Restaurante Annapurna (CERRADO) en Madrid
Restaurante Annapurna (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
42 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de Annapurna (CERRADO)
OPINIONES
9

Me considero un experto en restaurantes indios de madrid ya que me encanta esta comida y he visitado muchos.

La mejor forma de describir este restaurante es la siguiente. Es de los mejores que hay pero tambien de los mas caros. Por que es mas caro? Simplemente merece un plus por su localizacion centrica, la maravillosa decoracion (con vistas a un patio interior iluminado por las noches) y el servicio de mesa que es mas cuidado y atento que en otros.

Con respecto a la comida, creo que hay muchos y muy buenos que no son tan caros como el Annapurna (se me ocurre el Tandoori Station, Ganges, Swagat, etc).

Eso si, las samosas de Annapurna no tienen rival. Las mejores. Ah, y el Tandoor de pollo y/o cordero (hecho en horno indio con especias) tambien es espectacular.

Un buen indio en un entorno agradable.Los precios más elevados que un hindu tradicional.La comida resulta mas que aceptable, pero no deslumbra.Un buen restaurante que sin embarago le falta un poquito de todo para acabar de convencer.

Llevo viniendo a este restaurante desde hace más de 15 años y en él he pasado muy buenos ratos. Por esa razón, cuando me planteé llevar a comer a un indio a alguien muy importante para mí no lo dudé. Desgraciadamente me arrepentí después.

El local está decorado con gusto y además tuvimos la suerte de conseguir una mesa con vistas a su pequeño jardín interior.

El trato del mâitre fue correcto pero en comparación con el calor que derrochaba ante otros clientes, imagino que habituales, lo convertía en gélido.

De una carta de vinos más que decente, nos decidimos por un Maduresa y pasamos a elegir la comida. La segunda decepción vino con la falta de flexibilidad ofrecida. Quería que mi pareja probara el Sheek Kebab, pero por si acaso no fuera de su agrado, pregunté si podía sustituir uno de los componentes de la Selección de Entrantes por dicho kebab y la respuesta fue un seco "no" sin dar ninguna explicación ni siquiera ofrecerse a preguntarlo. Menos mal que la selección de entrantes estaba realmente rica.

Los curries que elegimos estaban correctos pero a un nivel inferior que los entrantes.

No habíamos terminado el vino por lo que decidimos continuar con él tras el postre, pero para nuestra desgracia el mâitre se había ido (3.45) y el camarero tenía mucha prisa por irse por lo que nos trajo la tetera que contenía el té Taj Majal antes de pedirselo e intentó llevarse el vino a lo cual nosotros nos negamos.

No contento con esto, al poco nos trajo una cuenta que no habíamos pedido con la excusa de que la caja cerraba a las 4.00 ¿?!!!!! Procedimos al pago y seguimos disfrutando de nuestro vino cuando para nuestra mayúscula sorpresa, el mismo camarero vino y nos sirvió el té sin que se lo pidiéramos, obligándonos a elegir entre terminar el vino que habíamos pedido y pagado o tomar el Taj Majal frío, un autentico despropósito.

Apuramos el vino, nos tomamos el té a medias porque había perdido casi toda su gracia y abandonamos el local con tristeza alas 4:15. Es impresionante como un mal servicio puede arruinarte una comida en la que habías puesto tantas ilusiones.

Estamos ante el mejor hindú en mi opinión de Madrid, la calidad del género es exquisita, y los currys son realmente buenos, y ojo, picantes!!! (el metre es un experto, pide consejo).

En una zona privilegiada, su cocina también lo es, con personal de la India. El metre, español, viaja con frecuencia por allí y lo mejor es dejarse aconsejar por él (es un poco serio pero hay que cogerle el punto).

Es perfecto para ir con tu pareja, tanto por el propio local, como la zona y por supuesto por la comida, merece la pena, y si bien el precio es algo superior a otros hindús, también está un grado por encima en calidad y nivel general (además la zona es frecuentada por gente adinerada y de negocios).

Cuidado con los picantes que los Hindús son muy exagerados y puede que al final te amargues algo la cena (la carta, muy bien hecha y completa, te indica el grado picante del plato), ahí al final el yogur que te dan en el postre se hace imprescindible para proteger tu estómago. Hay una gran variedad de platos, de entrantes pide el que es un variado de varios de ellos y así probarás más.

El servicio de vino no es malo, pero al final con tanto picante se hace difícil saborearlo, ah y el pan típico que allí preparan es excelente. Mucho personal del restaurante es originario de la India, eso ya es algo positivo.

Muy recomendable.

Fuimos siguiendo las recomendaciones de otra web y fue todo un acierto. No es un restaurante para veinteañeros, sino ese sitio al que aprovechas para ir con tu padre cuando viene de visita o para una cena tranquila con tu pareja. LLegamos bastante tarde (23:30) y sin reserva un viernes, temerosos de que no nos atenderían y, sin embargo, nos recibieron con los brazos abiertos.Nada más entrar sabes que vas a disfrutar de una buena cena en todos los sentidos: la decoración es preciosa, con un bellísimo jardín interior; la comida está deliciosa y el personal es amable, atento y, lo más importante, conoce muy bien la comida del lugar, por lo que son excelentes consejeros si no sabes qué pedir. Ronda los 30 euros (o un poco más) por persona, algo que para esta época es un poco extravagante, pero dudo mucho que alguien pueda salir decepcionado.

En cuanto a "Servicio del Vino" no he puntuado porque la comida hindú se come con cerveza, zumos o agua. Si aún así alguién coge vino, que no se gaste el dinero porque el curry va a machacar muchos de sus matices.

Restaurante de comida India, local amplio y mesas espaciosas, pero algo pequeñas, el ambiente cargado y muy sonoro, quedar relajado por el amplio ventanal que da al jardín interior.
Servicio eficiente sin más, algo rápidos, pero sin pasarse de vueltas, en esta ocasión, prescindimos del vino decantándonos por la cerveza, lo mejor la cocina.
Raciones abundantes y bien presentadas, lo mejor ir informado o con alguien que conozca este tipo de cocina, por que la ayuda no va a llegar del responsable de la sala.
Aromas evocadores y bien conjuntados, es recomendable platos para compartir.
Nan (Pan blanco de harina de trigo cocinado al Tandoor.)
Raita (Deliciosa salsa de yogur con pepino, zanahoria y comino.)
Jeenga Annapurna (Langostinos salteados con semillas de mostaza y salsa de tamarindo.)
Machli Bengal (Suave curry de merluza.)
Los arroces de guarnición fueron:
Chawal (Elaborado al vapor.)
Kashmiri Pulao (Con frutos secos y azafrán.) Delicioso.
De postre:
Kulfi (Curioso helado de pistachos,cardamomo y azafrán.)
Fui invitado pero el precio aquí expresado es lo que puede rondar una cena así.
El vino lo valoro como correcto.

Restaurante de de cocina de la India, al que acudimos a mediodía cuatro personas, con buena recepción, tratándose de un local amplio con mesas bien separadas y tuvimos la fortuna de acomodarnos junto una cristalera que separaba de un patio con vegetación abundante, no teniendo nada que ver esta mesa con algunos que se podía apreciar en el fondo de una de las salas a la que se hace accede tras pasar unas escaleras.

El responsable de sala correcto, correspondiéndonos un camarero toda profesionalidad a la par que simpatía y unas ganas de agradar.

Optamos en primer lugar por dos surtidos de aperitivos (empanadillas rellenas de verdura, rollito de queso cebolla y pimiento, pastelitos de patata, verdura y perejil y fritura de cebolla rebozada con harina de garbanzos y cominos.

De plato optamos por los dos Tandoor de carne (muslos de pollo con jengibre, brocheta de pollo con jengibre, pincho de carne de cordero picada con especies y brocheta de carne de cordero macerada con especias. Un plato de cordero cocinado con cebolla y tomate (Rogan Josh) y un curry de verduras.

De postres helados de pistachos con azafrán y cardamomo y un dulce de leche en almíbar.

Carta de vinos curiosa, con varias denominaciones, precios por poco más de multiplicados por dos en general, buen servicio del vino cambiando sin petición las copas para la segunda botella. Optamos por Gemina 2004 de Jumilla.

En conjunto, entorno y ubicación agradable (no todos las mesas son iguales), me resulta difícil hacer una crítica a los platos, a no tener ninguna experiencia con este tipo de cocina pero a los cuatro nos gusto.

Buen servicio de vino.

Hoy nos hemos decidido por este restaurante clásico de cocina india en Madrid. La sala es muy amplia, con paredes ocres y alguno detalle indio, con suficiente separación entre mesas, aunque la insonorización deja bastante que desear. Servicio eficiente, aunque lo peor de la comida fue el que nos tomó nota: No ayuda en nada y parecía tener prisa.
Carta estructurada en entrantes, arroces, tandoor y curries.
Comida para 3 pax:
Un surtido de aperitivos variados a compartir (pastelitos fritos de patata, verdura y perejil; buñuelos de cebolla rebozada en harina de garbanzo; pequeñas empanadillas rellenas de carne de cordero o verdura; rollitos rellenos de queso, cebolla y pimiento).
Un arroz Biryani con verduras como guarnición de los siguientes platos.
Un Murgh Tikka (brocheta de pollo condimentada con cúrcuma, comino y perejil): Muy bien hecha, para nada seca.
Un Murgh Mirchiwalla (curry de pollo ligeramente picante y pimienta verde).
Un Gosht Tikka (brocheta de cordero fuertemente macerado en una salsa muy, muy especiada)-
Lo acompañamos con dos tipos de pan: Uno con queso y otro con pasas y piñones.
Postres: Una brocheta de frutas variadas con chocolate caliente y un helado de pistacho, cardamomo y azafrán.
En la sobremesa tomamos un té de mango y un té Masala (té negro de Darjeeling hecho de leche y agua con una maceracion de clavo, canela, gengibre, cardamomo, pimienta negra y laurel).

La verdad es que salimos sin saber si nos había gustado o no la comida, ya que no tenemos experiencias con otros restaurantes indios. No nos disgustó, pero tampoco disfrutamos de ella. Quizás tantos sabores fuertes y en algunos casos picantes no sean de nuestro agrado. Lo cierto es que la materia prima no es mala (pollo y cordero).

Vino: Estuve ojeando su carta y aunque había pocos, la verdad es que tocaba, aunque solo con 1 o 2 vinos, cada D.O. Por ejemplo, Partal, Maduresa, Santa Rosa, Regajal, Mano a Mano, Manu, Mauro, Pujanza, San Román, Guelbenzu, Albariño Do Ferreiro, etc. Me da la sensación de que se han dejado asesorar con alguien para hacer una carta corta pero correcta sin recurrir a vinos comerciales (eso, si, estaba el Chivite Rosado). Precios x2. No pedimos vino dejándonos convencer por algún amigo de que no era conveniente con este tipo de comida (por supuesto debatible). Bebimos solo 2 cervezas y 2 botellas de agua.

Precio total: 109,41€

Son sabores distintos, a mi no me acaban de convencer, aunque diré que en este caso son suaves, nada estridentes.

Salón amplio, algo ruidoso, seguro que más tranquilo en fin de semana o para la cena.

Servicio de sala despistado, nada atento, y dando por supuesto que no tienes ni idea de vinos, pero esto pasa muy a menudo últimamente en muchos sitios.

Buenas raciones, bien presentadas, por lo que compartir es una buena opción para probar varios platos.

Buen surtido de aperitivos, buenos arrozes, tanto como guarnicion como plato principal.

Postres flojos, o como la tarta de choclolate y menta, muy floja.

Carta de vinos insuficiente, sin interes. Viña Obdulia 2004 (15.-€) la única excepción.

PD: No pongo el nobre de los platos por que son un lio.)

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