Restaurante Garum en Zaragoza
Restaurante Garum
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
59 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Garum
OPINIONES
2

Por los aledaños de la Plaza San Francisco encontramos este buen restaurante, todavía no muy conocido en Zaragoza.

Un vivero a un lado y una bodega acristalada al otro hacen de separador entre el recibidor y la sala, rectangular.
Decoración moderna y sin embargo cálida, calidez lograda por el juego de los verdes tamizados de la pintura y la iluminación intimista.
Bien dotado en lo referente a mobiliario, vajilla, copas, mantelería, etc... y holgada separación tanto de mesas como de comensales.

Cocina sofisticada de mercado, actual pero equilibrada.

---Entrantes:
Cogollos con perdiz escabechada y rebollones confitados. Lograda conjunción.
Gambas de Palamós a la plancha. Estupenda calidad y punto de sal y plancha.
Tagliatelle de tinta con centollo, langostino y salsa de azafrán. Quizás el plato más flojo, algo seco y carente de alegría.
Terrina de foie mi-cuit con chutney de mango y mermelada de violetas. Bueno, pues eso, un foie mi-cuit de tantos.

---Segundo:
Albóndigas de ciervo con chipirón de costa y parmenier de calabaza. Excelsas. Pese a que no entiendo muy bien que hacían ahí despistando los chipirones, las albóndigas de ciervo estaban formidables, con un sabor vigoroso y ligadas con experta mano, muy jugosas pero enteras, sin deshacerse en el plato pero sí en la boca.

La cata de vinos es correcta pero no mantiene el nivel del resto de restaurante, al igual que su trato, simplemente discreto.
Nos decantamos por un infalible Tres Picos al que le siguió (¡qué maridaje con las albóndigas!) el fornido Veratón. Dos garnachas serias, serias, ambas de Campo de Borja.

Buen servicio, profesional.

Restaurante recomendable y a seguir.

Local ubicado en la zona de la calle Fernando el Católico de Zaragoza, cerca de la Universidad.
Abierto a mediados de 2007, circunstancia que se ve aprecia en el impecable estado, tanto del mobiliario como de la decoración. Ésta, de sugerencia minimalista aunque sin exageración, me resultó agradable. La página web incluye fotos del local para tener una idea más aproximada a quien pudiera interesar.
La estructura del local es rectangular, no siendo su superficie demasiado grande, encontrándose en el mismo unas 10 mesas, colocadas para permitir la holgura a los comensales. El hecho de encontrarse semivacio durante la comida no permite aseverar este dato con contundencia pero la impresión es que incluso con gente resultará cómodo.
La entrada del restaurante es un pequeño recibidor, separado del comedor por una nevera de vino a la izquierda y un acuario para los mariscos a la derecha. Contiguo al acuario, aun en el recibidor, una pequeña barra preparada para atender a las personas que esperan mesa. Justo enfrente, una percha guardarropa.
El encargado de sala nos recibe en la puerta recogiéndonos los abrigos que cuelga en el guardarropa, nos acompaña al final de la sala sentándonos en una mesa redonda muy amplia para los cinco comensales. La mesa está vestida correctamente con un mantel acorde a los tonos de la decoración. Las sillas muy cómodas y bonitas (y no lo digo solo por ser iguales que las de mi comedor je je, esto no es broma, es casualidad). Demás útiles, correctos también.
Comemos tres primeros para compartir; ensalada de faisán, con salsa, escarola y granada, muy buena; Zamburiñas gratinadas, correctas pero que no me acabaron de emocionar, algo secas para mi gusto; y gambas de palamos, grandotas y frescas, exquisitas. Luego un segundo para cada uno; Tres carrés de ciervo con guarnición de albóngigas también de ciervo y castañas, la carne en su punto, las albóndigas con las castañas muy ricas. Paletilla de ternasco de Aragón deshuesada, madejas como guarnición, y Besugo a la donostiarra, parece que bien ambos. Finalmente selección de postres, leche frita, tarta de queso de radiquero, brownie de chocolate y tulipa de helados, todo especial, a excepción de los helados que no triunfaron. Cafés y un chupito de Macallan 12 años y otro de Calvados. Dos tipos de panes individuales, uno de ellos con pipas.
El vino. Yo tomé una copa de vino blanco que no recuerdo, correcto, no sirven copas individuales pero al no encontrar compañia para una botella, el responsable de sala se brindó a ponerme una copa de las botellas que tienen en el bar. La carta, correcta, con referencias bastante clásicas abundando los Riojas, Dueros y aragoneses más conocidos y algún detallito de otras denominaciones, como ejemplo, de Toro, una referencia, Quinta de Quietud 2004 que fue la elegida para acompañar a ese ciervo, finalmente dos botellas a 28€ unidad.
La atención del responsable muy correcta y atenta, aunque eche de menos un poco más de participación respecto al vino, supongo que por cautela.
En resumen, un lugar muy agradable para comer por ambiente, atención y comida, aunque tampoco para repetir a menudo por el precio.
Destacar que existen cuatro cartas coincidentes con las estaciones del año, la comida estaba ubicada en la carta de otoño, "caza y setas".

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