Restaurante El Europeo en Vitacura
Restaurante El Europeo
País:
Chile
Localidad:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
62,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
67 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de El Europeo
OPINIONES
3

Muy buen recuerdo me traje de este restaurante el año pasado, y no podía negarme a repetir si se repetía la ocasión.
La primera sorpresa fue que el local estaba prácticamente vacío, teniendo en cuenta que era sábado noche. Ambiente, por tanto frío. Me llevaron a una sala menos noble que la del año pasado, cosa que no entiendo al estar el restaurante casi vacío (la temperatura un pelín baja). El servicio en sala más distante, sobre todo del maitre que era el mismo que el del año pasado. Mucho más atento el camarero que me atendió durante la velada.
La carta, sin embargo, apenas ha sufrido cambios, no muy amplia pero atractiva, quizás con demasiados platos clásicos de la cocina francesa adaptados al gusto sudamericano.

Sin detalles, salvo pan y mantequilla.

Cena para una persona:

- Crudo de atún con coulis de aguacate: Un tartare de vacuno cortado a cuchillo y macerado con papaya, lo que le daba un toque más exótico. Lo acompañaba unos daditos de aguacate. Muy rico, lo mejor de la cena.

- Mero patagónico levemente ahumado con fetuccine de tinta de calamar y salsa de azafrán: Buen lomo de mero ahumado y preparado al papillote. Sin embargo su textura más bien rígida no me gustó; de fresco no tenía nada. Mal, mal.

- Milhojas de chocolate relleno con parfait helado de lúcuma y araucano: Una láminas de chocolate con terrinas de parfait entre ellas. Discreto postre para lo esperado de un local como este. El parfait sin apenas sabor. De nuevo, mal.

Carta de vinos sin cambios sustanciales. Pedí 2 copas de Talinay Chardonnay 2009 (Bodegas Tabalí) servido a buena temperatura y copas adecuadas.

Sin detalles en la sobremesa y fría despedida.

Precio total: 62€ aprox. (inc IVA, una botellita de agua de 33cl y las dos copas de vino).

Nota: Ciertamente no sé si volveré.

Completamente de acuerdo con el comentario anterior. El salón interior muy amplio, acogedor. Mesas muy bien separadas. Ni clásico, ni moderno. Ambiente válido tanto para negocios como de parejas. Música ambiental que apenas se nota. Servicio muy atento, muy profesional, incluido el sumiller.
Carta internacional (pelín afrancesada), no muy amplia, pero basada en productos de la zona (materia prima de primerísima calidad). Los entrantes más elaborados que los segundos.
Sin detalles ni antes ni después.

Cena para 1 pax:
Ostiones sobre ragout de castañas con funghi porcini. Los ostiones son parecidos a nuestros santiaguiños. Sin embargo yo juraría que me pusieron locos (lapas de buen tamaño). Me quedé con las ganas de preguntar. Bien aunque no me entusiasmó el plato.
Cordero patagónico: Consistió en un rollito hecho con la paletilla y un carré de tres costillas asadas. De saltarse las lágrimas. De verdad que para repetir. Mágnífico de sabor y el punto conseguido, tanto en el rollo como en el carré. Se sirvió con un poco de polenta y un ratatouille de vegetales.
Sufflé grand manier con un sorbete de sambayón y naranja sanguina con aroma a menta. ¡Cómo me gusta de vez en cuando probar un postre clásico de entre los clásicos! si además está bien hecho.

Carta de vinos muy amplia pero excesivamente centrada en los chilenos. Simbólica presencia de vinos internacionales. Precios para nada abusivos. Buena asistencia del sumiller que recomendó un vino que me gustó: Santa Cruz Chamán Malbec Gran Reserva 2006, servido perfecto de temperatura y en copas buenas, pero que me hubiera gustado otra más grande.

Precio total: 72€ (aproximado por el cambio; incluye una botella de agua)

Nota: Sin duda, el mejor de Santiago

¿Será?
De entrada, el principal diario chileno, El Mercurio, así lo ha calificado en 2004, 2005, 2006, y 2007. Su carta de vinos fue en 2006 la mejor del país, según la revista Descorchados (el WS chileno).
Yo puedo decir que el lugar parece, por fuera, una taquería de segunda categoría en Texas. Y por dentro, es apenas un poco mejor.
Pero eso de nada importa ante los mariscos. Los pescados. No me pregunten que eran porque no lo sé. Pero eran glo-ri-o-sos. En todo: sabor, frescura, presentación, imaginación. El filete en salsa bordelesa, aunque no me impresionó (nada me iba a impresionar luego del primer tiempo) estaba bastante bueno. Los postres, el café, el servicio, todo.
Pero el vino, señores. Una carta de vinos 99% chilena (había un descarriado argentino por ahí) intimidante pero de excelente organización. Esto no es un detalle menor: detesto una carta enciclopédica si no la puedo leer rápido y tomar decisiones pronto. Esta carta es, en toda justicia, de las mejor organizadas que he visto.
Copas Riedel en acorde al tipo de vino, la temperatura exacta, una joven sumiller que no se deja engañar ni pretende engañarme y que que conoce sus vinos y su comida.
Lo único malo: no iba con mi esposa e hijos, sino compartía mesa en una aburrida cena corporativa con 20 colegas.

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