Llevo viniendo a este restaurante desde hace más de 15 años y en él he pasado muy buenos ratos. Por esa razón, cuando me planteé llevar a comer a un indio a alguien muy importante para mí no lo dudé. Desgraciadamente me arrepentí después.
El local está decorado con gusto y además tuvimos la suerte de conseguir una mesa con vistas a su pequeño jardín interior.
El trato del mâitre fue correcto pero en comparación con el calor que derrochaba ante otros clientes, imagino que habituales, lo convertía en gélido.
De una carta de vinos más que decente, nos decidimos por un Maduresa y pasamos a elegir la comida. La segunda decepción vino con la falta de flexibilidad ofrecida. Quería que mi pareja probara el Sheek Kebab, pero por si acaso no fuera de su agrado, pregunté si podía sustituir uno de los componentes de la Selección de Entrantes por dicho kebab y la respuesta fue un seco "no" sin dar ninguna explicación ni siquiera ofrecerse a preguntarlo. Menos mal que la selección de entrantes estaba realmente rica.
Los curries que elegimos estaban correctos pero a un nivel inferior que los entrantes.
No habíamos terminado el vino por lo que decidimos continuar con él tras el postre, pero para nuestra desgracia el mâitre se había ido (3.45) y el camarero tenía mucha prisa por irse por lo que nos trajo la tetera que contenía el té Taj Majal antes de pedirselo e intentó llevarse el vino a lo cual nosotros nos negamos.
No contento con esto, al poco nos trajo una cuenta que no habíamos pedido con la excusa de que la caja cerraba a las 4.00 ¿?!!!!! Procedimos al pago y seguimos disfrutando de nuestro vino cuando para nuestra mayúscula sorpresa, el mismo camarero vino y nos sirvió el té sin que se lo pidiéramos, obligándonos a elegir entre terminar el vino que habíamos pedido y pagado o tomar el Taj Majal frío, un autentico despropósito.
Apuramos el vino, nos tomamos el té a medias porque había perdido casi toda su gracia y abandonamos el local con tristeza alas 4:15. Es impresionante como un mal servicio puede arruinarte una comida en la que habías puesto tantas ilusiones.