Restaurante El Corral del Indianu en Arriondas
Restaurante El Corral del Indianu
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
57,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
miércoles noche y jueves (¿salvo en verano?)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
84 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
9.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
fabes de centollo
Acelga ligada
Bombón de cabrales
Mimosa de Cabrales con chocolate blanco y helado de avellana.
Tronco de foie gras con mollejas de cordero y Pedro Ximenes
Tuberculos, verduras y tallos
Opiniones de El Corral del Indianu
OPINIONES
22

Fantástica combinación de tradición y creatividad. El plato que para mi mejor representa esta cocina llena de autenticidad y vanguardismo es su “renovada” fabada:”Texturas de antaño y sabores de hoy”, excelente. El restaurante en si es muy acogedor, también es una combinación de las típicas casas de la montaña asturiana con detalles mas actuales. En verano tiene que ser un autentico placer comer en su terraza. El servicio bien, y la bodega bien surtida. Solo hay una cosa que no me gusto: estábamos solos, y aun así he tenido que levantarme yo 2 veces a servirnos el vino que tenían en una mesita de servicio, por que la persona que servia estaba fuera hablando con alguien. ¡Creo que en un sitio con estrella michelín esto no debería de pasar, sobre todo si hay poco comensales!

José A. CampoViejo realiza una cocina autóctona y arriesgada, por lo que puedo entender que no convenza a todo el mundo. A mí me tiene enamorado. Es la tercera vez que acudo a uno de sus menús degustación. Extensos (13 platos), con gran dominio de los caldos y de las cremas, los puntos del pescado; con ellos viajo de la costa a la montaña, de lo rural al glamour, de lo sencillo a lo complicado, del llagar a la pastelería. Me convencen menos las carnes.
En esta ocasión, no estoy de acuerdo con el anterior comentario de gavelar, aunque sobre gustos... La sopa cremosa con navaja, regaliz y pistacho es un plato sabroso y exquisito, aunque la gelatina de regaliz y las migas de pistacho no aporten mucho. El plato de ostra me lo cambiaron al ser alégico. El Queso de "Valles del Oso" ha ganado premios, es increible su sabor aunque esté presentado simplemente al corte. El salmonete con crema de su hígado, excelente. La fabada increible, aunque en reducida cantidad (de agradecer en un menú largo).
Y además extraordinarios el tembloroso de foie-gras, el pan con tomate, aceite y tomate (en texturas), la sardina asada con fresas y patata al limón y el plato de tubérculos, tallos, vieira y trufa. Menos acertados, aunque arriesgando, las interpretaciones del vitello tonato, el marmitako y la boroña. Postres excelentes, aunque el chocolate frito para terminar, algo pesado. Y eso que en verano, han reducido acertadamente las raciones.
Como vino blanco el chef nos recomendó un Loira "Excelsior" (25 €) que maridó muy bien y tres copas de vino tinto gaditano "Taberner" (de mis preferidos). Fuimos invitados a los digestivos y nos cobraron una copa de tinto en vez de tres que tomamos.
El precio, correctísimo y el pago del cubierto, aunque a nadie le agrade, lo cierto es que incluye la degustación de panes, aceite y sales, el aperitivo y los petit fours.
Repetiré ya que cada menú es una puesta en escena diferente y atrevida.

Cuando acudes a un restuarnte con altas expectativas y estas no se cumplen, o no se cumplen en su totalidad, la desilusión suele ser mayor, y este fue mi caso en el corral del indianu, despues de un día realizando el descenso del sella (os lo aconsejo), cena en un lugar que llevaba tiempo deseando ir...enclavado en el centro del pueblo, decoración agradable y acogedora(buena manteleria, copas, diversidad de cubiertos)..empezamos bien. Servicio correcto, sin llegar a ser extrordinario. Interesante carta de vinos (99 vinos para el verano), me gusto la idea de carta de vinos en función de la estacion del año, ya que a mi novio le gusta más el blanco nos decantamos por un riesling aleman (precios de los vinos X3,). De momento todo resultaba tal como me lo imaginaba hasta que.. llego la comida,(menu degustación) algunos sitios quieren que la comida se vuelva arte y por el camino se olvidan de cocinar o cocinan demasiado, Ostra,tocino "joselito, jugo de ave...ninguno de los acompañantes de la ostra le aportaban un plus antes al contrario, la fabada (sabores de antaño, textura de hoy), resultaba ser una ración tan microscopica que bueno... el queso artesano, seria muy artesano, pero no nos gusto.
Salmonete asado, esencia cremosa del mar, tratatada como una sopa de hígado...un titulo muy bonito pero el salmonete estaba practimente crudo y lo que es peor insipido. Los postres me convencieron algo más pero no lograron levantar el nivel general de la cena. cafe en el pequeño jardín... y sorpresa final en la cuenta 4e en concepto de cubierto!?. Si pago 70€+vino+vino de postres+cafes a que viene añadir 2€ por cabeza, si en vez de 70€ el men u degustación vale 72€ no voy a dejar de ir pero me cabrea lo del impuesto revolucinario, doy por supuesto (si se que soy exigente) que en cualquier restaurante, y más en uno con una estrella michelin, me van a servir preferentemente bien y agradablemente , sin cobrarme un plus. Un mal día, puede ser, pero no le dare otra oportunidad.

Este es uno de los restaurantes, de los que menos esperaba de el,(ya que solo sabia de el, de oidas), y en cambio, es de los que más gratamente me ha sorprendido.

Por fuera, el restaurante es sencillito; tiene una fachada de piedra con dos cristales translúcidos, que no dejan ver el interior; para nada te llama la atención, tienes buscarlo a drede, y aun así cuesta...

El interior esta bien decorado, con cuadros de autor, jarrones y botellas de cognac, elegante y acogedor; dispone de terracita interior, y un jardincito donde tomamos la infusión final y las minardises de rigor en un estrella Michellin.

Solo habian dos camareras, de origen sudamericano, iban vestidas de negro, sin mucho esmero, su servicio fue discreto; y una maitre(la ropa a esta le iba un poco pequeña, y quedaba un tanto rídicula,)pero nos atendió y aconsejó como era debido.

La carta de vinos era muy corta, con poca variedad y la encotré muy cara; la mayoria de clientes tomaban cerveza o refrescos; a nosotros no nos sedujo ningun vino, y ademas no queriamos pagar tanto, por lo tanto elegímos una sidra que nos recomendo la maitre, y que era muy parecida a la de escanciar; pero que no requeria hacerlo, era buenisima, solo costaba 14€, se llamaba Sidra Tareco, fue una excelente elección.

El menú degustación no nos sedujo, no era atractivo al leerlo; debido a sus simples nombres, faltaba más información de cada plato; ahora nos arrepentimos de no haberlo elegido, ya que la mesa de al lado lo eligió y los platos eran muy apetecibles.

La vajilla y cuberteria eran elegantes, llamaba la atención el cuchillo de carne, en forma de navaja.
El pan era de dos tipos: coca y rústico.

El aperitivo fue un tembloroso de foie gras con manzana acida y brotes, era ligero y sabroso, muy bueno.
Mi marido eligió el pote asturiano actualizado de primero y yo tuberculos, verduras y tallos. El pote consistía en un pure de berzas, con aceite de chorizo, raviolis de morcilla(te explotavan en la boca), crujiente de jamon y fabes.Era muy bueno pero escaso.
Mi plato fue lo mejor de la noche, espectacular, un salteado con unas vieiras enormes, trufa negra melanosforum, patata violeta, chantarela; fue exquisito.

De segundo, mi marido tuvo tronco de foie con mollejas de cordero al Pedro Ximenez, era muy elegante, y delicioso, el Pedro Ximenez le iba fenomenal, pero era un plato que saciaba mucho.
Yo me comí merluza con alcachofas, cebolla confitada y chipirones; buenisima, y la ración era enorme, me pusieron un lomo de merluza muy grueso, que deberia hacer unos 250 gr., la verdad es que no pude con todo...

La carta de postres fue un delirio para mi, era muy variada y me apetecia probarlos todos.
Yo comí un chocolate frito con helado de mantequilla francesa, me decepcionó, al ser un mero coulant de chocolate, aunque era muy bueno y era hecho por ellos, y el helado era muy original.
Mi marido comio una mimosa de cabrales con chocolate blanco y helado de avellana; era soberbio, yo odio el Cabrales, pero la combinacion con el chocolate blanco era deliciosa.

Comimos muy bien, y el precio nos pareció, muy ajustado.
Sin duda volveremos y recomiendo a cualquiera.

P.D.: Lo que encontré a faltar, fue que saliera a saludar e interesarse por nuestra opinión, el chef el señor Jose A. Campoviejo, es una pena...

  • Mimosa de Cabrales con chocolate blanco y helado de avellana.

    Mimosa de Cabrales con chocolate blanco y helado de avellana.

  • Tronco de foie gras con mollejas de cordero y Pedro Ximenes

    Tronco de foie gras con mollejas de cordero y Pedro Ximenes

  • Tuberculos, verduras y tallos

    Tuberculos, verduras y tallos

Es un restaurante que me deja siempre un largo recuerdo,quizás haya otros en Asturias que hagan mejor cocina, difícil,pero este reúne todo lo que pido a un restaurante, comer y beber bien y un servicio y un comedor agradable, además en este caso a un precio muy razonable.
Destacable el buen gusto en la decoración de las mesas.

Después de algún tiempo sin visitar esa casa, he vuelto y he salido más satisfecho aún que otras veces. El verano permite usar las mesas de la terraza cubierta que dan otra visión más luminosa de la sala. Conviven la carta, el menú degustación y una selección de platos de acuerdo a la oferta del mercado. La atención, como siempre, correctísima. Opté por el menú degustación para probar varias novedades a la vez. Largo pero coherente y bien pensado para satisfacer sin empalagar. Bastante producto marino y platos frescos, adecuados para este tiempo. Destaco el tembloroso de foie, con una textura más agradable y una presentación más ligera que la usual, para animar a quien le resulte pesado. También un virrey en un momento óptimo, graso, con un punto dulce. Una especie de ensalada con tubérculos que es un lujo visual y gustativo. Un bizcocho de calabaza muy sabroso y con presentación juguetona, con algunas pipas entre los componentes del plato. En fin, satisfacción asegurada. Los detalles de este menú y su precio figuran en su web. La carta de vinos, muy bien pensada, amplia y variada, con vinos excepcionales y con oferta más asequible.

Para mi,de lo mejorcito que tenemos en Asturias. Entrantes:tanto los que ofrecen,como los que pedi,muy bien. Segundos:en su punto y muy sabroso "PERFECTO". Postre:muy rico. Bebida:champagne,a buen precio y un licor de postre,escogido por la casa "ACIERTO PLENO". Cafes:buen cafe. A todo esto añadir una buena atencion y un muy buen local,comida perfecta.

Impresionante. Hacia muchisimo tiempo q no pagaba una comida tan agusto. En mis proximas vacaciones vuelvo a Asturias, y la visita al Corral del Indianu esta asegurada. Felicidades al equipo del restaurante, principalmente al cocinero, yo soy estudiante de cocina, y se lo q cuestan estas cosas. Gracias por vuestra labor

Excelente restaurante de una merecida estrella michelín.
Regentado por José Antonio Campoviejo, en la cocina, y su mujer Yolanda Vega en la sala.
El local es muy agradable, con un reservado -de hasta 12 comensales-; en primavera-verano puede disfrutarse comiendo en la magnífica terraza-jardín que tiene en su parte posterior.
Carta de vinos variada, actualizada y con buena selección de lo mejor de cada zona.
Riquísima combinación de platos, de excelente presentación y manufactura, en carnes y pescados. Excelentes postres.
Es todo un arte el que rezuma la comida.
El único defecto la escasez de las raciones.
Todo un placer para la degustación gastronómica.
Precio: sobre 60 euros por persona; y, con buenos vinos y varias carnes y pescados, incluso se puede llegar a los 100 euros por persona.

Antigua farmacia convertida en un magnífico restaurante. Moderno y acogedor (podía mejorar las luces que son halógenos en el techo). Yolanda y Rocio nos atendieron con dedicación y simpatía. Tomamos el menú degustación (2 aperitivos, 9 platos y 2 postres: 60 € + iva + vino) sobresaliendo el pan con tomate perfumado con aceite de arbequina y albahaca (era como tomar un pesto concentrado), los tubérculos, verduras y tallos con vieira y trufa "tuber melanosporum" (impresionante), muy bueno el arroz cremoso con cigalas y original y ensamblado el mimoso de chocolate blanco y Cabrales con helado de avellana. Raciones muy generosas en un menú abundante. Espectacular
La carta de vinos algo escasa y desordenada, pero con precios muy razonables (para ser un una estrella). Tomamos Pétalos del Bierzo (previa decantación) por 19€.
Muy recomendable y con buena RPC

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