y disfrutarlo en su tetura mas caldosa al principio y en la repetición ya está mas meloso. Todo en este arroz es buenísimo, a destacar las morcillas, alucinantes.

De postre flanes de naranja impresionantes y crema de avellanas... no tanto.

Al final nos pusieron "coca de llanda" y mistela para acompañar el café...¡Que coca! me saltaban las lágrimas de la emoción. Me extraña que no salga en ningún comentario, vale la pena acercarse solo por la coca.

La carta de vinos justa salvo en los vinos valencianos... aunque los precios muy, muy ajustados. El vino Nodus Tinto de autor 2007, bien.

El precio 240 € para 6 mayores y 4 niños que comen como 3 mayores.

En fin una interesantísma opción de restaurante de cocina tradicional para ir con la familia y con una buenisima relación calidad-precio. Volveremos antes de Navidad.

Situado en plena huerta, entre Pinedo y Castellar - L'Oliveral.
De entrantes: Tortillitas de blanquets, Titaina y Tellinas.
Plato fuerte: Arroz negro.
Vino Ramón Bilbao.
Café (no apetecen postres, dadas las raciones generosas).

Excelente RCP

Bonito local y bien decorado. Ahí acaba todo lo positivo del restaurante. Muy defectuosa climatización y el bochorno hace incómoda la comida y las gotas de sudor en la frente del camarero también. Menú pactado de grupo con 4 entrantes(fáciles y aún así mal ejecutados), conejo con tomate, que nos "obligaron" a consumirlo antes que el sonrojante(todo congelado ,sobrecocido e insípido)suquet de rape final. Mención aparte merece el servicio de mesa y del vino.Solo nos cambiaron el plato una vez y ninguna los cubiertos a pesar de haberles requerido a ello. El vino aún estando encargado previamente, un Dominio de la Vega, lo sirvieron caliente, sí caliente, desde la primera botella y el agua también. Creo que las cenas de grupo son un campo abonado para todo tipo de despropósitos.

Lo más atractivo del restaurante es el entorno que le confiere una singularidad exclusiva. Es un restaurante fuera de la ciudad, en una masía rehabilitada muy atractiva.
Nosotros comimos unos chipirones fritos ,bién. y un par de entrantes mas para seguir con un arroz del señoret al que calificaría de correcto, tal vez la próxima vez pruebe el mencionado arroz con pato.
Carta de vinos aceptable, al igual que el servicio. Es un restaurante muy grande y el servicio quizá se resiente un poco.
En definitiva buén entorno, comida aceptable al igual que el precio.
Recomendable sin más.
La fecha de visita es aproximada.
El precio es sin vino.

Situado en una pequeña carretera entre huertas llegas a esta alqueria restaurada.
sorprende que nada mas llegar veas el parking llano hasta la bandera.
tiene 2 comedors , uno de ellos multitudinario y el segundo un gran salon acristalado desde el que ves los campos de naranjos, comimos en este, el entorno es muy agradable.
buena manteleria y copas normales.
tomamos unas entradas:
Croquetas de bacalao, muy buenas.
calamarcitos plancha.
tellinas riquisimas.
ensalada valenciana.
plato principal arroz del senyoret, muy bueno, el arroz un pelin duro pero es el punto que me gusta.
de postre variado de tartas, los que probe muy buenos.
bebimos nodus chardonnay fermentado en barrica que acompaño perfectamente la comida.
en resumen, bonito entorno y buena opcion, aunque un poco multitudinario.
buen sitio para llevar a gente fe fuera
repetiremos

Comimos 2 personas en este restaurante entre naranjos junto a Pinedo.

Pedimos unas cervezas, unos calamares y allioli y tomatito, todo muy bueno. De principal pedimos paella valenciana, y estaba buena sin más. La próxima vez pediremos un arroz de pescado o de pato, que los hacen mucho mejor. Pedimos helados de postre.

Ya que he hablado de la paella de pollo y conejo, la mejor que me he comido ha sido en el salón Mediterraneo de Albal, pero en el restaurante, no en una boda. Espectacular.

Buenos entrantes: tortillas de blanquet, calamares, tellinas, chipirones con ajos tiernos.

De plato fuerte: solomillo a la plancha

Buenos postres y variados

Una recomendación. Entrante y arroz. O arroz i avant. Esto es, las raciones de arroz son bastante generosas de modo que un par de entrantes (más que notables la sepia con ajetes y las tortitas de blanquets) y el arroz devienen en comida única del día. Al menos para servidor. Esta vez fue, por haber leído antes el foro, el meloso de pato. Rico, rico, rico. La verdad es que las tres o cuatro primeras cucharadas me parecieron sublimes. Directos al carajillo, fuimos obsequiados con unos orujitos y una tortà. Buena RCP y pensando en volver para probar otros arroces.