hemos vuelto con un grupo de seis, con la buena materia prima y una rpc interesante en la memoria
encontramos camareros uniformados, jóvenes en salario y experiencia, cosas que no tienen porque ir unidas, servicio atareado, apretado, anárquico... en resumen disperso.

la decoración camino de ser vintage, en puertas casi.. pero aún no...sólo es desfasada...

copas y loza castigada...muy castigadas, no tanto de viejas, pero si con muchas heridas de guerra...copa descantillada en el pie, platos igual....

vamos... que seguimos estando donde estábamos...en un chiringuito de playa, sin playa, chiringuito...sí, pero formal..

el problema es que los precios han acabado subiendo...y claro... o la calidad y cantidad son espectaculares, o la proporción se fastidia...

tardaran en notarlo, sigue teniendo tirada, siguen estando llenos a rebentar según nos dijo el veterano maitre (por ser "polite"), pero bueno ...

en resumen, que un sitio básico que era muy recomendable, ahora no es igual... quizás deberían gestionar de otra manera los dos turnos de comida (llegamos pronto y muchas mesas se llenaron casi al final y dijeron que no a varias personas entre medias) y ganar por rotación en lugar de por margen...pero bueno...

Tiene fama de ser uno de los mejores de la zona y la verdad es que no es para tanto. El restaurante pretende ser más o menos elegante pero no lo consigue ya que al tratarse de un local tan grande acaba por convertirse en una "fábrica de dar comidas", donde si tienes la mala suerte de estar cerca de la cocina los chasquidos continuos de los platos que van saliendo y entrando es muy molesto.
El servicio es correcto pero despersonalizado ya que van a cien por hora y no se aprecia la más mínima delicadeza hacia el comensal.
En cuanto a la comida: bien a secas. En nuestro caso fueron 2 entrantes consistentes en unos calamares a la romana y media docena de ostras y de segundo un arroz negro. De postre helados y todo ello acompañado de un Viña Esmeralda. Las cantidades,correctas, aunque en el caso del arroz, tampoco fue para tirar cohetes. Y todo ello, 84 € la pareja.
En fin, bueno pero.......caro.

Al día siguiente visitamos el restaurante NIT I DIA en el mismo pueblo de Poblenou del Delta, a tan solo unas calles más allá. Pues bien, nos encontramos un local pequeño, íntimo, decorado con gusto y sencillez; nada de las aglomeraciones del día anterior. El servicio, profesional, eficaz y amabilísimo. En cuanto a la comida tomamos una liqera mariscada a compartir consistente en mejillones, caracoles de mar, navajas y gambas. De segundo, una paella marinera buenísima y abundante. Postres caseros (un mató excelente) y todo ello acompañado de un cava artesanal brut nature muy bueno. Para acompañar el café nos trajeron unos pedacitos de tarta de chocolate y nos invitaron a probar un licor de crema de arroz de la zona. Todo, por 65 € la pareja.
Absolutamente recomendable.

Fin de semana en la zona del delta del Ebro, con el fin de visitar y disfrutar de la compañía de nuestra amiga veremera (Concha), tras avistar pájaros y “callejear” por la zona, sobre las 14 horas nos acercamos a este local, con reserva previa, el cual nos ha aconsejado como uno de los mejores de la zona, una lugareña.

Observamos que en el pueblo hay varias posibilidades donde restaurar el cuerpo.

Local amplio con tres salones con ambiente ligeramente distinto entre ellos, acomodándonos los tres comensales en el situado en el fondo, teniendo este último una buena luminosidad, buen espacio entre mesa y mesa y buena temperatura ambiente. No habíamos escogido el mismo pero era el que me pareció el más agradable.

Mesa amplia, mantelería adecuada y coperio de Riedel.

Comenzamos con un detalle de la casa que consistió en una aceitunas encurtidas y salsa tiempo romesco (digo tipo, pues parece que hay ciertas discrepancias sobre la composición que debe tener la así llamada y esta me pareció muy buena pero algo suavecilla).las aceitunas muy agradables y de la salsa creo que hasta “tripitimos” y dejamos el lugar sin existencias de la misma., lo cual puede dar una idea de lo espectacular que nos pareció.

Compartimos caracoles de mar (cañaillas) y micuit de pato con tostas de pan de pasas. Generosa ración y buen punto de cocción de los primeros y del micuit, aunque es un plato hoy día muy visto, tengo que decir que tras enterarnos del nivel de la granja de patos de la zona, no decidimos por solicitarle, no decepcionándonos en absoluto.

De plato o como no podía ser menos, no decidimos por uno de los arroces de la casa, en este caso arroz con alcachofas, boletos y sepia: sólo este plato merece más que un rodeo para degustar el mismo y por otra parte la cantidad fue muy generosa. Se acompañó de un alioli, que en este caso solamente repetimos.

De postres no decidimos por sorbete gin tonic, helado de tiramisú e higos con nata. Buen nivel. El absoluto nos arrepentimos de solicitar postre, lo cual en muchas ocasiones, al menos a mí me ocurre.

El servicio de la sala, muy amable, diligente y eficiente.

En cuanto a la carta de vinos, no sorprendió gratamente, teniendo un poco de todo, en algunos casos a buenos precios y en otros quizás no tanto. Buena temperatura de servicio del vino.

Tomamos Calitja 2009 (garnacha blanca) y de cava Trias Batle brut nature gran reserva vintage 2005.

El local lleno completamente, a pesar de disponer de los tres comedores, pero nunca el ambiente resultó bullicioso, quizás entre otras cosas fue porque el tipo de comensales así lo facilitó. Recomiendo reservar y si es posible en el comedor del fondo.

Lo reseñado, más agua y cafés, ascendió a un total de 126 €.

He vuelto a ir a este restaurante y creo que es uno de los mejores de la zona. Es un buen restaurante típico del delta. Muy buena calidad de sus productos, buena atención y servicio. El arroz fabuloso, en esta ocasión probamos el de sipia, alcachofas y setas, buenísimo. Los mariscos del delta muy buenos, quizás donde mejor los he probado y con bastante diferencia. Carta de vinos correcta, con muchos vinos de la zona, Terra Alta... Imprescindible probar las caixetas, si las hay, en esta ocasión no había, pero ya las probé en otra ocasión, es un marisco típico de la zona. Luego un paseo por el delta y un baño en las playas del Trabucador. Expléndido.

He estado 4 veces y en breve repito. La ubicación en pleno Delta es fabulosa, aunque el local es algo ruidoso y no muy bonito, pero lo importante, que es la comida, es espectacular. Los arroces, ortigas de mar, ancas de rana rebozadas y los mariscos de la Bahía son sencillamente fabulosos.
100% recomendable y con una muy buena relación calidad - precio.

La verdad es que me cuesta ver a este restaurante por esta zona baja de la clasificación, si me permitís este comentario de tintes deportivos. Considero que es un muy buen restaurante que da un trato exquisito a todo el tema del arroz (el arroz a la ribera y el de con bogavante es, a mi entender, de lo mejor que he probado) y, también, al marisco propio de la zona. Recomiento probar les "caixetes" (un puro bocado al mediterráneo que no suele salir en la carta) así como los dátiles de mar.

El vino es, seguramente, y para más duchos en la materia, un poco escaso en cuanto a bodega pero para mí, en cualquier caso, más que suficiente.

Os lo recomiendo fervientemente.

Hemos ido en cuatro ocasiones, la primera recomendados desde el quinto pino (rest.la quinta forca) y nunca defrauda aunque las expectativas no van más allá de unas materias primas excelentes, una manipulación culinaria buena y como no una rcp acertada (algo básico si te gusta "el comer bien", y muy difícil de encontrar, a veces incluso detras de mantelerías de empresas centenarias y cristalerias alérgicas al plomo...
en resumen, un sitio muy bueno donde ir a comer con pantalón corto y camiseta, camino de la playa, o a la vuelta de, o de paseo por el delta o de excursión en un día largo...
excelente el arroz, el de toda la vida, excelente los pescados y algo tan simple como el pan con tomate y jamón està delicioso, tanto por el grosor del corte como por la temperatura, como por el pan...
el servicio es muy cercano, los camareros oscilan entre el "familiar" y el seco-distante (el más joven), el familiar sabe còmo atrapar al comensal, el seco aún se cree que está en un chiringuito de playa, que puede que lo parezca, pero no....
por lo demàs, todo correcto pero muy básico y muy elmental.
excelente el café por cierto

Es un buen restaurante típico del delta. Me lo habían recomendado y la verdad es de buena calidad sus productos. El arroz fabuloso y los pescados y mariscos del delta muy buenos. Buena carta de vinos. Imprescindible probar las caixetas, marisco típico de la zona y despues para bajar la comida un buen paseo por el delta.

Restaurante típico de la zona, frecuentado entre semana por empresarios y en fines de semana por familias. Imprescidible reservar. Atractivos los arroces y la fideuá. Predominio de pescados. Buenos armarios climatizados para el vino. Tienen muchas más referencias que las que aparecen en la carta, por lo que es importante tantear y preguntar. Personal servicial y muy amable. Si se está por la zona, es una buena opción.

Restaurante recomendado por muchos lugareños como de los mejores del Delta. No me defraudo. Excelente materia prima. Productos tipicos de la zona: Mariscos, pescados y arroz en su punto perfecto. También ofrece caracoles llauna y cordero al horno Imprescindible reservar en temporada y fines de semana. Servicio muy amable y rápido. Pedimos cava de la casa por 11 euros; bastante bueno. Precio: 12 ostrones + cazuelita de marisco + Ración de caixetes (molusco de la zona "muy curioso")+ 2 de arroz con sepia,alcachofas etc + 2 postres + cava y cafe por 81 Euros. VOlvere seguro