Local familiar donde sirven una muy buena ensaladilla rusa y la mejor paella valenciana de Madrid. De postre sorbete de limón. Carta de vinos algo corta.
Primera visita a este afamado local por la calidad de sus arroces. Éramos tres personas y nos tocó en la terraza que tienen acondicionada. Sillas y mesas de plástico barato. Muchas camareras que atienden con rapidez y un señor que hace las veces de maitre y toma nota. Servicio inexperto.
No vi carta, tampoco la ofrecieron, pero por lo que vi todo el mundo comió lo mismo que nosotros en cuanto al arroz, el que llaman del señorito. Bien de cantidad y grano, pero poco rape, poca gamba y poca sepia. Estaba bien de sabor y punto. También pedimos una ración de ensaladilla correcta.
No tomamos nada más. El maitre sí nos ofreció calamares y almejas.
Carta de vinos clásica y bien de precio. Alión 50€. Coperío no adecuado en mesa, pedimos cambio de copas y lo hicieron sin problema.
Sin postre, dos cafés, agua y un Terras Gaudas salimos a cerca de 40 € por persona.
Lleno hasta los topes.
Efectivamente me toco también arroz del senyoret por ser solo 2 personas, el sabor del arroz muy bueno, para mi gusto excesivamente socarrat, pero realmente excelente.
Con los entrantes no acerté, no he probado al famosa ensaladilla.
El servicio fantástico, es cierto que el fin de semana se llena de familias con los problemas que ello conlleva, pero tuve la suerte de tener mesa en el piso inferior, que no tiene nada que ver con la barra ni la carpa. Supongo que entre semana no habrá tanto movimiento.
Ante los comentarios de que el vino era inexistente me espera lo peor, y la sorpresa fue que la carta de vino, si bien no arriesga en nada, es totalmente correcta en precios y calidades. No es admisible decir que es inexistente.
El servicio de vino si es cierto que es llanamente correcto.
De los mejores arroces de Madrid.
Pedimos exclusivamente arroz y ensaladilla rusa. Al ser dos sólo te dan opción al arroz del senyoret. La ensaladilla rusa muy buena, atún de calidad. El arroz tambien cumplio expectativas, estaba en su punto y potente sabor. La carta de vino es efectivamente inexistente y el servicio cordial. Fue una velada muy agradable en la terraza cubierta.
Después de escuchar buenas críticas de este establecimiento en muchos medios y al apetecerme comerme un buen arroz, nos aventuramos mi mujer y yo a ir. Al llegar nos conducen a una "terraza" con una carpa en el que las mesas y las sillas eran de plástico. Servicio abundante pero inexperto. Al solicitar la carta, nos viene un señor vestido de cocinero y nos calza lo que a todas las mesas. Ensaladilla, calamares a la plancha y arros del senyoret para dos. La carta de vinos inexistente y las copas tipo arcoroc. La ensaladilla y los calamares pasables, y el arroz al ser una paellera para 2 la capa era muy fina y el arroz estaba duro-socarrado en exceso pero bueno de sabor, eso sí con una poca de sepio y menos aún de pescado. Al pedir la cuenta y ver el precio del arroz pasé de ser Dr. Jekyll a ser Mr. Hide.
Samm, famoso en la capital por sus arroces, presenta una paella finísima y muy bien de punto y textura. Pero la acompaña con un servicio de bar cutre y con un ambiente que deja bastante que desear.
El arroz está bastante bueno, verdad, aunque tampoco es una locura; y valorando la experiencia gastronómica en su conjunto, sales con la sensación de que el precio que pagas es realmente excesivo para lo que nos ofrece. Y acabas sintiendo que el cariño por el cliente brilla por su ausencia.
La carta de vinos es pésima y su servicio un desastre. Siente que no tienen ninguna consideración por un elemento tan valioso en una buena comida... Bueno, la misma consideración que para casi todo lo demás.
No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/