Restaurante Cuerovaca en Vitacura
Restaurante Cuerovaca
País:
Chile
Localidad:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
54,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
61 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Opiniones de Cuerovaca
OPINIONES
3

Volví a repetir en este santuario de las carnes en Santiago de Chile. Aún siendo lunes, prácticamente lleno. El servicio de sala sigue siendo atento y eficiente.

La carta no ha variado en cuanto a los cortes de carne, pero si que hay novedades entre los entrantes.

Como detalle de la casa, una vinagreta tal y como la conocemos en España.

Cena para una persona:

- Pulpo braseado: Dos brazos generosos y tiernísimos muy bien pasados por la parrilla. Solo eché en falta un poco de sal tipo maldon o similar, pues estaba un pelín soso. Lo acompañaba en un cuenco una vinagreta de naranja y limón muy rica, pero el sabor agridulce no acompañó bien al pulpo.

- Lomo liso de wagyu: Muy buen entrecot, con el punto de la carne que les pedí (marcada por fuera y poco hecha por dentro). Muy jugosa y deliciosamente tierna. Lo sirvieron sin guarnición (en esta casa se piden y se cobran aparte).

- Volcán de chocolate: Buen coulant hecho al momento, pero el chocolate demasiado suave para mi gusto. Lo acompañaba una tulipa con helado de vainilla.

En cuanto a los vinos, no recordaba tantos vinos en la carta; eso sí, todos chilenos y organizados por cepas. Pedí Pérez Cruz Carmenere Edición Limitada 2010 (francamente bueno). Las copas siguen siendo solo aceptables. Tienen servicio de sumiller.

La sorpresa agradable fue que al final terminé la velada charlando con el dueño del restaurante y el sumiller sobre vinos chilenos y su próxima visita a La Rioja y el Priorat. Al final me ofrecieron probar unos vinos realmente buenos (recuerdo especialmente Concha y Toro Cabernet sauvignon Terrunyo 2005). Por otro lado me estuvieron enseñando, según ellos, auténticas joyas en calidad y precio que tienen fuera de carta.

Precio total: 68€ (inc. impuestos, botellita de agua y el vino).

Nota: Sinceramente, esta vez he salido, si cabe, más satisfecho de este restaurante, por lo que mejora la puntuación global

Amplio restaurante dividido en dos zonas. Interior y una terraza, cerrada en invierno. Para mi, escaso de iluminación. Servicio atento, eficiente y ayudando. Hay servicio de sumilleria. Mesas con separación justita. Resulta bullicioso. Música ambiental sin molestar. Cené en la terraza.
Carta centrada en diversos cortes y tipos de carne. Destaca una mini-carta aparte para la carne wagyu. El resto de la carta son múltiples guarniciones y/o ensaladas. Me llamó la atención el que las ensaladas eran aderezadas por el camarero delante de los comensales usando múltiples componentes colocados en una especie de carrito.
Detalles como aceite, vinagreta, mantequilla y una crema de aguacate y perejil muy rica.

Cena para 1 pax:
Lomo vetado de wagyu. Muy buena de sabor, pero a mi gusto, demasiado fuerte de sal.
Como guarnición elegí pastelera de choclo (maíz) gratinado: Me gustó el contraste dulce-gratinado.
De postre, una torre de lúcuma (fruta de los valles inter-andinos): Consistió en un dulce de tres capas: Crema de lúcuma, queso-crema y bizcocho esponjoso de chocolate.

Carta de vinos solo aceptable, con buenos precios. Organizada por viñas y solo con vinos chilenos. Solo quería por copas y el sumiller me ofreció Tabalí Syrah Reserva 2008. Copas decentes y temperatura un pelín alta.

Precio total: 54€ (aprox. por el cambio; incluye una botella de agua)

Se le cita a Dumas deciendo "la grasa es la poesía de la carne". Y a Colette se la atribuye la frase “en la grasa reside una virtud, habita un sabor”.
Aquí se trata de la cultura de la carne. Hay mariscos, pero por buenos que sean, son testimoniales. Los cortes son de ganado angus y hereford. Tienen lo que ellos mismos llaman rarezas como cordero magallánico (de raza Corriedale, llevada por los escoceses a las Islas Malvinas), el pescado krana krana de Isla de Pascua y salmón de exportación.
Yo he pedido un corte Wagyu, de la dichosa carne Kobe, que hay quienes afirman que es la mejor del mundo. Aunque me suena a japonés, el capitán me ha jurado por los 12 apóstoles, los cuatro evangelistas, y los tres clavos de la cruz de Cristo, que es de vacunos criados y sacrificados en Chile, pues acabé pidiéndolo. Y entonces comprendí que Dumas y Colette tienen razón.
Excelente servicio, un lugar bastante comodo y acogedor, con una carta de vinos chilenos de miedo y un sumiller que quizá no conoce muy bien sus vinos, pero los ama hasta la última gota de su sangre, y por lo tanto los sabe vender. Pero ya en manos del camarero, el servicio del vino falla. Yo me tuve que servir más de una vez.
Habrá quienes se quejen que los platillos carecen de imaginación, etc. Pero no se trata de eso aquí. Se trata de tener un infarto al miocardio por exceso fulminante de ácido úrico. A proponérselo, un buen amante de la carne encontraría una buena muerte en Cuerovaca.

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